¿Ponemos fecha?

Ni sé las veces que habré escrito esta columna. Prácticamente, las mismas que nos ha tocado asistir a la acogida con cohetes de una encuesta que concluye que los vascos están mayoritariamente felices en el marco jurídico actual. La más reciente ha sido la última entrega del Euskobarómetro, estudio que, como es público y notorio desde hace varias glaciaciones, no es el que goza del mayor prestigio de nuestro entorno porque ni siquiera se empeña en disimular un sesgo que al paso de los decenios ha devenido en tufo. Eso, sin contar que, confrontados los pronósticos con los resultados reales salidos de las urnas, el número de fiascos ha tendido a infinito.

De todos modos, en el caso que nos ocupa hasta podemos pasarlo por alto. Más allá de ciertos triles en las preguntas y en la distribución a la carta de las respuestas, podremos conceder que varias tendencias del último potaje del chef Paco Llera están apuntadas grosso modo en otros sondeos, y añadiría incluso que en lo que cualquier nariz medianamente entrenada puede percibir en la calle. La idea básica es que la sociedad vasca no parece estar ahora mismo por embarcarse en una movilización por la independencia, y menos, tras escarmentar en carne ajena las vicisitudes del procés; mucha simpatía, pero ninguna gana de pasar por algo similar. Y ahí es donde, saltándome varios capítulos, enlazo con lo de la columna repetida que les decía al principio. Si tan claro está que no hay ninguna vocación rupturista, no habría motivo para no correr el riesgo de someter la cuestión a una consulta. Con el compromiso, faltaría más, de acatar los resultados. ¿Ponemos fecha?

4 comentarios en «¿Ponemos fecha?»

  1. Motivos si hay para irse o separarse de la cloaca del sur.
    Pero tal como está configurado el mapa socio económico y político mundial la pregunta es ¿a donde?.
    Escocia, Quebec, Flandes valonia y podemos seguir…
    O eres muy fuerte en todos los sentidos (militarmente) caso Reino Unido, o toca esperar hasta el infinito.
    Los Balcanes son un mal ejemplo del que no se puede copiar y muchos sabemos que al que manda en este mundo tan globalizado se la suda asesinar poblaciones enteras con tal de seguir viviendo del esfuerzo ajeno.
    Creo que no hay fecha.

  2. Como en tantas otras cosas; esperar sentados y a la sombra.
    No hay manera, el independentismo por los suelos pero no hay huevos. No hay huevos eh «no nacionalistas»?
    En cuanto al Euskobarómetro, que credibilidad va a tener si su jefe es un ultranacionalista Español y hasta hace cuatro días el segundo era Retortillo. El PSE más cutre al frente. Cuando se va a plantear la EHU-UPV dejar de pagar a ultras Españoles para sus estudios de opinión?.
    Sentados y a la sombra también?.

  3. «Cloaca del sur»..»ultranacionalistas» (creo que ponenos el listón de lo «ultra» un poco bajo; con ese rasero…que levante la mano el que no es ultra de lo suyo)…buf…la normalización está aún bastante lejos (entendida como la asunción de otras realidades y otras formas de pensar o sentir sin insultar- «cloaca»- o despreciar o ver como enemigos…y esto desde todas las orillas…claro está..pero es triste).

  4. Todavía el año pasado, este dechado de moderación patriótica Española bramaba aquello de que la sociedad vasca no se había terminado de «desnazificar». Las evidencias eran varias; los «camisas pardas» de Altsasu y la negativa de dicha sociedad a votar en masa a partidos que defendieron y defienden la una grande y libre en Euskadi, su querido PPSOE, al que con tanta bravura y coraje patriótico defendió durante el pucherazo y posterior entente del ingeniero muslari y fachagoiti. Lo intentó por tierra mar y aire, incluso pidiendo «relajaciones» legales para acortar tiempos y que Españoles de bien desembarcados, si hiciera falta, en autobuses venidos de otras tierras hermanas deshicieran el entuerto en urnas vascas, esas urnas que huérfanas de votos Españoles de bien, alientan la «estrategia de limpieza étnica de la txarriboda nacionalista, en la que unos matan y otros tiran de la pata».
    Como decíamos, el de Caravia tenía la solución y la explicitó:»reconocerles a todos los que se han ido después de la amnistía de 1977 el derecho a elegir donde quieren votar (o incluso, tributar), independientemente de sus condicionantes censales (empadronamiento obligado), residenciales, generacionales (ya hay hijos del exilio) o laborales, y hacerlo con celeridad y sin grandes complejidades legales antes de que acabe la actual legislatura.»
    En fin, que los de Altsasu son nazis y GALindo un Español de bien.
    El problema es que lo que no se desnazificó tras la muerte de Franco fue España. Y en estas andamos.

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