Dobles varas

No, la columna de ayer no pretendía ser una encendida soflama sobre la igualdad. Cuando a los hombres nos da por elevar la nota del discurso de género, además de rayar en lo patético, acabamos practicando uno de los machismos más repugnantes que se me ocurren: el paternalismo. Francamente, si yo fuera mujer, creo que me repatearía el hígado que un tío viniera a darme un par de palmaditas comprensivas en la chepa mientras me susurra lo muchísimo que simpatiza con mi causa. Y ya que estamos, tengo la convicción de que tampoco me haría demasiada gracia que me reservaran por decreto un número equis de plazas donde fuera, de tal modo que si llegara a ocupar una, nunca sabría si la he obtenido por mis méritos o me ha tocado en mi calidad de cuota monda y lironda. Otra cosa es que a nadie le amargue un dulce o le venga mal una ventaja, pero entonces no lo vistamos de justicia social. Paridad obligatoria, listas-cremallera o discriminación positiva me parecen, en el mejor de los casos, buenas intenciones de esas que alicatan hasta el techo el infierno.

Pero ya digo que no iba de eso (o no específicamente) lo que escribí hace 24 horas. Ni siquiera de Grecia, Tsipras o Syriza, aunque el punto de partida estuviera en el gobierno con pleno de pitilines que ya ha empezado a tomar medidas —varias, de ovación cerrada, por cierto— en tierras helenas. El quid estaba, o mi propósito fue ponerlo ahí, en el deprimente relativismo moral, en la puñetera e hipócrita doble vara de medir que conduce a deplorar o justificar el mismísimo fenómeno en función de las simpatías que se dispensen hacia sus protagonistas.

9 comentarios en «Dobles varas»

  1. Las élites dan la espalda a las mujeres. Los varones llevan siglos aplicando sus reglas de discriminación positiva, que sólo les benefician a ellos. Son los que tienen el poder y se eligen entre ellos, se devuelven favores. Las mujeres, en el mejor de los casos, llegamos a escalas intermedias, pero nos ocultan para puestos de mayor responsabilidad. Tsipras ha dado de nuevo un puntapié a sus compatriotas mujeres.
    Pero a las mujeres hay que apoyarlas de otra manera, con medidas para que puedan conciliar su profesión, porque si hay cuotas siempre son cuestionadas, aunque sean personas muy válidas para el puesto

  2. Totalmente de acuerdo.Ejemplo simple: cuando un soldado español muere en el Líbano por fuego israelí,ha sido un «accidente» (aunque conocían de sobra la posición de dicho soldado) y la ONU «lamenta» la muerte del militar sin nombrar al responsable (que ha confesado desde el primer momento la autoría del ataque).Si el ataque contra la torreta hubiera venido de Hezbollah, ¿se habría aceptado la versión del accidente?¿Se habría redactado ese comunicado en los mismos términos?. El doble rasero se aplica a diario, y cuando se trata de política (nacional o internacional) el grupo en el poder trata de garantizar su status en momentos de crisis como este con el lema universal » o yo o el caos», aplicable lo mismo a Rajoy que a Mubarak, que lo utilizó por cierto en el último discurso televisado al país antes de su caída…

  3. Te compro pulpo como animal de compañía. ¡Pero si ya sabemos que precisamente tú no eres machista!, es simplemente que me asquea esta sociedad del quedabien, de la superficialidad (como si apoyar a los gays fuera ver el sálvame), esto está lleno de pusilánimes y decadentes. Claro que yo soy una exaltada y estoy medio cabreada todo el día como si llevar apuesto un tricornio de continuo. Sigo esperando un milagro para Grecia.

  4. No creo que el paternalismo sea cosa de sexo masculino o femenino. Y el hablar de estos temas, es sólo mostrar que en el fondo aunque se de una cierta «discriminación positiva» no dejan de reflajar una desiguladad, manifiesta.
    A todos los niveles, en todas las profesiones, en ambitos familiares, sociales, las mujeres estamos en un nivel inferior de reconocimiento, salario, a los hombres.
    Esto es así, y va a costar cambiarlo, poco a poco.
    Este debate como lleva cientos de años, es digamos reciente, todo se andará.
    En fin, si recordamos las cosas que decia Sabino Arana en relación a las mujeres, por ejemplo,y luego vamos a su estatua en los jardines de Albia y dejamos un homenaje, pues también chirría.

  5. Sabino Arana no tiene una estatua por lo que dijo de las mujeres (que no se qué dijo) sino porque fue el que creó la conciencia nacional vasca, no nos inventó pero hizo que nos diéramos cuenta de que formamos un solo pueblo y de que ya valía lo de darnos de leches entre nosotros, si no íbamos a desaparecer, se arruinó la salud y dio la vida por su país, no como los políticos de hoy en día (quitando Ibarretxe) que hablan y hablan pero no se arriesgan. Por eso tiene estatua en Albia. Ni qué decir tiene que la Pasionaria y las dos titis de EB de las JJGG de Araba no tienen nada que ver, digan lo que digan, que si la izquierda que si las mujeres, que si tal que si cual, una era una valiente y las otras unas vendidas.

  6. Pues no, quecaro. Porque Sabino decía lo que decía en un contexto y un entorno cultural, social, y económico totalmente diferente al de hoy en día. Y porque ese homenaje que se le hace hoy en día no tiene su razón de ser en lo que Sabino pudiera haber dicho «sobre las mujeres», sino en otros y muy diversos motivos.
    El problema es que, a día de hoy, haya quien, y desde una perspectiva de izquierdas (¡y revolucionaria, nada menos!) considere chupifetén organizarse un txokito de gobierno de diez amigos con pitilín. Y mayor problema aún veo en quienes desde, al menos teóricamente, una posición ideológica similar, se den unos giros conceptuales de tres pares de pistones para justificar el asunto.

  7. De heroínas viriles a madres de la patria. Las mujeres y el nacionalismo vasco (1893-1937).
    Nerea Aresti
    Ya..el contexto.

  8. No sé cómo hemos acabado hablando de Sabino Arana en estas dos varas, pero sigo dando la vara y para justificar mi punto de que la lucha feminista y la lucha obrera (cuando los rojos eran rojos y no rosa chicle) acabo de encontrar este artículo de Juan Carlos Ocaña Aybar. http://clio.rediris.es/udidactica/sufragismo2/movobrero.htm.
    Y dice entre otras cosas:

    Los movimientos feministas y sufragistas estuvieron dirigidos por mujeres de procedencia burguesa. A pesar de que los planteamientos feministas eran interclasistas, sus ideas no lograron penetrar ampliamente en los ambientes obreros. Ni feministas, ni sufragistas consiguieron nunca movilizar ampliamente a las mujeres trabajadoras.
    Los propios ideólogos del primer movimiento obrero, en la primera mitad del siglo XIX, mantuvieron posturas contradictorias respecto a la igualdad de derechos de la mujer.
    Luego habla de Flora Tristán y de que Engels y Marx consideraban a la mujer como una igual aunque sólo veían que podía liberarse a través del socialismo y prosigue:

    Esta posición contrasta claramente con la misoginia de alguno de los primeros ideólogos del movimiento obrero como Ferdinand Lasalle (1825-1864) y, sobre todo, Pierre-Joseph Proudhon (1809-1864). Este último afirmaba claramente que una mujer igual al hombre significaría “el fin de la institución del matrimonio, la muerte del amor y la ruina de la raza humana”. El lugar ideal para la mujer era el hogar. Para Proudhon las cosas estaban claras: “no hay otra alternativa para las mujeres que la de ser amas de casa o prostitutas”.

    En fin, un poco chapa pero bueno….

  9. Creo que en este comentario te contesto a este post y al anterior.

    ¿Me gusta que el primer gobierno de izquierdas «de verdad» de la UE no tenga ninguna mujer de ministra? Me repatea el hígado!!! Ahora bien. No tengo elementos para evaluarlo, salvo que les falta color en la vestimenta. Por otro lado, he de creer que las feministas griegas, sabrán mejor que yo lo que hay que decir y/o hacer.

    (INCISO – tengo un amigo griego, que el otro día me esgrimía que si no había ninguna mujer de ministra, era porque los ministerios que tradicionalmente son para la mujer, son los que han desaparecido o se han integrado en otros. Le pregunté si no se daba cuenta de lo machista que era esa posición y me miró sorprendido… ojito al dato)

    ¿Me gusta que un gobierno de extrema derecha no tenga ninguna mujer en su gobierno? pues sinceramente, me importa un bledo. Todavía recuerdo cuando se quejaba una de las Falanges (la franquista), porque no podían presentar una lista de todo mujeres para unas municipales por la ley de paridad. Y me da igual porque sean hombres, o sean mujeres, no confío en absoluto en las medidas que puedan tomar para con nosotras.

    Pero en este post, no te has metido sólo en el tema de las doble vara de medir. También te metes en el charco de las cuotas y la discriminación positiva.

    Y me esgrimes el argumento de que si una mujer alcanza un puesto por discriminación positiva, nunca sabrá si es por su valía, o porque había una cuota.

    Vamos a dejar los puntos claros:

    Hasta que se han puesto las cuotas, y dónde no se han puesto, existe una discriminación positiva al varón, desde tiempos inmemoriales. Te puedo asegurar que durante muchos años, lo que de verdad me ha repateado es ver cuanto tío inútil ha llegado a puestos de relevancia, saltándose a un montón de mujeres que le daban cien miel vueltas. Algunos de ellos en departamentos, dónde sólo había uno y ooooo era el que ascendía.

    También te digo, lo de ascender a inútiles, tras la moda de la «igualdad», tampoco es que haya cambiado mucho, a mi me gustaría saber por qué leches, escogen muchas veces a la tía más inútil, dentro de un grupo de mujeres muy válidas… (igual es por eso, porque los válidos, sean hombres o mujeres, suelen tener iniciativas propias que más tarde o más temprano terminan chocando con las directivas)… pero bueno, igual estoy generalizando mucho, desde lo vivido en una multinacional dónde hay muchas mujeres en mandos medios y que por supuesto, siguen la tendencia de cobraqr un 30% menos a igualdad responsabilidad y curro.

    Y por último… te niego la mayor, Javi. A mi me molesta que alguien sea paternalista conmigo, por supuesto que sí, pero no es cierto que considere que el tema de la igualdad sea algo exclusivamente nuestro. De hecho creo que si no se construye conjuntamente, llegará un momento donde el proceso encallará.

    Es más, que sepas, que el % de hombres implicados en este tema e incluso las posiciones que defienden, en Euskadi, les lleva unos 10 años de ventaja a lo que me he encontrado en el resto de España (sobre todo en Madrid, que es lo que más conozco).

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