Abstemio de móvil

ME hablaron en una ocasión de un tipo que no tenía teléfono móvil y se me antojó que debía ser una especie de niño salvaje incapaz de adaptarse a la civilización en su edad adulta, además de objeto de estudio antropológico y posible entrevistado de suplemento dominical por rara avis. Pero resultó que el adalid del minimalismo tecnológico no tenía greñas ni andares de selva amazónica.

Abstemio de móvil
Abstemio de móvil

Era un hombre con apariencia de sabio al que no le hacía falta para nada un dispositivo al que mirar 150 veces al día, como acaba de afirmar un estudio sobre el resto de los mortales. Supongo que, en vez de contemplar fotos ajenas y leer chistes malos, este activista antismartphone preferirá comerse también con los ojos el pincho de tortilla del almuerzo o esperar a llegar a casa para decirle a su pareja lo mucho que la quiere esbozando su propia sonrisa y no recurriendo a la del emoticono con dos corazones saltones por ojos, que uno no sabe si representa a un romántico empedernido o a un tío puesto hasta arriba de pastillas. Suena raro, estando el 77% de los ciudadanos enganchados al móvil, eso de andar por la calle ilocalizable, con las manos colgando, los bolsillos vacíos… Como si uno no tuviera otra cosa que hacer que desplazarse. Sin sacar ninguna foto, sin consultar ninguna web, sin leer ningún mensaje. Suena a niño chapoteando desnudo en la playa. Suena a sabio libre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *