Valors

Este término es la piedra angular del ideario barcelonista. Respeto, esfuerzo, ambición, trabajo en equipo y humildad representan los valores en que se apoyan los azulgranas en la búsqueda de sus objetivos. Todos esos valores son perfectamente asimilables al Athletic, incluso aumentados.

En nuestro caso, habría que incluir: filosofía única, orgullo y, ante todo, sentimiento. Sentimiento hacia unos colores, una idea, un fin. El Athletic tiene una ventaja sobre el resto: sabe quién es, sabe a lo que se expone por ser quien es, pero nunca duda de su elección. Estamos ante un equipo distinto, para nosotros el mejor, para otros no, pero siempre distinto.

Lo del viernes en San Mamés confirma lo bonito que puede llegar a ser un triunfo cuando se vive desde la trinchera rojiblanca. No vale lo mismo ganar de cualquier manera. Ganar desde el bando rojiblanco es más importante, tiene más mérito, colma de orgullo.

Disfrutar de jugadores como Aduriz, profesional como la copa de un pino, vibrar con el esfuerzo colectivo, contemplar una grada repleta y entregada a unos colores, es un lujo que muy pocos se pueden permitir.

El viernes la felicidad desbordó las almas rojiblancas. La contundencia del resultado habla bien a las claras de cuál fue el rendimiento, pero ver cómo hubo debutantes que hacían sonrojarse a megaestrellas de este deporte es motivo más que suficiente para creer que Valverde y los suyos lo están haciendo muy pero que muy bien.

El Athletic va sobrado de valores, es más, si es por eso, tendría más títulos. La victoria ante el equipo de Luis Enrique es el premio al trabajo de muchos, el esfuerzo de más y la pasión de todos. Estamos ante la posibilidad de ver ganar al Athletic un título 31 años después.

Me siento afortunado. Dentro de unos años podré decir que estuve un 14 de agosto en San Mamés contando para los oyentes de Onda Vasca que mi equipo, el Athletic, ganó a un Barcelona que buscaba el sextete por 4-0. Ahora solo queda rematar en el Camp Nou la faena. Zorte on!

Paso a Paso

No recordaremos el partido de Bakú, seguro que no. La aportación al fútbol de Inter y Athletic fue nula. Partido malo, aburrido, sin ritmo y prácticamente sin detalles a tener en cuenta. Me quedo con el debut de Sabin Merino y el pase del conjunto de Valverde a la siguiente ronda.

El Athletic controló más o menos el partido ante un rival que, falto de ambición y calidad, pensó que no perder era lo mejor que le podía pasar. Sorprende escuchar al técnico local hablar de “tuteo” al Athletic. Propuso poco y ofreció menos el equipo azerí. Así es imposible marcar, pero al menos evitó que el Athletic hilase jugadas de mérito: los leones miraban hacia adelante y encontraban dos líneas de cinco formando un muro infranqueable.

La lectura fue clara, si tú no quieres, yo tampoco. Esa fue la respuesta de técnico y jugadores, que no quisieron hacer ningún alarde visto el planteamiento del Inter. Bien es cierto que echamos en falta algo más de velocidad y un poco de chispa en algunas acciones. El viaje tenía un objetivo y se cumplió, en esto no hay ninguna duda.

A partir de ahora empieza lo realmente duro y complicado. La semana que viene llega el Barcelona y si el Athletic no mejora sus prestaciones, sufrirá y mucho ante un enemigo al que no hay que descubrir, poseedor de una pléyade de estrellas que da miedo.

En principio, ha habido suerte en el sorteo de Europa League, pero los partidos nos dirán si la impresión es cierta. De momento, viaje a Eslovaquia para visitar a otro equipo desconocido que seguro nos enseña algo más que el Inter Bakú. La ración de partidos se antoja intensa y Valverde deberá jugar bien con el fondo de armario en una temporada que se presupone exigente a más no poder.

Lezama sigue dando frutos y muestra de ello es el bautizo de un chaval de Urduliz, que llena de orgullo a su pueblo, familia, afición y, por supuesto, al Athletic, que le ha formado. Zorionak Sabin!