¡Nos están matando!

La Violencia de Género es la mayor causa de muerte entre las mujeres de 15 a 44 años en el mundo. Por encima del cáncer, enfermedades del corazón, la malaria y las guerras… Son datos que aporta  el Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM). Vuelvan a leer por favor esa frase porque no, no han leído mal: la mayor causa. Y detrás de cada una de esas mujeres asesinadas no hay un número estadístico, hay un asesino: es decir,  #NosEstánMatando a la vista de todo el mundo y ante la impasividad de todos aquellos que siguen creyendo que esto es un asunto de unos pocos que simplemente “pierden la cabeza”. Si entre 2003 y lo que llevamos de año, 800 mujeres han sido asesinadas por la violencia machista en el Estado español, quiere decir que hay 800 asesinos con nombres y apellidos. Esto, tal y como decía en mi anterior post, Mujeres asesinadas: Crónica anunciada, sólo contando las estadísticas oficiales, es decir aquellos asesinatos que se han producido por parejas o expareja… se quedan en la «cuneta de la historia» todas las demás… Invisibilizadas!

Violencia dominó

Estas brutales cifras de asesinatos, no dejan indemnes a las mujeres. La violencia machista es uno de las peores manifestaciones del sistema patriarcal en el que vivimos. Uno de los objetivos del mismo es asegurar que las mujeres se sometan a la autoridad masculina y no abandonen ni por un sólo segundo los roles que les han sido adjudicados, perpetuando así el propio patriarcado. Una de las formas más claras en las que esto se materializa es a través de la violencia machista: sirve para poner orden y sobre todo para tener aterrorizadas a las mujeres. Y no es teoría. Hemos aprendido desde bien pequeñas todo aquello de lo que tenemos que tener cuidado. A nosotras las niñas, luego mujeres, se nos dice todo el tiempo las precauciones  que debemos tomar durante toda nuestra vida: «no vayas con desconocidos, no andes por calles oscuras, no vistas de forma provocativa, no tomes nada que te ofrezcan…» En todos estos avisos, que se graban de forma indeleble y permanente en nuestro cerebro y que condiciona nuestra libertad desde la raíz, hay un único objetivo: que nos comportemos como los hombres y la sociedad espera de nosotras.

De esta forma, la violencia machista materializada en agresiones, insultos, violaciones, menosprecios y asesinatos, actúa como coercitivo absolutamente eficaz que pretende, como siempre ha sido, dejarnos en casa atadas a la pata de la cama y parece que si es con una de nuestras «patas» quebrada, mejor…

No exagero. Hay muchos ejemplos que nos rodean de mujeres que tienen miedo: adolescentes que no se atreven a ir solas a casa, jóvenes que tienen que ir acompañadas a casa de su exnovio, mujeres que cuando sin esperarlo se encuentran solas en una estación, como me decía el otro día una amiga, de repente sienten miedo. Mujeres que como yo viajan solas, y que aunque nunca hemos tenido miedo, últimamente te asalta el temor de «igual me pasa algo», y reconoces que el miedo que está siendo provocado por los últimos asesinatos y agresiones sexuales cotidianas, conecta instantaneamente con todo eso que te dijeron desde niña y que de mayor te hace temer por tu vida.

Es el efecto que sin duda está causando este verano sangriento y este año lleno de asesinatos brutales premeditados, y que nos está dejando el corazón encogido y la posibilidad de ejercer nuestra libertad individual a la altura del barro. Es esa tolerancia social y política, esa hipocresía mediática, esa apatía de no querer poner freno a todo esto con todas las consecuencias, es ese menosprecio a la vida de las mujeres y niñas recortando presupuestos que incidan en la educación igualitaria y en la lucha preventiva contra la violencia machista y son sobre todo, esas pocas agallas para que se lleven a cabo políticas efectivas que acaben de una vez por todas con esta lacra, lo que sigue permitiendo que las mujeres cada vez seamos más vulnerables y que algunos hombres sigan creyendo que somos de su propiedad, escenificándolo de mil maneras diferentes.


Violence Love

Mientras, mucha denuncia en los medios, mucha palabrería (ya veremos cuando llegue el invierno) pero ni una sola acción que frene de una vez por todas esta «pandemia mundial» que tiñe de sangre cada minuto de nuestras vidas. Observen: según el INE, las víctimas de Violencia de Género menores de 18 años aumentaron en 2014 un 15,4% respecto al año anterior… ¿No es hora ya de hacer algo efectivo y contundente? Esto es una llamada a las mujeres para que luchemos contra el miedo que nos imponen, pero también a instituciones políticas y medios de comunicación para que eduquen, informen y transmitan valores que nos hagan ser más libres y menos vulnerables. Y sobre todo, para que dejen de matarnos.

#NosEstánMatando

Publicado por

Carmen Muñoz

Feminista. On Fire!

Un comentario en «¡Nos están matando!»

  1. Es rigurosamente cierto, pero es que, además, la propia ley discrimina y, por tanto, falsea los datos; sólo considera víctimas aquellas que tienen, o han tenido, algún tipo de relación afectiva o familiar con el asesino, ¿y las demás? ¿son daños colaterales? ¿son víctimas aleatorias? Todas sabemos que eso no es así. Miro con asombro la cruel paradoja que, desde hace pocos años, se viene dando en el tejido social español; de un lado, parece que aumenta la sensibilidad y la intolerancia frente a las agresiones machistas pero, de otro, es evidente el aumento del número de agresiones, y eso no se explica sólo por la cada vez mayor carencia de medios humanos y materiales, o por el nuevo modelo educativo impuesto. Lo que me preocupa es la involución, la imposición de modelos del pasado al amparo de «la crisis» y «la paz social»; que la crítica en los medios de comunicación sea prácticamente inexistente limitándose a lo de siempre » concentración de repulsa» mientras machaconamente nos transmiten la idea de que la igualdad es ya un hecho y que ahora debe primar la excelencia; el hombre, vaya, y de que el movimiento feminista es una cosa obsoleta y actualmente sin razón de ser. Y queda tanto por hacer ……….

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *