La extra

Resultan fascinantes las denominaciones que mienten de serie. En Donostia, por ejemplo, se sigue llamando quincena musical a algo que se prolonga durante casi un mes. No hay tres pies que buscarle a ese gato. Simplemente ocurrió que para cuando el número de actos programados reventó las costuras del calendario, la marca original ya estaba firmemente instalada y, aunque ya no era fiel a su propio enunciado, no procedía el cambio. Menos inocente es el caso de lo que, alegres y confiados, designamos como paga extraordinaria.

Puede que hubiera un tiempo, efectivamente, en que la percepción de una propina equis estuviera sujeta al arbitrio y la magnanimidad de un mandamás paternalista. Incluso aunque el sobresueldo se sostuviera en una costumbre más o menos generalizada, no había ninguna garantía de cobrarlo. Por eso cabía hablar con propiedad de paga extraordinaria. Desde hace unos lustros, que para algo tenía que servir la lucha obrera, esa retribución está específicamente consignada en los convenios y/o los contratos. Es decir, que para las afortunadas y los afortunados cuya relación laboral se rige por tales documentos en vías de extinción, el ingreso se ha vuelto tan ordinario como la mensualidad de marzo o noviembre. Pura masa salarial, que se dice ahora.

Por inercia, por tradición, porque en el fondo somos niños grandes y nos gusta crearnos la ilusión de cobrar el doble un par de veces al año cual si nos hubiera caído del cielo, hemos perdonado la vida a un término —extra— que ya no hace honor a la realidad. Nadie imaginaba, por lo visto, que los recortadores se colarían por ese boquete psicológico y conseguirían presentar como algo perfectamente presentable la supresión de lo que en el imaginario colectivo sigue figurando como una dádiva generosa. El señor nos lo da, el señor nos lo quita. De momento, este año y no a todo el mundo. Veremos qué pasa el que viene y los siguientes

Un comentario en «La extra»

  1. He llevado contabilidades de empresas en tiempos de Franco asi que se de donde vienen esas partidas:Habia 2 pagas extras obligatorias y en algunas empresas 3: la de beneficios! La primera era la del 18 de Julio que la habia impuesto el caudillo conmemorando el alzamiento para que vieramos no todo habia sido malo en la guerra! La otra era la de Navidad, celebrando el nacimiento de Jesus! La tercera la de beneficios la daban los empresarios en vistas al ejercicio y del ano! Al llegar la transicion la del 18 de Julio se paso a pagar en Junio y se le llamo de vacaciones! y la mayoria de los convenios incluyeron la de beneficios! la mayoria de los vascos hemos tenido 15 pagas! Y los sindicatos solo rubricaron lo que habia que no nos vengan con mertirologios y heroicidades! que yo tenia 25 anos en 1975 y el culo quemado de currar! para que estos vagos nos vengan a dar consejos e incluso lecciones! Lo que hicieron algunos sindicatos es torpedear derechos adquiridos por algunas companias filiales internacionales como Electrotecnica Arteche Hnos donde trabajo mi padre desde 1956. Arteche como se le conoce en Mungia, ya tenia becas y gastos medicos privados pagados para para los hijos y familias de los trabajadores, ya que tenia capital belga! Los sindicatos lo unico que quieren es controlar a los trabajadores , obtener su voto y tener mariachis a gogo en todos los gremios! Asi es como se corrompe el sistema!

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