Así lucía nuestro Botxo durante aquellas nevadas. El caos circulatorio era imaginable. Bilbao con cadenas?
La Plaza de Indautxu.
Calle Doctor Areilza.
Calle Ercilla.
Desde pequeño, siempre he oído decir que Bilbao no se ha caracterizado por ser una capital donde los milagros se hayan prodigado en abundancia. Eso no quita, que uno de los más oídos y comentados haya sido, el ocurrido hace mucho tiempo en la Plaza de los Santos Juanes.
Parece ser, que antaño en la Villa existía una larga nómina de lisiados, en parte debido a los muelles –la carga y descarga de los barcos producía muchos accidentes- y en parte a la minería. El Ayuntamiento corría con las ayudas económicas a esas personas y dado que el número aumentaba día a día, bien por los accidentes o bien por la “picaresca”, el caso es que llegó un momento en que el erario público se tuvo que plantear dichas ayudas.
Algún prócer del ilustre consistorio, conociendo que había mucho “receptor enmascarado” tuvo una brillante idea y la puso en práctica. Decidió juntar a todos los beneficiados de las ayudas en la plaza de los Santos Juanes, comunicándoles que iban a recibir una ayuda extra del Ayuntamiento. Debió ser un espectáculo ver la llegada de ordas de lisiados con sus muletas, cabestrillos y demás artilugios propios de la traumatología de la época. Cuentan que la plaza se llenó, y mientras escuchaban atentamente al Sr. Concejal, “alguien” soltó un novillo en la plaza, y aquí es donde viene el milagro, gracias a la intermediación de los Santos Juanes, más de la mitad de los lisiados soltaron sus aparatos y salieron corriendo, confirmando así que el milagro se había producido. Gracias a Dios.
Nadie me ha dicho que pasó con los verdaderos heridos, espero que el novillo tuviese piedad con ellos. Al final, el Ayuntamiento contento –ya le cuadraban las cuentas- y otros no tanto –se les acababan las vacaciones-.
Lo cuento como me lo han contado, y es posible que haya muchas “variantes” del tema. Si sabéis de alguna, me gustaría conocerla.
Mirándolo bien, ahora que el Gobierno Vasco anda buscando a los defraudadores de las ayudas, bien les podría servir el sistema. Lo digo solo por comentarlo.
Agur
Uno de los muchos productos que han desaparecido del mercado con el paso del tiempo o bien han cambiado de nombre, ha sido el “blancoespaña”. Recuerdo el arduo trabajo que suponía andar con el pincelito pintando las juntas de los azulejos y esperar a que secase, para limpiar los restos del susodicho.
Esto viene a cuento de un comentario que me hizo mi amigo Jose el otro día al recordar a los charlatanes de La Casilla. Parece ser, que por esas épocas y coincidiendo los domingos con los vendedores, en dicha plaza aparecía una furgoneta con los cristales traseros y laterales pintados por dentro con “blancoespaña”, de forma que no se veía nada de lo que ocurría en su interior. El público expectante, se agolpaba formando corrillos, intentando adivinar quién iba a ser el “afortunado”. El artista, desde dentro de la furgoneta y a través de un agujero observaba a la gente, elegía a uno y comenzaba a pintarle la silueta en el cristal por dentro, el dedo iba dando forma a una cara, el asombro era general, y el juego consistía en adivinar de quién era ese rostro que poco a poco iba apareciendo. El pintor era bueno y la caricatura salía genial, de forma, que una vez descubierto, al “retratado” no le quedaba más remedio que pagar al pintor por la obra de arte entre el regocijo y admiración del resto de concurrencia.
Parece ser que esta operación la repetía con tres o cuatro personas más ya que esa era la cantidad de cristales pintados de blanco que le quedaban. Acabada la faena, el “genio” se marchaba con la furgoneta a otra parte, no sin antes haber vuelto a pintar por dentro los cristales con su “blancoespaña”.
Para que luego digan que la era “digital” es la de ahora, que sabrán estos “txotxolos”.
Agur
Domingo por la mañana, las calles recién regadas. La Gran Vía era un remanso de paz. El edificio del Banco de Bilbao haciendo guardia.
Plaza elíptica, a la izquierda de la imagen podemos ver la grua en la obra del edificio Sota en su conversión a sede de la Hacienda Foral.
Iberduero, Iberdrola, el próximo será Florenduero?. Aquí se cambian mucho los nombres pero la electricidad cada dia más cara. Al paso que vamos habrá que volver al imán en el contador……
Todos los inicios son duros y el de una televisión más. Aqui podemos ver una de las primeras unidades móviles con la que contaba ETB. No podemos dudar de la profesionalidad del público asistente….
Juraría que esta «chica» estaba «embarazada» por la mañana… serán cosas del tiempo
En aquellos años ya empezaban a proliferar las «tribus» urbanas