La Banda de los Cariñosos

No creo en coincidencias y ¡sí! en el goloso arte del mensaje subliminal que los buenos profesionales del periodismo se ven forzados a emplear en tiempos de máxima censura para compensar, a su modo, la ingente cantidad de propaganda política con la que sus artículos e informaciones han de convivir en el espacio mediático sufragado por las marcas comerciales mañana, tarde y noche en periodo electoral, pues fue dar el pistoletazo de salida a la camapaña para las Generales el pasado 4 de Diciembre, que la detención en Benidorm de una banda dedicada a robar a personas mayores conocida como “Las cariñosas” por sus melosos procedimientos a través de abrazos, caricias, besuqueos e insinuaciones sexuales, ha corrido como la pólvora estos dias en las páginas de periódicos, tetulias radiofónicas y platós de televisión.

Al tiempo que distintos medios de comunicación dan a conocer la existencia de una Banda estas características que tenía como objetivo prioritario ganarse la confianza, amistad y cariño de los mayores dependientes, ancianos que viven solos, jubilados que acuden cartilla en mano al banco para sacar la pensión, por ser gente en ocasiones con las facultades mermadas, desvalidas, necesitadas de ayuda y compañía, algo más confiadas y en consecuencia sencillas de engañar, dos mensajes más le llegan a la población via el Telediario, a saber: el primero que tanto el PP como el PSOE se preocupan de velar por los mayores, cuidan mejor que nadie de sus intereses, se hacen cargo de sus problemas, les garantizan las pensiones y mantener su poder adquisitivo…Y el segundo, que tanto el PP como el PSOE, cuentan con la fidelidad en bloque del voto de la tercera y cuarta edad, que por el contrario, se lo niegan a los partidos más decentes como UPyD, IU, Bildu o PNV y por descontado nada quieren saber de las nuevas formaciones que como Podemos o Ciudadanos reclaman se haga limpieza en la vida política española, actitud muy vinculada al Síndrome de Diógenes.

Del cruce mental involuntario de estas dos informaciones, emerge la idea de extrapolar del ámbito de la delincuencia al de la esfera política la etiqueta “Banda de los cariñosos” para aludir al PP y al PSOE tanto por su modus operandi de embaucar al mismo sector de la población, cuanto por la finalidad con que dicen ocuparse de su bienestar, paralelismo que me resisto a no apreciar, habiendo como hay tanto granuja pidiendo el voto a quienes más padecen los recortes en dependencia, la subida del IVA, el copago sanitario, la pobreza energética, a quienes más acuden a los bancos de alimentos, a quienes con sus pensiones han de ayudar a sus hijos y nietos en paro…

Nuestros mayores no necesitan que nadie proteja sus derechos; fue gracias a su lucha que estos derechos los tenemos. Nuestros mayores, no precisan que nadie les garantice las pensiones, es gracias a su trabajo cotizado mes a mes que las tienen para no pedir limosna. Nuestros mayores no quieren que nadie les regale nada, tras una vida de entrega ahorro y sacrificio han llegado a pobres, pero aún hoy pagan todos los recibos criminales de la luz, el gas, la calefacción, pagan el IVA, pagan el IBI y en buena lógica el Estado tiene obligación de justificarse ante ellos.

La policia sabe que los criminales más desalmados, se fijan en las personas nobles, dóciles y necesitadas de ayuda para sacarles los cuartos en un descuido, vaciararles la cuenta corriente abusando de su confianza o manipulando su voluntad a fin de que modifiquen su testamento. Los periodistas, conocedores como nadie de la realidad del país, están hartos de ver y escuchar mentiras en boca de los más corruptos y sivergüenzas candidatos, dirigidas a engañar y amedrentar al sector más manipulable de la ciudadanía y por eso creo yo, se han rebelado por medio de esta sutil estratagema de hacer coincidir la detención de la “Banda de las Cariñosas” con el inicio de campaña cuando los políticos van dando abrazos y besos por nuestras calles, plazas y barrios.

