La furgoneta fantasma….

Foto: elgranapagon.blogspot.com

Uno de los muchos productos que han desaparecido del mercado con el paso del tiempo o bien han cambiado de  nombre, ha sido el “blancoespaña”. Recuerdo el arduo trabajo que suponía andar con el pincelito pintando las juntas de los azulejos y esperar a que secase, para limpiar los restos del susodicho.

Esto viene a cuento de un comentario que me hizo mi amigo Jose el otro día al recordar a los charlatanes de La Casilla. Parece ser, que por esas épocas y coincidiendo los domingos con los vendedores, en dicha plaza aparecía una furgoneta con los cristales traseros y laterales pintados por dentro con “blancoespaña”, de forma que no se veía nada de lo que ocurría en su interior. El público expectante, se agolpaba formando corrillos, intentando adivinar quién iba a ser el “afortunado”. El artista, desde dentro de la furgoneta y a través de un agujero observaba a la gente, elegía a uno y comenzaba a pintarle la silueta en el cristal por dentro, el dedo iba dando forma a una cara, el asombro era general, y el juego consistía en adivinar de quién era ese rostro que poco a poco iba apareciendo. El pintor era bueno y la caricatura salía genial, de forma, que una vez descubierto, al “retratado” no le quedaba más remedio que pagar al pintor por la obra de arte entre el regocijo y admiración del resto de concurrencia.

Parece ser que esta operación la repetía con tres o cuatro personas más ya que esa era la cantidad de cristales pintados de blanco que le quedaban. Acabada la faena, el “genio” se marchaba con la furgoneta a otra parte, no sin antes haber vuelto a pintar por dentro los cristales con su “blancoespaña”.

Para que luego digan que la era “digital” es la de ahora, que sabrán estos “txotxolos”.

Agur