Diccionario Nicholístico de Bellas Palabras

Desde niño soy consciente del influjo brujeril que ciertas voces ejercen sobre mi mente, al extremo de deleitarme en su orgasmática pronuncia a solas al más puro estilo onanista, pudiéndome pasar horas enteras regodeándome exclusivamente en cómo suena la palabra «Azahar», o introduciéndolas descaradamente en mi expresión oral y escrita como acontece, por ejemplo, con «Zascandil» o «Fagocitar».
Así, conducido por una íntima contemplación estética he ido labrando mi particular acervo, no siempre autorizado, con expresiones como recoveco o pánfilo sin el menor esfuerzo, compartiendo con lectores e interlocutores únicamente sus efímeros efectos, más nunca sus secretas causas. Es por ello, que de un tiempo a esta parte, he meditado seriamente comunicar al mundo mi Diccionario Nicholístico de Bellas Palabras, pues he detectado que los vocablos por los que siento un especial afecto y atracción, provocan iguales impresiones en otros hablantes, aunque ellos todavía no lo saben y esta mía iniciativa puede ayudarles a descubrir y disfrutar aún más de su lenguaje.

La belleza de las palabras de este singular diccionario puede provenir de su sonoridad, del número de sus sílabas, de las vocales que contenga, de su etimología, de su significado, de su uso, del recuerdo propio, del conjunto de todo ello o del mero antojo, de modo que, sería absurdo buscar entre sus indicaciones algo que discutir, corregir o matizar. Por lo demás, animo a todos a confeccionar su propio diccionario de bellas palabras y seguramente coincidamos en buena parte de ellas.

El orden de las palabras

https://www.youtube.com/watch?v=rVXiVsy2vI4

Muchos amigos policías y abogados se me han dirigido verdaderamente preocupados por la aparente ligereza con que me pronuncio contra algunas autoridades a las que me atrevo a señalar por escrito como “Gobernantes criminales” angustiados por la creciente `posibilidad de verme nuevamente sometido a la “Pena de banquillo”, pues esta vez, temen no pueda salir airoso, constreñida como está por ley la libertad de expresión, el derecho de manifestación y aun de legítima defensa. Sirva entonces para todos ellos, para ustedes queridos lectores, para los valientes redactores del medio que me acoge y potenciales fiscales acusicas, la siguiente mía aclaración:

A diferencia de lo que la propiedad conmutativa establece en Matemáticas, en el lenguaje, el orden de las palabras, si altera sustancialmente su significado; tanto cuanto, el de los números en el sistema posicional, de ahí que, me permita denominar “Gobernantes criminales” a los miembros del actual Ejecutivo del Partido Popular, si bien, hoy por hoy, reconozco no puedo mantener que sean “Criminales gobernantes”, por ser cosa muy distinta.

Para cuantos no perciban la notable diferencia y crean ver en mi argumentación un artificio sofista difícil de sostener destinado a llamar a Rajoy, Gallardón, Montoro y demás Ministrencos, impunemente “criminales”, anímense comparar el trecho semántico que media de referirse a los mismos como “hijos de puta” o “de puta madre”. A propósito, la población está francamente dividida entre quienes piensan que Rajoy es una cosa y quienes piensan que es otra. Empero, ¡hemos aquí! que cuando los más han de refrenar su lengua siguiendo el consejo de Machado “En los tiempos que corren, hay que pensar lo que se dice y no decir lo que se piensa” los menos, se dan el gustazo de exclamar a los cuatro vientos “Rajoy es ¡de puta madre!” sin perjuicio alguno para su causa. Tanta es la importancia del orden de las palabras, como para que con las mismas, pueda decirse lo mismo y lo contrario.