El Voto de la Lástima

Desde mis inicios como articulista hace cosa de tres décadas, aprovecho los distintos periodos electorales de nuestra Democracia formal, para discernir en el concepto de “voto”, su tipología. Así, en todos estos años, he distinguido diversas maneras de votar fijándome en su raíz etimológica hasta centrarme en su más aséptica acepción en función de la actitud con que se ejecuta la acción, enumerando el voto devoto, el voto beato, el voto postal, el voto secreto, el voto nulo, el voto en blanco, el voto negro, el voto rojo, el voto verde, el voto marrón, el voto militante, el voto comprado, el voto vendido, el voto tránsfuga, el voto agradecido, el voto útil, el voto engañado, el voto arrepentido, el voto arrastrado, el voto cautivo, el voto del miedo, el voto olvidado, el voto oculto, el voto podrido y seguramente algunos más a los que no alcanza la memoria a volapluma. Hoy, les presento mi último hallazgo intelectual en esta desconocida rama de la Politología, cuál es, el “voto lastimero”, cuya definición podría recogerse del siguiente modo: dícese del voto que los Partidos Políticos y sus dirigentes buscan en el electorado por medio del recurso de dar lástima.

Todos conocemos cómo opera el voto del miedo: se provoca en la gente cierto estado de inquietud para que su decisión tenga presente los distintos males que le pueden acontecer de no votar a tal o cual opción. Sin embargo, nadie habla del voto lastimero cuya sibilina eficacia no es menor, que digamos, a la hora de atraer sentimentalmente a un amplio espectro de electores cuyas carencias afectivas les hacen reos de cualquier estratagema encaminada a manipularles, ora en el área comercial por medio de la publicidad, ora en la esfera política a través de despertarles ciertos recorridos viscerales de los que, no están entrenados a gobernar a voluntad de no ser esta ajena.
En la presente campaña electoral, más que nunca, aprecio una batida general a la caza de este voto lastimero:
El PP, presenta a un Rajoy incomprendido como el pollito Calimero que no ha sabido explicar a los españoles lo bien que ha hecho las cosas; el pobre va a ser el único Presidente que no repetirá mandato; ha sido traicionado en la confianza por la corrupción de sus más fieles colaboradores; hasta Aznar le pone a caldo…¡Sujetadme! ¡Sujetadme! ¡Que le voto!
El PSOE, muestra a un inexperto e ingenuo Pedro Sánchez, pagando el pato de su antecesor ZP; es un lider joven, trabajador y bien preparado cuyo esfuerzo e ilusión, en cambio, van a cosechar un estrepitoso fracaso que él, personalmente, ¡pobrecito! no merece; gente de su propio partido espera a que cometa el menor desliz para echarlo de Ferraz y hasta le anuncian el relevo de Susana quien trabaja a destajo para meterlo en aprietos; ¡ay! Pena penita pena, pena, pena de mi corazón…
IU, acostumbrada a descalabros, cuando parecía conformarse con mantener el voto menguante triste-melancólico de la izquierda caduca, ha visto ante su previsible desahucio de las Instituciones, la oportunidad de dar más pena todavía. De esta guisa no ha dudado en dejar que su nuevo dirigente, Garzón, fuera mendigando una divina Alianza con Podemos; fuera sometido a tentaciones tránsfugas; fuera despreciado ante las cámaras en un cutre sofá; para al final acudir en solitario con la comparsa de saltimbanquis extraparlamentarios a recoger el finiquito por tantos años de lucha aterciopelada desde sus escaños.
UPyD, cuyas siglas bien podrían corresponder a “Un Partido y Decente”, sí que es digno de lástima: su trayectoria política ha ido de victoria en victoria hasta la derrota final. Su particular caso, llega muy hondo al corazón de donde brota una operística furtiva lágrima, por una formación difunta con la que no cuenta ni su propia militancia que, o se da de baja o se pasa a otros partidos de la noche a la mañana literalmente, sin esperar a ver qué sale de las urnas que en su caso auguran ciertamente fúnebres.
Incluso, el otrora prepotente Podemos, explora la idea de reclamar para sí, el voto lastimero, ahora que las encuestas parecen enfriar sus ánimos y que su máximo competidor en el acoso y derribo del Bipartidismo va imparable hacia arriba en la intención de voto mientras ellos caen en picado, como icaresca cura de humildad.
Precisamente, sólo Ciudadanos, parece de momento no necesitar el voto lastimero. Quien sabe…la Ley D´Hondt, es muy cruel y al final podría resultar que su tragedia, de otro sentido al título Sonrisas y lágrimas.

Del Votonto y el Votanto

La papeleta es Papel Moneda.
La papeleta es Papel Moneda.

