Rebelión en las AMPAs

A los clásicos títulos recomendados en seminarios de pedagogía para asomarnos desde la barrera cinematográfica a las distintas problemáticas enfrentadas a diario por la institución docente, bien podría sumárseles en breve, el epígrafe que encabeza estas líneas, con el atractivo rótulo para los espectadores de estar basado en hechos reales.

Mientras el Ministro Wert anunció de cara a la galería, que con la LOMCE se fomentarían los sistemas de reutilización del material escolar, fuentes del Ministerio de Educación confirmaron este pasado Martes que habrá que cambiar los libros de texto ¡sí o sí! “como se hace cada vez que entra en vigor una nueva ley educativa” volviendo de un plumazo inútiles, todos los fondos de material locales recopilados con mucho esfuerzo por las Asociaciones de Madres y Padres (AMPAs) en cada centro escolar, Colegio e Instituto, al objeto de ayudar a las familias a soportar el ingente gasto educativo de sus hijos que supone cada año la adquisición de los libros de texto.
Este sospechoso despropósito innecesario del recurrente cambio de libros de textos contra el que clamamos, salvo las editoriales, todos los demás implicados en la institución de enseñanza, esta vez, parece haber colmado la paciencia de las AMPAs que verdaderamente son acreedoras al Premio “Santo Job”, porque, a los ríos de tinta volcados sobre tan absurdo proceder en un nivel básico de conocimiento cuya modificación en matemáticas, lengua, geografía, naturaleza…no justifica su renovación curso a curso, el bochorno se acrecienta cuando este mismo Gobierno ha retirado prácticamente todas las ayudas para la compra de libros, pues la partida presupuestaria destinada a tal objeto se ha visto reducida de 20 a 1,5 millones de euros para 2014 subvención que ya le fuera retirada durante el 2013 a más de 1.000.000 de niños según ha denunciado el Defensor del Pueblo, en un momento delicadísimo para las maltrechas economías familiares que, conforme a los distintos cálculos, habrán de desembolsar por la entrada en vigor de esta medida, no menos de 150 euros por escolar; entre 200 y 300 millones de euros en su conjunto.
Así, la rebelión de las AMPAs, no se ha hecho esperar: la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) que representa a más de ocho millones de alumnos de la Escuela Pública, desde siempre defensora de la entera gratuidad de los libros de texto para la enseñanza obligatoria, se está planteando muy seriamente la Insumisión ante tan magna imposición, así como practicar a nivel nacional el Boicot a la compra de libros de texto, porque como afirma su Presidente Jesús María Sánchez “El Ministerio dice no tener dinero; pero las familias tampoco”. Por su parte, la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA), que agrupa a tres millones de escolares, expresó también en esta ocasión su frontal rechazo a esta medida “siendo como son los libros de texto artículos de primera necesidad” en palabras de su presidente Luis Carbonel.
Las AMPAs, además de enfrentarse curso tras curso a nuestros enemigos naturales, cuáles son, los Gobernantes, denunciando estas prácticas abusivas, estas imposiciones desde arriba y desde fuera, estas interesadas medidas destinadas al saqueo y expolio del Pueblo, valiéndose de la confianza que los trabajadores han depositado en quienes han de velar por una mejor educación de sus hijos…han realizado infinidad de propuestas alternativas para adecuar los nuevos conocimientos al material ya existente sin que ello deba suponer de una parte un despilfarro material y de otro una ruina para las familias, entre las que caben citar los bancos de materiales en los colegios, los foros de intercambio en Internet, las Wikis compartidas de conocimiento construidas por el profesorado; la edición digitalizada de trabajos de acceso libre, etc.
Cuantos durante décadas hemos luchado para arrancar de las corruptas garras gubernamentales la gratuidad de los libros de texto en las etapas de la Enseñanza Obligatoria, hemos de aprovechar inteligentemente esta franca rebelión de las AMPAs para lograr dicho objetivo. ¡Ahora o nunca!

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