El Segundo Sexo

beauvoir

A veces me he sentido irritada en una discusión cuando un hombre me dice:`usted piensa tal cosa porque es mujer´; yo sabía que mi única defensa era contestar: `lo pienso porque es verdad´, eliminando así mi subjetividad; no podía replicar: `usted piensa lo contrario porque es hombre´, pues se da por hecho que ser hombre no es una singularidad”. Simone de Beauvoir. 

Simone de Beauvoir  (puedes escuchar el programa radiofónico «No somos recién llegadas» que le hemos dedicado, clickando en su nombre) fue una escritora y filósofa feminista francesa. Nació en 1908 y ha sido una de las figuras claves de la cultura contemporánea junto con el padre del Existencialismo J.P. Sartre, junto al que pasó 50 años de su vida. Pareja fuera de lo común, intelectuales  y fieles a sus ideas, vivieron siempre independientes y en casas diferentes, desde aquel día que la brillante Simone se cruzó en un pasillo de La Sorbona con Sartre. Tenía 21 años, y a pesar de que le consideraba “malvado y borracho y el que peor y más sucio vestía”, se enamoraron y estuvieron juntos toda su vida. A su manera.

En aquellos maravillosos años veinte, en Francia había surgido un estilo de mujer “garçonne” que quería actuar como los hombres “mi vida me pertenece a mi misma” proclamaban… En aquella época Simone de Beauvoir ejerció como profesora de filosofía y recorrió Francia durante la II Guerra Mundial dando clases. En plena ocupación de la Alemania nazi, se instaló en París a escribir su primera novela “La invitada”. Tiempos difíciles aquellos. Edith Piaf escribió entonces la letra de una canción que, durante la posguerra, se convertiría para las y los franceses en un himno de regreso a la vida, “La vie en rose”:

 

Al acabar la guerra, Simone de Beauvoir fundó junto con Sartre la revista Tiempos Modernos y poco tiempo después, La Liga de los Derechos de la Mujer, para luchar contra toda discriminación sexista. Como auténticos revolucionarios de la época, Beauvoir y Sartre estaban ligados al partido comunista, a movimientos de base y al maoísmo que se hizo con el poder en 1949. Eran los auténticos intelectuales de izquierda. La gente peregrinaba en los años sesenta a Paris para comprar sus obras o simplemente participar en una manifestación que estuviesen ellos.

Y 1949 fue un año importante porque Simone B. escribía El Segundo Sexo, obra clave del Feminismo, donde se analizan todos los pormenores de la vida de una mujer. En él, Simone B. concibió la célebre fórmula que ha pasado a ser una de las frases de la historia, “la Mujer no nace, se hace”.

Sin embargo, el libro tuvo muchísimas críticas: Camús lo acusó de haber ridiculizado al “macho francés”. Algunas librerías se negaron a vender la obra. El Vaticano la condenó. El Partido Comunista decretó que “esto” no interesaba a las obreras. Pero se vendieron 22.000 ejemplares en la primera semana. Y es que el libro fue una bomba, y esto no era de extrañar: la obra desvalorizaba la función maternal de las mujeres, cuando en Francia reinaba una política familiar y maternalista, lo mismo que en España, bajo la batuta de la Sección Femenina. El propósito de Beauvoir en El Segundo Sexo era denunciar la opresión generada por la tradición y por los mitos que los hombres han forjado alrededor de las mujeres. 

Pero es en los años 70 cuando la escritora se radicaliza materializándose su influencia y convirtiéndose en la inspiradora del renacer del movimiento feminista en lo que que se ha denominado la tercera olaEl Segundo Sexo es hoy un texto de referencia fundamental en los estudios de género, ha vendido millones de ejemplares y es considerado la «Biblia del feminismo».

Si somos iguales, seremos más libres”, escribió Simone de Beauvoir. Valiente, coherente e independiente luchó contra una sistema que relegaba a las mujeres al papel de madre, esposa e hija y tratándolas como ciudadanas de segunda. Hoy “El Segundo Sexo”, 65 años después, sigue estando de plena actualidad.

Falleció a los 78 años. Casi 5.000 personas se acercaron al cementerio de Montparnasse donde fue enterrada junto a Sartre. “Mujeres, le deben tanto” se gritó sobre su tumba. Mujeres te debemos tanto…!