Llevo desde el mes de enero preguntando a Victor Goñi, mi compañero de Diario de Noticias de Navarra, por la sentencia sobre “la manada”. Seguro que ustedes no se han olvidado de ese juicio a cinco hombres que presuntamente violaron en grupo a una joven durante los sanfermines de 2016. Se lo pregunto a Victor cada semana porque esperamos esa sentencia desde el pasado mes de enero.
Al parecer, y aunque no había fecha para dictarla, el fallo no se ha podido producir porque las deliberaciones están siendo más complicadas de lo esperado y no hay unanimidad. Son tres los magistrados inmersos en este debate. Al parecer es inminente la decisión, incluso podría llegar a finales de este mes.
Mientras esta esperadísima sentencia llega, las manadas se suceden y reproducen.
La Policía Nacional detuvo el mes pasado a los diez presuntos responsables de una salvaje violación grupal ocurrida en Alicante y de varias agresiones sexuales más a menores en la capital levantina. Se trata de ocho varones de 18 a 21 años y de otros dos jóvenes menores de edad. Los arrestados están acusados de haber encerrado en una vivienda durante 24 horas a una chica de 14 años, a la que violaron uno detrás de otro y en repetidas ocasiones.
Esta misma semana, tres hombres han sido detenidos en Elche acusados de haber participado en la agresión sexual en grupo a una joven de 19 años a la que uno de ellos conoció en una discoteca la madrugada del pasado sábado. Según un comunicado de la Comisaría Provincial, uno de ellos fue capturado en el aeropuerto de Alicante-Elche cuando intentaba huir de España, mientras que un cuarto presunto implicado en los hechos aún no ha sido localizado. Los detenidos tienen 19, 28 y 34 años.
La sentencia del juicio contra “la manada” es muy necesaria no solo para castigar a los inculpados, presuntos culpables, y reparar el daño causado en la víctima sino para que la sensación de impunidad que hay al no haber habido castigo inmediato, desaparezca.
Es peligroso que se reproduzcan hechos como los sucedidos en las fiestas de San Fermín y que parezca que no hay consecuencias. Las mujeres tenemos derecho a salir a la calle sintiéndonos seguras y no con el miedo metido en el cuerpo por si un grupo de desaprensivos deciden “divertirse” con nuestro cuerpo.