Se les ha ido la… olla!

Publicidad sexista

Tengo un gran respeto por la Comunicación y la Publicidad a la que de una u otra forma me he dedicado durante muchos años, pero es que a los anunciantes se les va la olla muchas veces (omito la p).

No sé si la estrategia de la marca de ropa femenina que estos días ha salido a la palestra por su descarada forma de presentar a las mujeres como cazadoras de hombres que utilizan su cuerpo para ello, pretendía ser TT en Twitter y tener repercusión en las redes sociales. Puede que ese efímero triunfo se haya logrado por unas horas, pero de lo que sí estoy segura es que muchas mujeres no van a volver a comprar dicha marca. Quizás ganen algunas nuevas clientas, pero siempre, y más en los tiempos que corren, hay que trabajar para no perderlas, y lo inteligente de la publicidad es hacer anuncios para crecer en su mercado, no para cometer veleidades a costa de la dignidad de las personas y dejarse parte de su negocio por el camino.

Digo yo que si el anuncio, al menos al que me refiero exactamente de la chica que quiere acostarse con su jefe, es de ropa para salir a la calle, por qué la chica se pasa casi todo el tiempo medio desnuda. Y me parece muy lícito ( y muy sano!) que una mujer quiera acostarse con quien le apetezca, desde la perspectiva de que cada una puede elegir libremente y desear a quien le dé la gana, pero el tema es que, además de lo expuesto, se hace referencia a que el sujeto con el que acostarse es su jefe, con lo que directamente se apela al estereotipo tan extendido, de que muchas mujeres consiguen promocionar en su carrera profesional a costa de “tirarse” al que más poder tiene. Ese mensaje subyace todavía en nuestro imaginario social y la publicidad, en casos como este, ayuda a construir no sólo valores machistas y antisociales, sino que al final también termina por justificar este injusto modelo patriarcal en el que vivimos. Se frivoliza así con el cuerpo de la mujer, con sus legítimos deseos y sus opciones sexuales.

Es indudable que la Igualdad de Género está sufriendo un retroceso importante en nuestros días. Un informe del Foro Económico Mundial, indica que el Estado Español ha retrocedido  catorce puntos en el Índice Global de Igualdad de Género. La semana pasada nos hemos desayunado con que el Gobierno del PP, al que tanta alergia le da este tema y al que sinceramente le importa una mierda los derechos de las Mujeres, ha “invitado” a la agencia de ONU-Mujeres a cerrar su oficina en el Estado Español, pese a que no había ningún coste para su mantenimiento. Es el único Estado del mundo que va a hacer una cosa semejante.

Así las cosas, puedo decir que me declaro abiertamente en contra de este tipo de publicidad  que profundiza en los estereotipos y refuerza los tópicos dando lugar a un tipo de neomachismo que se presenta, disfrazado de frivolidad en sus múltiples variantes, como pseudo-adalid que contribuye a la Igualdad entre Mujeres y Hombres. Nada más lejos de la realidad y en su intrínseca banalización, flaco favor nos están haciendo.

No sé quién ha decidido la estrategia de comunicación y la campaña de esta firma, pero desde luego, si algo ha conseguido es hacer honor a su nombre de marca y contribuir a la desigualdad… No me puedo imaginar que nadie, entre las «cabezas pensantes», no haya puesto el dedo en la llaga y haya resaltado que igual no era muy pertinente hacer un anuncio así… No me lo imagino, insisto, a no ser que se les haya ido la olla, por no decir otra palabra pelín malsonante, que rima muy bien y que es perfecta para el caso que nos ocupa… o no?

Víctima del maltrato

 

Creo que apenas tenía 17 años cuando tuve mi primera experiencia de maltrato a una mujer. Maltrato machista. Entonces creo que no fui consciente de lo que era, ni de lo que realmente significaba. Por supuesto, por entonces  todavía no se había instaurado el 25 de Noviembre como el Día para la  eliminación de la violencia en contra de las mujeres. El maltrato machista tampoco “existía”: o se silenciaba o la noticia era muy escabrosa y aparecía en los periódicos como un asesinato más, al estilo de lo que durante años se hizo en El Caso.

Sólo supe que una compañera de trabajo había dejado a su novio. Una tarde cuando volvía a su casa en coche aparcó en su garaje y a la salida estaba su ex esperándola para darle una paliza. Y se la dio. Eso fue de lo que me enteré. Tuvo que ser ingresada en el hospital. Aquellos días andaba yo haciéndome unas pruebas en el hospital y me pareció de lo más normal pasar a visitarla. Cuando abrí la puerta, vi a una mujer con la cara amoratada y llena de heridas (las piernas estaban tapadas), un brazo escayolado, el suero y varios medicamentos entraban en sus venas… Tuve un shock. Pero lo que no he olvidado -y miren que han pasado años- es su cara al verme: ladeó la cabeza para no mirarme y se puso a llorar… posiblemente de  vergüenza. Sólo alcancé a decir su nombre, me di la vuelta y me marché llorando  de pena, de rabia y de impotencia. Sin embargo, a su alrededor todo se trató en susurros. No era un tema público. Nadie hablaba de violencia machista, ni siquiera de maltrato. Por supuesto nadie habló de denunciarlo. Es que el novio era muy “rarito y especial”. Lo que era realmente es un despreciable maltratador como todos aquellos que están detrás de los 4.858 casos de violencia machista que hubo en Euskadi en 2011, lo que significa 13 casos al día y un 13,4 por ciento más que en 2010. Hasta octubre, ya son 4.194 casos los contabilizados, 149 más que el año anterior.

Otros datos que ponen los pelos de punta: en Euskadi en el 2011 crecieron las violaciones un 42% más que el año anterior. El 30% de las mujeres víctimas de la violencia machista tienen menos de 30 años. Una de cada tres mujeres vascas soporta algunas formas de violencia machista de alta o baja intensidad, pero lo desconoce porque no es consciente de que la relación mal llamada amor esconde una situación de violencia de género. El número de menores de edad, de entre 14 y 17 años, enjuiciados por delitos relacionados con la violencia de género ascendió a 778 desde 2007, una cifra que representa un aumento del 23,7% entre 2007 y 2011…suma y sigue!

Ante esta evidente escalada de violencia contra las mujeres, no queda más que trabajar profunda y contundentemente en la prevención, concienciación y educación. Pero hay que ir más allá. Se presenta a las mujeres como víctimas que necesitan protección y asistencia, más que sujetos activos que luchan por sus derechos y por su independencia. Y esto tiene que cambiar. Las acciones suelen estar orientadas hacia el tratamiento de las consecuencias de la violencia, a través de la asistencia, cuando lo que se necesita es un cambio estructural de la sociedad heteropatriarcal a través de medidas educativas de carácter integral y de la reeducación de los maltratadores a partir de la primera señal de violencia. De otra forma, parece que encima son las mujeres las que tienen la responsabilidad de acabar con la violencia machista  a través de sus denuncias.

Sólo así se podrá poner fin a esta lacra, trabajando conjuntamente de organizaciones sociales y políticas, instituciones y gobiernos: poniendo las bases hacia esa necesaria transformación social, reconstruyendo la educación, superando los falsos mitos sobre la sexualidad y las relaciones, y rompiendo con el modelo de familia tradicional. No queda otra!

Esto qué es, ¿la Sección Femenina?

Muy dura ha sido la lucha de la perseverante Viviane Reding que, por fin esta semana, ha conseguido que la Comisión Europea haya aprobado su propuesta de una ley europea para que haya un 40% de mujeres en los Consejos de Administración de las empresas en 2020. Ha sido una lucha titánica contra un frente, donde países que se autodenominan modernos y progresistas como Reino Unido y Holanda, se han opuesto rotundamente a su propuesta de una cuota femenina obligatoria en las empresas.

