¡»Puteros» españoles!

Leo, entre horrorizada y avergonzada que han desarticulado en Bilbao una banda de trata de mujeres nigerianas a las que obligaban a prostituirse, y no puedo evitar que me salte la alarma para ponerme a escribir sobre un tema que ya debiera haber afrontado hace tiempo pero que por polémico y difícil, he ido dejando pasar…

Foto Amsterdam

La trata de mujeres es uno de las mayores y más horribles lacras que existen en el mundo. Y por supuesto, uno de los delitos más vergonzosos que se comete fundamentalmente contra mujeres y niñas. Además de la explotación sexual de la que hoy me ocupo, tiene otras muchas facetas como son la trata con fines de trabajos forzosos, la servidumbre doméstica, la mendicidad infantil o la extracción de órganos.

Y quiero ir al grano: si hay que decir algo sobre la explotación sexual de mujeres y niñas, hay que hacerlo sin tapujos y recalcar que ésta es posible “sólo gracias al demandante de servicios sexuales” tal y como afirma la APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida). Es decir, que los “puteros” son los que hacen realidad que las mujeres vivan en condiciones de esclavitud sexual.

El estado español es el país más “putero” de Europa: casi un tercio de los hombres, (32%)* han reconocido haber contratado alguna vez los servicios sexuales de una prostituta. Los hombres son en un 99,7% los que consumen prostitución. Hablar de números en cuanto a las mujeres que ejercen la prostitución no es fácil, y no existen cifras oficiales, aunque diferentes organizaciones como APRAMP, cifran en unas 300.000 las mujeres que son objeto de prostitución y en más de 3.000 los establecimientos dedicados a la misma. En Euskadi se calcula que hay unas 1.800 prostitutas, de las cuales según Askabide, 900 ejercen en Bizkaia y el 70% de ellas en Bilbao. Médicos del Mundo ha realizado un estudio en el que señala que el 75% de las mujeres que lo practican son migrantes.

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Con estos números, la realidad estadística nos lleva a deducir que uno de cada tres hombres, de media, “van de putas”. Miren a su alrededor: yo cuando he puesto estas cifras sobre la mesa, aunque estuviera rodeada de 10 hombres todos lo han negado, por lo que solo me queda deducir que habrá otro grupo donde estadisticamente habrán de duplicarse “los implicados”, o que la mayoría de los que lo hacen, lo esconden. Y miren, igual lo agradezco porque de saberlo no podría mirarles a la cara. Me produce una tremenda repugnancia porque los hombres que consumen prostitución están colaborando con la explotación sexual y la esclavitud de las mujeres y además las están utilizando como un mero objeto sexual con las que pueden hacer lo que les dé la gana… Así que vergüenza por su parte es obligada, para luego reflexionar acerca de que la prostitución es una forma flagrante de violencia contra mujeres y niñas y hay que dejar de contribuir consumiéndola o justificándola. No hacerlo, significa que muchos necesitan acallar la voz de su conciencia…

La mayoría de los hombres (curiosamente), lo defienden diciendo que es una transacción económica como otra cualquiera, con un exceso de cinismo que raya lo obsceno, porque argumentan que las mujeres lo «hacen porque quieren», cuando la realidad es que el 79% de las mujeres afirman que si pudieran, lo dejarían. Y olvídense de los estereotipos: no son sólo hombres mayores, solteros empedernidos y barrigudos. Las cifras sobre jóvenes de entre 24 y 35 años que acuden a los prostíbulos, van en aumento. ¡Díganme qué mundo estamos creando!

Este más que complejo asunto, sobre el que hasta el Feminismo está dividido entre la regularización y el abolicionismo, ha demostrado que aquellos países donde se ha regularizado la prostitución no han conseguido frenar la trata de mujeres y sin embargo, en países como Suecia que en 1999 puso en marcha una Ley sobre la Prostitución, enmarcada ya dentro de lo que se denomina “nuevo abolicionismo”, ha ocurrido todo lo contrario. A través de dicha Ley, se despenaliza la venta de servicios (a las prostitutas)  y se penaliza la compra de los mismos: los hombres pueden ir a la cárcel. Pero sobre todo, y muy importante, la Ley se basa y conforma en base a considerar a la prostitución como violencia contra las mujeres, es decir, está hecha en vez desde una óptica patriarcal, desde la mirada feminista. Y un detalle más: cuando en 1999 se aprobó dicha Ley, el Parlamento sueco estaba conformado por casi un 50% de mujeres… Saquen sus conclusiones, aunque no hace falta pensar mucho.

Mientras, paseen por su ciudad y vean «lucecitas rojas» o disfruten de un viaje por carretera trufado (sobre todo en algunos tramos) de tugurios/clubs con luces de neón y nombres de mal gusto, donde cientos de mujeres son explotadas. Y piensen que mientras los hombres compren, vendan y exploten a mujeres, niñas y niños prostituyéndoles, estaremos contribuyendo a una sociedad de la que nos avergonzaremos día a día. ¡Y hay por tanto,  que ponerle freno!

*Encuesta Nacional de Salud (2009).