Por si lo anterior, no fuera suficiente para tranquilizar a los allegados, convencer a los desafectos o persuadir a quienes vigilan mis pasos con lupa a fin de que no pierdan el tiempo buscándole tres pies al gato, bueno sería acudir a las enseñanzas recibidas en la escuela donde se nos ponía al corriente de la relevancia del orden con que se manejara el adjetivo: por ejemplo, cuando deseamos resaltar la cualidad de algo, un recurso grato a escritores y periodistas consiste en anteponerlo al sustantivo pues no es lo mismo comentar “esta es la casa vieja del Presidente” a “esta es la vieja casa del Presidente” pues, aunque en ambas se afirme la vejez del sustantivo, a nadie escapa que en el primer caso es un comentario de tinte peyorativo mientras en el segundo desliza nostalgia. Pero, la alteración en el orden del adjetivo, también es capaz de modificar su propio significado y para demostrar que esto es así, tomaremos de nuevo el mismo adjetivo “viejo” en las frases “Rajoy tiene muchos viejos amigos” y “Rajoy tiene muchos amigos viejos” en la primera se hace alusión a amigos de hace tiempo a los que no duda en otorgar cargos de confianza, cuando en la segunda se hace referencia únicamente a la avanzada edad de sus amistades si es que le quedan entre jubilados por los continuos engaños que padecen de su parte. Podrían adjuntarse infinidad de casos similares como “Pobre gente” y “Gente pobre” así como con nombres propios, pues no es lo mismo llamarse Mari Jose que Jose Mari.

En el caso concreto que me ocupa y que os preocupa, cuál es, la diferencia que media entre “Gobernantes criminales” y “Criminales gobernantes”, a estas alturas de la reflexión debería estar disipada. A mi entender, un “Gobernante criminal”, es todo aquel que, en el desempeño de su cargo, toma decisiones de carácter criminal como pueden ser engañar al ciudadano, hacer lo contrario de lo que dice, favorecer a los privilegiados y endurecer las condiciones de los más desfavorecidos, al tiempo que se cubre las espaldas contra la lógica reacción de los afectados, modificando las leyes a placer y conveniencia para prohibir las protestas civiles, gravar el derecho de las personas a pleitear en los tribunales, conceder licencia de detención, identificación, cacheo, interrogatorio y si fuera menester administración de fuerza necesaria contra indefensos peatones a empresas privadas de seguridad constituidas con capital proveniente de la AAA, etc. Sin embargo, concibo por “Criminal gobernante” a cuantos siendo criminales se las arreglan para acceder a los órganos de Poder valiéndose del sistema democrático, desde donde cometen con mayor facilidad y garantías sus delitos contra la sociedad como puede ser saquear las arcas públicas, desfalcar las Cajas de Ahorros, llevar a la ruina radios y televisiones autonómicas y cuantas fechorías son capaces de pergeñar en sus delincuentes mentes.

Yo, sinceramente creo, que Rajoy y sus Ministros, no son “Criminales gobernantes” aunque ¡sí!, sin duda, “Gobernantes criminales”. El punto flaco de mi posición estriba en que uno no comete actos criminales porque es “criminal”, sino que es “criminal” porque comete actos criminales, réplica cuya refutación, espero me permitan reservarla para cuando haya necesidad que no es cuestión aquí de ponerme la soga al cuello y también tirar.

De las intenciones

La rotundidad con que Rajoy se pronunciaba sobre un particular o con la que se dejaba de pronunciar, parece haberse también sumado a los recortes gubernamentales, por aquello de que, su autoproclamada predecibilidad, ya era vox populi, operaba a la inversa de lo deseable, o sea que, a cualquier suya afirmación, el Decodificador civil del Discurso popular (DcDp) podía traducir en negativo sacando a la luz el mensaje adecuado al entendimiento; así cuando decía ¡No subiré los impuestos! todos pudimos tener la certeza de que los subiría.

Por eso, ahora lo que toca es introducir la intención como amortiguador mental que permite al mandatario mantener un perfil agradable en las palabras frente al ciudadano sin cuidado de que los hechos contradigan sus declaraciones y las hemerotecas le avergüencen a posteriori. De esta guisa, Don Mariano ha trufado sus últimas intervenciones públicas de intencionalidad; la última tras entrevistarse con la Dama de Acero la Presidente Merkel, cuando ha salido al paso diciendo eso de que “No tengo intención de modificar el statu quo de las pensiones en este momento como tampoco lo tenía cuando llegué al poder”. Analicemos la frase que no tiene desperdicio:

Si el Presidente del Gobierno hubiera declarado a los micrófonos simplemente “No voy a modificar el status quo de las pensiones” entonces todos sabríamos con certeza gracias a su predecibilidad que precisamente haría lo contrario, o sea, que cambiará el sistema de pensiones a la baja. Pero al introducir la “intención”, el DcDp tiene dificultades técnicas para realizar la traducción simultánea adecuada provenientes del significado sincrónico que no diacrónico, que introduce la palabra, complicación de mayor envergadura que la aparición del acto perilocutivo de “la promesa” que contextualizado en un acto de cariz político remite siempre al conjunto vacio de significado permitiendo su elipsis de cara a su des encriptación del contenido general. Por si esto fuera poco, al hacer alusión a la intención presente y pasada, pero no futura, horizonte mental objeto de toda intención, la duda cartesiana se convierte en desesperación kierkegaardiana, porque enfatizar el pasado y presente dejando en el aire su posterior mantenimiento emocional en el futuro, nada bueno dice de la voluntad que la debiera acompañar, por lo que el DcDp empieza a detectar incongruencias en el mensaje siéndole muy difícil capturar el mensaje implícito que comporta tan extraño modo de hablar. Pero para eso estamos aquí…

Seguramente Rajoy que ha asistido a un seminario nocturno en la “International Draghi´s School” para pronunciarse con verdad sobre la falsedad de lo que dice, está convencido de que el temperamental pueblo español sabrá perdonarle la diferencia palmaria entre sus dichos y sus hechos por aquello de que “la intención es lo que cuenta”. Pero con lo que no cuenta el Señor Presidente, es que en el refranero hay un certero aviso que nos pone en guardia al recordarnos que “de buenas intenciones está empedrado el camino hacia el infierno y de buenas obras el del cielo” y es evidente que por aquí buenas obras, brillan por su ausencia desde mucho antes de que estallara la buebuja inmobiliaria.

La última declaración de intenciones de Don Mariano es un modo subrepticio de poner la venda antes de la herida; Su estrategia consiste en evitar las afirmaciones o negaciones rotundas así como los sospechosos silencios o desapariciones públicas del mandatario que no atreviéndose a ser sincero, busca el modo de no verse en franca contradicción entre sus actos y sus palabras. Por ejemplo, si dentro de unos meses, durante el encuentro del Real Madrid y el Barca, tras la pertinente reunión del Gabinete de Ministros se publica en el BOE la reducción de las jubilaciones, un cambio drástico en el acceso a las pensiones, etc, nadie podrá echarle en cara haber dicho lo contrario, pues nadie salvo él sabe a ciencia cierta cuál es su intención en el momento mismo de pronunciar la frase. Por consiguiente, siempre podrá exclamar eso de “Yo no quería” “Me obligaron a hacerlo” “Las circunstancias han cambiado” y demás conocidas excusas aprendidas en el patio del colegio.
Sin miedo a equivocarme estoy convencido de que Rajoy tiene intención de cambiar de intención tan pronto como su voluntad se lo permita. Y para que ustedes aprecien lo canalla de dirigirse de esta sinvergoncil impostura a la audiencia que lo atiende, baste que yo les diga que “no tengo la intención de pegarle fuego al Congreso de los Diputados y de paso a la Moncloa y la Zarzuela”, para que perciban la fuerza amenazadora de tan indigno modo de expresión.

Serendipia lingüística

Hoy Lunes, me ha dado por leer de corrido las palabras clave de presentación para que la gente recién llegada pueda hacerse una idea rápida de qué va el contenido de mi blog “Inútil Manual” por si a caso las mismas no se correspondieran con la imagen que deseo transmitir. Pues bien, ha sido al leerlas todas de un tirón, que he apreciado una sorprendente correspondencia en su orden alfabético para con las ideas que las entrelazan. Antes de proseguir, les ruego hagan ustedes mismos la prueba con la secuencia que aquí les traigo, copia literal de la que aparece en mi blog:

Alimentación, Antropología, Arte, Banca, Capitalismo, Ciencia, Consumo, Corrupción, Crisis, Democracia, Derecho, Ecología, Economía, Educación, Elecciones, Epc, Feminismo, Gobierno, Guerra, Historia, Iglesia, Impuestos, Infancia, Justicia, Lenguaje, Libertad, Manipulación, Monarquía, Muerte, Música, Paz, Pedagogía, Pobreza, Política, Publicidad, Rajoy, Razón, Religión, Resistencia, salud, Sexo, Sociedad, Terrorismo, Violencia.

Ahora parcelemos su contenido y podrán observar como las tres primeras palabras no pueden estar mejor dispuestas: el alimento que representa la satisfacción de las necesidades vitales del Hombre y el Arte que cubre su hambre y sed de espiritualidad, se hallan flanqueando la Antropología por aquello de que “No sólo de pan vive el hombre”; Proseguimos con “Banca y Capitalismo” que no precisan de mayor comentario respecto a su ligazón; Como tampoco precisan explicación la relación entre los dos siguientes términos “ciencia y consumo” o la “crisis con la corrupción” o “Democracia y Derecho”; Sin embargo si merece comentario que “Ecología y Economía” vayan de la mano en la cadena, pues no es casual que ambas palabras empiecen con “Eco” que remite etimológicamente a “Casa” así como cada vez se vea más interrelación entre la una y la otra disciplina en el desarrollo humano y su repercusión en el medio ambiente y a la inversa; También es curiosa la coincidencia entre “Educación, Elecciones y EpC” sabido lo importante que es el dominio de la educación en la prefiguración futura de la mentalidad de los votantes; Obviado el término “Feminismo”, a continuación llega otro trio bien reconocible cuál es, “ Gobierno, Guerra e Historia” que a nadie escapa están del todo asociados en los acontecimientos; como está de actualidad la relación de la “Iglesia con los Impuestos” que son las dos voces siguientes; Tras ellas, sucede un hecho bien distinto, por primera vez en la secuencia aparecen dos términos concomitantes difícil de casar entre si como son “Infancia con Justicia” y no me digan ustedes que no representa ello la realidad; Tras este paréntesis negativo vuelve con fuerza otro trio representado por “Lenguaje, Libertad y Manipulación” que nos habla de la relación existente entre el lenguaje, la manipulación y el concepto que tengamos de libertad; Luego “Monarquía y Muerte” van una tras la otra como ha sido en la historia y a lo mejor va siendo hora de que desaparezca la monarquía como forma institucional; “Música, Paz y Pedagogía” nos remite al dicho conocido de “La música amansa a las fieras” y a que por medio de la revolución pedagógica se podrá llegar a la paz mundial; Un cuarteto de palabras “Pobreza Política Publicidad Rajoy” nos habla de que hoy en día el discurso político en poco se diferencia en contenido pobre de significado del de la publicidad, y es casualidad que salga Rajoy a relucir”; Por su parte el trio de erres “Razón Religión, Resistencia” vendría a sugerir que la religión tiene razones para resistir entre nosotros o que pese a la pugna aparente de ambas, razón y religión resisten mientras estén una junto a la otra; También es casualidad que al lado de la religión la siguiente terna “Salud, Sexo, Sociedad” ponga de relieve lo saludable que es para la sociedad el sexo; Por último, “Terrorismo y Violencia” culminan el cúmulo de coincidencias.
Esta increíble concatenación de casualidades y coincidencia ha adquirido para mi el rango de serendipia lingüística que por si sola me hace sospechar que hay algo en el vocabulario que de modo inconsciente nos hace ir de unos conceptos a otros hasta el punto de acuñarlos vecinos alfabéticamente para tenerlos bien ordenados en nuestra mente.

Jaula de oro

JAULA DE ORO

En castellano, contamos con infinidad de términos e imágenes que remiten a la situación de aislamiento de individuaos o colectivos respecto al resto de la sociedad, por ejemplo, cuando la fuente de dicho aislamiento tiene su origen involuntario en la psique del sujeto que padece la situación podemos hablar de “Autismo” si el contacto con la realidad está parcial o totalmente interrumpido de modo permanente aunque de ser meramente momentáneo decimos de alguien que está en “Babia” o en la “Inopia”; no así si la circunstancia es pretendida por la persona, en cuyo caso hablaríamos de “Retiro” “Ermitaño” “Anacoreta” “Enclaustramiento” “Clausura”. Nada que ver entonces con la pena medieval impuesta por la Autoridad a vivir “emparedado” en casa propia o “recluido” en un convento, ni con los ancestrales castigos del “Ostracismo”, el “Destierro” o el confinamiento en “Guetos” al que eran sometidos algunos ciudadanos y pueblos enteros.

Este ingente caudal léxico, repleto de matices que hablan mucho del refinamiento con el que los seres humanos nos hemos dotado para conjugar nuestra realidad con la de los demás sujetos a los que les concedemos la gracia de existir más allá de nuestro original “Solipsismo”, cuenta en su haber con dos perlas que coloquialmente suelen usarse indistintamente, empero divergen lo suficiente como para no manejarlas como sinónimas. Me refiero a las conocidas expresiones de “Vivir en una torre de marfil” y “Vivir en una jaula de oro”, con las que el hablante desea transmitir la idea comentada de aislamiento en que se encuentra una determinada persona o grupo en relación con los demás.