Admiro profundamente a esta Vicepresidenta y Comisaría de Justicia de la Unión Europea. Mujeres así necesitamos en este precario mundo que nos ha tocado vivir a las mujeres. Pero ha sido, desde mi punto de vista, una victoria amarga ya que para sacar la propuesta adelante,  ha tenido que ceder en que sean los estados miembros los que diseñen las sanciones  a las empresas que no cumplan ese 40%. Y eso es muy peligroso, porque va a ocurrir  lo que está ocurriendo aquípor ejemplo,  con la “Ley Orgánica para la Igualdad efectiva de Mujeres y Hombres” de marzo del 2007: una ley bastante innovadora en sus intenciones pero que las empresas no  cumplen, y no pasa nada. Ni se han puesto en marcha los suficientes Planes de Igualdad que con un plazo máximo de ocho años, habiendo pasado ya casi seis, debieran estar en funcionamiento en todas las empresas de más de 250 trabajadoras y trabajadores ya que es obligatorio, ni como se dice en su artículo 75, haya en sus Consejos de Administración una presencia equilibrada de mujeres y hombres.

Y nadie mueve ficha. Con la que está cayendo, para qué vamos a meternos en estos menesteres, si lo que importa es salir de la crisis. Evidentemente, una crisis provocada por los varones que son los que detentan el poder, toman las decisiones y que miren por dónde, nos ha abocado a la denigrante situación actual.

Y claro, lo de cuánto nos aburre esto de la paridad, porque somos personas y lo que importa es la valía de los individuos, es un discurso ferozmente neoliberal que no atiende a que la discriminación es evidente en este ya viejo y contaminado (en todos los sentidos) continente: el 86,3% de los consejeros son hombres y el 60% de las nuevas licenciadas mujeres. Y es que a mí también me aburre a veces… pero porque creo que tanta injusticia debiera desaparecer…ya, de cuajo, sin contemplaciones.

Así, que como a mí me gusta decir, de aquellos polvos estos lodos y tenemos que escuchar estupefactas a la presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso español, diciendo sin un mínimo de decoro ante el Comité de Derechos de la Mujer en el Parlamento Europeo que hay necesidad de lograr la paridad pero “con premios y desde la voluntariedad”. ¿Pero dónde se cree que estamos? Pensará que aún seguimos en los años de la Sección Femenina, porque su discurso huele a eso: a rancio, patriarcal y a pobres chicas sin talento que sólo nos queda interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho. Y es literal de lo que por entonces pregonaba el aparato de educación femenino, junto con curas y médicos de aquellos años de la dictadura.

Es evidente que  control masculino del mundo público sigue siendo una base importante de las relaciones patriarcales modernas, porque los varones regulan las condiciones en las cuales se les permite a las mujeres acceder al mismo. Aunque actualmente lo “políticamente correcto” es afirmar que es positiva la incorporación de las mujeres a los ámbitos de decisión, la realidad es que si no se emplean estrategias de género como los sistemas de cuotas (directos o indirectos), la paridad entre mujeres y hombres no va a ser nunca una realidad.

Esperar con los brazos cruzados a que porque una ley se promulgue, cambie algo, es cuanto menos, ingenuo. Porque la resistencia de los varones a perder sus cuotas de poder es férrea y no va a ser fácil que con el montón de mujeres que se necesitarían para ocupar dichos cargos, nos los cedan generosamente.

Pero cueste lo que cueste, seguiremos hablando de paridad, y lo haremos en la esfera pública si nos dejan, y sino en la calle (quién sabe, dentro de poco igual tampoco nos dejan a base de golpes), porque sabemos organizarnos y porque la presión externa es imprescindible para conseguir ser eso: personas sí, pero personas con igualdad de derechos. Sin ese movimiento feminista y asociativo, les puedo asegurar que hoy nos estaríamos donde estamos. Aunque haya mucha gente a la que no le guste y siga ridiculizándonos. Y porque aunque la ley de Reding al final no salga adelante (realmente está difícil con Cameron y Merkel en contra),  aunque las leyes no se cumplan para sonrojo del sistema democrático en el que vivimos, y aunque en los nuevos presupuestos del Estado para 2013, se haya reducido un 24% en políticas de Igualdad y Bienestar Social, seguiremos perseverando como Viviane. Porque para Sección Femenina ya tuvimos una y con las majaderías que decían sólo nos queda hacer chistes y reírnos un poco. Pero aparte de eso, ni un paso atrás!

Votamos las Mujeres?

Lo he empezado a dudar durante esta campaña electoral. Y miren que he esperado hasta casi el final. Pero es poner la televisión, escuchar la radio, leer la prensa o lo que es peor abrir el buzón y encontrarte un montón de propaganda electoral y comprobar día a día que el voto se lo piden sólo a los hombres porque ni se toman la molestia de hablar con un lenguaje inclusivo, ni hemos sido protagonistas de la misma ni un solo día.

Se ha hablado muy poco de Igualdad entre Mujeres y Hombres en esta campaña, muy poco por no decir apenas nada. Como siempre, hemos sido invisibilizadas: parece que a nadie le interesa nuestros problemas, nuestras aspiraciones y sobre todo nuestro punto de vista. Así hemos desaparecido en los discursos de los mítines, y en la representación mediática y en algunos programas electorales.

Leo un interesante artículo sobre Obama y las elecciones en EEUU, cuyas estrategias de comunicación han sido y son admiradas por algunos partidos aquí, y dice que en el último debate Obama dijo hasta 50 veces la palabra mujeres, porque hablaba por y para para ellas. En los sondeos del día siguiente (ya saben como son allí) había subido su aceptación entre las mujeres significativamente. Vean que fácil. Pero aquí ni eso. Para qué? si ya saben que cuando hablamos en masculino es para ellas también.

Sí, ya sé que la crisis ha fagocitado todo, pero no es excusa. Se está hablando mucho de políticas de empleo, pero no se habla del colectivo femenino en particular, siendo que las mujeres son las que más están siendo golpeadas por el desempleo, la precariedad laboral y las desigualdades en los salarios. Firman menos contratos indefinidos, se ven abocadas a los cuidados de personas dependientes,a causa de que  las políticas sociales se van viendo reducidas, cobran de media un 30% menos que los hombres y van engrosando las lista del paro a marchas forzadas. Cuando la crisis tiñe todo el sistema patriarcal que nos domina, se ceba en las mujeres y como resultado, sin que a ningún político le importe, es que el paro y  la pobreza tienen rostro de mujer.

Y mientras tanto, los y las políticas, siguen hablando en masculino, y yo que lo escucho, siento que no están hablando conmigo. Aparte de vascos y vascas, ciudadanos y ciudadanos y creo que poco más, que se  han aprendido de carrerilla, no hacen ningún esfuerzo por hablar por y para nosotras.

Y mires señores y señoras, somos el 51% de la población. Se imaginan que todas decidiéramos no votar? Si hiciéramos una huelga de voto (fíjense que yo soy feminista y esto me duele mucho ya que muchas vidas se quedaron en el camino por conseguir este derecho), “su sistema” se iría al carajo, porque quieran reconocerlo o no, nos necesitan y no nos conformamos con que nos presten sólo atención en plan condescendiente: somos parte del progreso y de esta democracia cosida a su manera y por ello reivindicamos nuestro lugar en ella. Bueno, quizás otra democracia, porque esta no nos tiene en cuenta.

De todos los programas que he leído, hasta los partidos más de izquierda, no se han preocupado de cuidar su lenguaje, los de no se sabe ya qué izquierda, hablan absolutamente todo el rato en masculino, algún partido ha tenido la osadía de incluir las Políticas de Igualdad en el apartado de solidaridad, demostrando que no entienden nada aunque luego su redacción esté muy pensada y bien escrita. La candidata a lehendakari por el partido más abertzale posible, no ha nombrado ni una sola vez la palabra feminismo, (le da vergüenza?) Y de algún otro partido de derechas, ni me he atrevido a mirar porque temo ponerme tan de mala leche que igual no se me pasa en una semana.

