Los que ya no son de los suyos

Un amigo asturiano me envió un sms el día de añonuevo que, para variar, no contenía los edulcorados buenos deseos sobre los que me explayé en mi última parrapla, sino un chiste que corría por la tierra dinamitera: “El PP se ha bebido toda la sidra y ha devuelto los cascos. Toma ya 2011”. Semanas antes había hablado con el remitente de la chanza y ambos habíamos dado por sentado que todo el ruido del Sella se iba a quedar en pocas nueces y que Francisco Álvarez-Cascos sería el candidato de los populares a la presidencia del Principado. Quedan demostradas una vez más mis capacidades proféticas. En mi descargo puedo alegar que no me entraba en la cabeza que un quítame allá esos egos y esas riñas del pasado iba a hacer que Rajoy se fumigase al que todos señalaban como seguro ganador de las próximas elecciones autonómicas. Y tampoco tenía muy claro que, una vez defenestrado, el otrora pintado como doberman iba a romper el carné del partido que él mismo fundó y al que empujó a esa mayoría absoluta de tenebroso recuerdo por estos pagos.

De Vestrynge a Arregi

Que se vayan preparando en Génova 13. La historia de la política, y especialmente la de la reciente, es la demostración de que no hay peor enemigo que la astilla rebotada de la propia madera. En las mismas filas gaviotiles está el caso de Jorge Vestrynge, que cuando recibió la patada hizo en un solo salto el tránsito de la extrema derecha al posmarxismo con toques maoístas. Cierto es que no se comió un colín y tuvo que emigrar a Latinoamérica a pregonar el hombre nuevo. Otros disidentes de sí mismos han hecho mejor fortuna. Que se lo pregunten a Rosa Díez, la consejera viajera del bipartito presidido por Ardanza en los tiempos de la mesa de Ajuria Enea. Todos la teníamos como una dócil aparatera del PSE, pero un día le explotó el ego y aspiró primero a la secretaría general del socialismo vasco y luego, a la del español. Perdidos ambos envites, juró odio eterno a sus antiguos compañeros, y ahí está, haciendo sietes en los cocientes de la Ley D’Hont, amén de como política más valorada en los sondeos del CIS.

Qué decir de Emilo Guevara, que inspiró a Arzalluz aquella maldad sobre los “michelines que sobraban en el PNV”. Con el tiempo, acabó redactando la contraprogramación socialista del llamado Plan Ibarretxe. Y para nota entre los que pasan la segunda parte de su vida arrepintiéndose de la primera, Joseba Arregi, de quien no creo que sea necesario extenderse en explicaciones. Moraleja: cuidado con los que dejan de ser de ser de los suyos.

7 comentarios en «Los que ya no son de los suyos»

  1. Pues yo sí que me pregunto muchas veces hasta dónde alcanza el cambio ideológico de los susodichos. Por puro morbo, no lo niego… y en concreto siempre me he sentido «interesado» por el caso de Arregi, ahora ArregUi. No logro entender cómo quien prefería que sus hijos vieran la televisión en japonés antes que en castellano y se pudo pasar sus 7 u 8 pueblos defendendiendo al euskera frente a la lengua de Cervantes, por arte de birlibirloque le faltó tiempo de cambiarse de equipo y arremeter con un odio y una sanha inusitada contra todo lo que tanto defendió en tiempos pasados. Por eso me pregunto, y no logro calmar mi curiosidad, por qué misteriosa razón alguien sufre una metamorfosis de tal calibre y en tan poco tiempo, sin evolucionar, como por generación espontánea?

    Metamorfosis las hay de muchas clases y orígenes… A saber:

    Mercenarios del pensamiento único: Joseba Arregi, Jon Juaristi. Con botín y bien recompensados y claro, considerados y enmedallados.

    Pataletas de «ahora veréis de lo que soy capaz»: Rosita Díez es caso común y ahora Álvarez Kaskos, así, con k… pa joder…

    Tránsfugas a lo Madrid y Benidorm: y el maletín por debajo de la mesita «mi amol voy a hassserte felis!»…

    Pero hay uno histórico, que me mola mogollón, que «sufrió» tantas metamorfosis como le fue necesario, que de arrimarse a los árboles que mejor cobijan y de chaqueterismo acabó de Doctor Horroris Causa, de quien tras leer su biografía puedes acabar en el psiquiatra…! de quién hablo? Aznar lleva sus genes! Tic, tac, tic, tac…

    Me consuela y mucho que Ibai se está poniendo bueno… 🙂 Eso sí que es importante y mola mogollón!

  2. Javier.. igual habría que incluir a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñon, que tras ser padre de la «Consti» (por UCD) y disputarle la presidencia de AP al extremeño Hernández Mancha (y perderla) pegó un salto hacia el nacionalismo que para sí quisieran muchos «ilegales»…

  3. Saludos,

    Os recomiendo la lectura de este artículo que Javier Ortiz escribió a comienzos del 2000. Se titula Materialismo grosero.

    En él, Ortiz hablaba de un libro publicado por Miguel Rodríguez Muñoz titulado La cáscara amarga.

    Una frase lo dice todo: «para entender lo que sucede en la política asturiana -sostiene-, hay que buscar pocas explicaciones, y cuanto más toscas y arrastradas, mejor».

    Un abrazo.

  4. Tan interesantes como los nombres, son las excusas que básicamente es siempre la misma: «yo sigo fiel a mis ideas de toda la vida; son los demás los que han cambiado». Se basa en aquel truco del viejo cine en el que se simulaba el movimiento manteniendo quieta la diligencia y grabándola sobre un fondo de cactus que pasaban a toda leche.

  5. Cotton, ya la he dejado… ¿Te atreves a rebatirme el caso de este personaje? Lo he exagerado un poco, pero lo que quería hacer ver es que «saltimbanquis» los hay de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. De nacionalismo vasco a nacionalismo español y viceversa. Si decir esto es estar bebido, no envidio tu «sobriedad»

    Urte berri on

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