La confusión puede provenir de los materiales preciosos – marfil y oro – con los que cada receptáculo está construido, mas a nadie debería escapar la abismal diferencia entre una torre y una jaula. De ahí que “vivir en una torre de marfil” por muy angosta que en ella transcurra la existencia del artista, científico o escritor, siempre es preferible a “vivir en una jaula de oro” por muy confortable que en ella se encuentre un emperador.

Todo esto viene a cuento del triste suceso acontecido al hijo del Ministro Ruiz Gallardón en la ciudad brasileña de Sao Paolo, quien por capricho del azar ha salido ileso de un atraco en el que ha muerto su amigo italiano Tomaso de 26 años quien conducía el vehículo en el que viajaban cuando ocurrieron los hechos: Según las primeras informaciones, a última hora de la tarde del Sábado, los dos jóvenes circulaban en un Honda Civic, por la zona oeste de la ciudad, donde se entremezclan importantes barrios comerciales con locales de ocio nocturno. De súbito, una moto se puso a su altura y su conductor comenzó a golpear con una pistola las ventanillas del coche exigiéndoles que le entregaran relojes, joyas, dinero… Tomaso salió del coche con ánimo de comunicarse mejor porque no dominaba el portugués. El gesto fue mal interpretado por aquel y recibió un tiro en el tórax.

Pues bien. Esto que para nosotros, de momento, es un suceso digno de aparecer en los medios de comunicación, fuera de la burbuja en que vivimos con agua potable con sólo girar una rosca, luz eléctrica con solo pulsar un botón, aire acondicionado para no pasar calor en verano y estufa para no pasar frio en invierno, con nevera repleta de alimentos, donde no escasea la ropa, ni el combustible, etc, es el pan de cada día, del que participan por un lado como sujetos pacientes las élites y por otra los sujetos agentes aquellos a los que el sistema les ha enseñado a sobrevivir en la Ley de la Selva humana.

Así, sin necesidad de la Máquina del Tiempo, gracias al presente de otras regiones del planeta donde unos pocos acaparan todos los recursos naturales y los muchos sufren enfermedad, hambre y penuria, podemos ver el futuro que nos espera, a saber: la gente pudiente vivirá en abundancia que sólo podrá disfrutar en su deseada “jaula de oro” rodeada de rejas y alambradas con alarmas y abundante personal de seguridad con contravigilancia, sin poderse parar en un semáforo por miedo a que le tiroteen, con preocupación por si sus hijos pequeños serán raptados a la salida del colegio, con temor cuando llamen al timbre de la puerta, siendo cacheados a la entrada de los institutos, edificios de oficinas, salas de cine…Ante este poco atractivo horizonte hacia el que nos encaminamos, nuestros Grandes Empresaurios, Banqueros, Políticos y demás terroristas sociales que se creen “Inmortales” por vivir al margen de todos los problemas en su particular “Jardín de las delicias” del eufemísticamente denominado “Estado del bienestar” – el suyo – creen que en ese escenario nada cambiará respecto a lo de siempre, por lo que bastará incrementar los mecanismos de control habituales para mantener su actual estado de gracia cuál es, el de siendo una inmensa minoría explotadora, poder disfrutar del expolio de la mayoría con total tranquilidad. Pero se equivocan. La calman que contemplan, es la que anticipa la tempestad.

Los futuros miserables, no son aquellos de los que hablara el novelista Hugo. Los futuros miserables, hijos de la puta clase media, aburguesada, frustrada, sin perspectiva de mejora, condenados a vivir peor que sus padres cuando se les prometió un mundo feliz tras estudiar una carrera, aprender inglés, informática y saber hacer felaciones correctamente – según una estimación al menos el 60% de los puestos de confianza sean en empresas o en Instituciones oficiales, se obtienen por este procedimiento – son gente culta que sabe leer la historia desde el otro lado de cómo se nos ha contado y ya piensa en por dónde debe asestarse el golpe fulminante para acabar con la tiranía sin necesidad de que el pueblo llano ponga más sangre de la hasta ahora derramada; la incógnita a despejar, ya no es para ellos si se ha de acabar con los culpables o también con sus familias como en su día tuvieron Lenin, Trotsky, Stalin y compañía para con los Romanov, la complicación que se intenta resolver ahora, es cómo poder ejecutar a toda la Élite local e internacional de una sola vez, como en su día el Rey de Francia acabó con los Templarios o los Nazis eliminaron a sus enemigos internos el día de los cuchillos largos.