Pocos son los partidos que ha afrontado en su programa este tema desde una perspectiva feminista claramente. Y aunque no se diga abiertamente, lo que pasa es que la democracia moderna sigue excluyendo a las Mujeres y ningún partido que no haya encarado este tema con valentía desde esta perspectiva, va a ser capaz de solucionarlo. Mis felicitaciones a quienes lo han hecho. Espero que no se quede en papel mojado y que se cumpla lo que se dice. Porque las mujeres vamos a estar ahí para vigilarlo y para denunciarlo y criticarlo si así no fuera. No podría ser de otra manera. No tengo muchas esperanzas, pero será que como dice mi admirada Lagarde, las feministas somos pesimistas en la razón pero siempre optimistas con el corazón.

Y si me violan?

Como Mujer me corresponde, no? Si el energúmeno este del PP lo dice a pecho descubierto sin cortarse un pelo y lo más sorprendente, los medios de comunicación y muy pocas asociaciones feministas lo han denunciado a todo trapo, es que algo está pasando, y a mi sinceramente me da un poco de miedo. No porque me vayan a violar- que es lo que este elemento está fomentando-, sino por la pasividad que se produce al respecto en los albores del siglo XXI, y porque no se líe una de la leche poniendo verde a este fachorro de pacotilla.

 Ya sé que no está bien visto insultar, pero permítanmelo porque aunque me he devanado los sesos buscando palabras más amables, todas se quedaban cortas y las que me salían de las tripas les puedo asegurar que eran muchísimo más fuertes, pero eran las que realmente me pedía el cuerpo escribir en este post.

La vieja consigna feminista «todos los hombres son potencialmente violadores» (rechazada en la actualidad por algunas corrientes y reivindicada por otras), causa malestar y debate tanto entre los hombres como entre las mujeres. Yo desde luego estoy de acuerdo con las corrientes que la rechazan, pero sucesos como el ocurrido ponen de nuevo el tema en la agenda pública y a una le entra la duda, razonable, de cuántos machistas hay en nuestro país que piensan igual, aunque no lo digan.

La violación sigue siendo el delito más claramente identificado como agresión sexual. Fíjense, en el País Vasco las agresiones sexuales crecieron nada menos que un 42% en al año 2011, alcanzando la cifra de 296 episodios, frente a los 208 del año anterior. Uno de cada diez agresores sexuales en Euskadi es menor de edad. Además, hay que ser conscientes de que la violencia sexual ejercida contra las mujeres es, en muchas ocasiones, el último escalón de las agresiones machistas. Estas también se incrementaron en el 2011, de forma que los juzgados vascos tramitaron el año pasado 4.125 denuncias, lo que supone una media de once al día.

 Aunque el sentimiento de vergüenza generado por una agresión sexual va disminuyendo entre las mujeres, el perfil de las denuncias es mayoritariamente contra el agresor sexual desconocido. Cuando la agresión se produce en el entorno relacional de la mujer, la resistencia a la denuncia es mucho mayor. Se produce así lo que algunos estudios llaman el fenómeno de embudo: las agresiones sexuales que ocurren son más de las que se reconocen, las que se denuncian son una mínima parte de éstas y las que se atienden apenas una pequeña proporción de las que se denuncian.

 Así que aunque siga formando parte del imaginario colectivo la percepción errónea de que los que cometen estos delitos son unos depravados y con alguna tara psicológica, nos encontramos que los que les apoyan están metidos en el engranaje político de primera fila. Me pregunto si este elemento que ha tenido los santos (…) pelendengues de hacer estas declaraciones (seguramente pensando que para eso está la libertad de expresión) y que hasta hace poco ostentaba un cargo público -parece que estaba a punto de volver a la política activa-, tiene hijas, hermanas, madre y compañera. Porque si es así, son ellas las que deben violar los inviolables lazos de sangre y alejarse de su vida para siempre.

 Yo por mi parte, sólo desearía que un día le rodearan muchas mujeres que han sufrido la crueldad de estos actos y han visto rotas sus vidas por ellos… y se lo muestren. Pero sin ambages, sin victimización y con mucha rebeldía. Y que él mismo se consuma en su propia vergüenza!