Amama se fuga

A mi amiga Maite se la sopla, con perdón, que se hayan ventilado a Bin Laden, que el trasero de Pippa cause furor y que el Barça juegue la final de la Champions. A ella lo que le quita el sueño es la huelga de comedores. Sobre todo porque su madre se ha declarado en rebeldía y eso es peor que un paro de los controladores en agosto. La señora estaba hasta los mismísimos rulos de tener cada día más comensales. Porque además de guisar para su marido, que solo pisa la cocina para sintonizar el televisor, lo hace también para su hija pequeña y su yerno, que llevan diez años casados y aún no han desprecintado la olla exprés. El microondas sí, para descongelar los platos precocinados. También se sientan a su mesa un par de nietas con padres encadenados en cuerpo y alma al trabajo. Y de vez en cuando, las amigas de las nietas, que entran y salen como Pedro por su casa. Vamos, que si les cobrara a todos el menú del día, no tendría que teñirse de supermercado.

El pasado domingo, viendo la que se le venía encima con la huelga de comedores, colgó el delantal y les dejó a todos plantados. Ahora eso sí, con la nevera repleta de tupperwares. Ante el temor de que no vuelva, dividen las albóndigas con bisturí para racionarlas como hacen con los cocos los concursantes de Supervivientes. Mi amiga, que se ha quedado con los niños colgados, dice que el curso que viene, en vez de al jantoki, les va a apuntar a un wok, que le garantiza gambas calientes los 365 días del año.

2 comentarios en «Amama se fuga»

  1. Amama va de víctima. Como siempre. Mientras tanto, aitona va de vago, como de costumbre. Novedosa ideología medieval.

    1. Quizás si te hubieras leído esta otra columna, que escribí en su día, te habrías ahorrado tu comentario.

      El Día del Aitite

      Teniendo en cuenta el ratio de aitites por metro cuadrado de patio, que uno se equivocara de nieto era cuestión de tiempo. Pobre. Un despiste lo tiene cualquiera. ¿Quién no ha fichado alguna vez con la travel o ha intentado llamar con el mando a distancia del televisor? Vale que no es lo mismo, pero sólo rompe platos quien los lava y, mientras muchos trabajan, son sus padres quienes recogen al peque de la guarde y esprintan hacia el cole para llevar a las extraescolares al mayor. Y si se descuidan, les piden que compren yogures y un gorro de baño porque el niño nada mañana y le ha crecido el cabezón. Con ese trajín y todavía hay quien les llama población inactiva. Tiene bemoles. Si algunos sudan más que cuando trabajaban en Etxebarria o Euskalduna. Les deberían de dar un premio a la conciliación laboral. Nadie, salvo las expendedoras o algún tendero oriental, está de guardia tantas horas. Que te plantas a las ocho de la mañana en su casa con el niño moqueando en un brazo y el bidón de Dalsy en el otro y allá se las compongan. Por si fuera poco los hijos bumerán, ya sea por la crisis económica o matrimonial, anidan de nuevo en sus sofás. Sin siquiera espacio para echar la siesta, ellos solitos sostienen, como siempre, el entramado familiar. ¿A que nadie se atreve a calcularles la pensión, como a los funcionarios, en función de su productividad? ¿A cuánto se cotiza la hora de canguro sénior? ¿Y para cuándo el Día del Aitite? Más de uno aprovecharía el festivo para poder recoger la receta del sintrom.

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