Así como entre la militancia de un Partido Político cada cual debe asumir el lugar y función que le corresponde como “militanto” o como “militonto”, el electorado a la hora de acudir a las urnas debe decidir libre y voluntariamente a que segmento desea pertenecer, si al de la inmensa minoría al que yo estoy adscrito desde hace varias legislaturas denominado el Magnífico, Excelentísimo, Honorabilísimo sector del “Votanto” que jamás entrega su voto gratuitamente si no hay de por medio una gratificación, una compensación aunque se trate de un pago en especie, sin hacerle ascos a una subvención triangulada en diferido pasadas las elecciones, o por el contrario al muy humilde, popular y vergonzante espectro poblacional que deposita su papeleta en la urna, así como así, en generoso desprendimiento como si de un residuo se tratara en el más absurdo ejercicio de burreciclaje que cabe imaginar y al que hemos dado en denominar el término de “Votonto”.
Evidentemente, todos los “votantos” somos listos, pero no por ello, todos los votontos sois tontos. ¡Ni mucho menos! La mayoría de vosotros, perteneceis a la clase votonta más por ignorancia que por necedad, pues desconceis que vuestro voto tiene además de un valor sentimental un precio que cotiza en Bolsa, entendiendo por Bolsa, las Arcas del Estado. Ese gesto altruista que vais a perpetrar el próximo Domingo, muy seguramente os lo pensariais dos veces antes, de tener claro en vuestra mente que las urnas son huchas y las papeletas euros. Esto y sólo esto, explica la sospechosa insistencia de los gobernantes en que acudamos todos en masa a votar, porque cuantos más vayamos a votar, más dinero recaudan. Bien es verdad, que vayamos muchos o pocos a votar, al final las cuentas del presupuesto han de cuadrar y se llevan, casi casi, la misma cantidad pactada para ellos si lo que únicamente se contabilizan son vuestros votontos. Pero, creedme cuando os digo que el reparto es más justo y equitativo si en lugar de entregar vuestro voto gratuitamente a la opción menos mala en el menos malo de los sitemas, decidís como hago yo venderlo al mejor postor y os convertís en votantos, así, por lo menos, se lo hacemos pagar antes, ya que está visto que tampoco sois capaces de hacérselo pagar después, por mucho que todos ellos quieran cobrar en todo momento y lugar.
Me parece una vergüenza increible que en una sociedad como la nuestra transformada en libre mercado, donde los antiguos ciudadanos se comportan casi eclusivamente como consumidores, podamos comprar y vender de todo, la superficie del territorio nacional, las playas del litoral, el subsuelo para aparcamientos, los alimentos básicos con IVA, donde se puede grabar la cultura con derechos de autor, donde se respetan patentes de medicamentos vitales para las personas, donde hasta el dinero cuesta dinero…los gobernates descaradamente pidan el voto gratis a la gente ¡y lo que es peor! que un pueblo ignorante se lo entregue porque en su psicología profunda está convencido de que no vale nada. Y es aquí donde hay un error de concepto que es necesario aclarar para transformar al votonto en votanto:
Una cosa es que el voto no valga para nada, dado que si valiera para algo no nos dejarian votar a todos, y otra muy distinta, es que el voto, no valga nada. Quien no haya apreciado la diferencia por mi descubierta para la Politología, no es necesario que prosiga con la lectura de este texto, en su caso no hay problema alguno en que continue votando gratuitamente como quienes reciclan todos los dias sin nada a cambio. Pero aquellos que hayan entendido la diferencia ya no deberian votar nunca más sin reclamar ¡qué menos que dos euros! por ir a votar un día de descanso. Una persona que es tonta tiene todo el derecho del mundo a hacer tonterias y nadie se lo va a reprochar. Pregunta: ¿Por qué has ido a votar? Respuesta: ¡Porque soy tonto! En este caso, no cabe discusión alguna. El problema aparece cuando a la pregunta ¿Por qué has ido a votar? Obtenemios respuestas tan extrañas como “porque ejerzo mi derecho y responsabilidad constitucional como buen ciudadano de manera libre y voluntaria”. Esta clase de contestaciones, son producto de un lavado de cerebro por parte de los gobernantes y los medios de comunicación patrocinados ambos por la banca y las grandes empresas. A la muy seria pregunta ¿Por qué has ido a votar? La respuesta inteligente, correcta y acertada debería ser siempre ¡Porque me conviene! ¡Porque me sale a cuenta! ¡Porque me pagan! Sólo cuantos sean capaces de responder con sinceridad así, pueden decirse como yo, pertenecientes a la clase “Votanto”.