«¿Para qué necesitas tú ser feminista?»

Cómo mira!

Frases como esta y otras como: pero las mujeres, ¿qué queréis?, las llevamos oyendo las mujeres muchos, mucho años. La primera pregunta hace alusión, como dice Amelia Valcárcel, a que el personal que las refiere entiende que el feminismo es  un vehículo para las incompetentes y que nos hemos refugiado en el mismo para conseguir cosas que la sociedad “si vales”, te da por sí sola.

La segunda pregunta es una de las más estúpidas, que día sí día no, tengo que afrontar con cara de póker, dando por sobreentendido que al ser una pregunta retórica, no necesita respuesta. Pero sí la necesita, lo que pasa es que hablar a personas que no quieren oír ni entender, resulta cansino y muchas veces desesperante. Así que he llegado a la conclusión de que quien pregunta cualquiera de ellas, es tremendamente ignorante porque simplemente quiere serlo.

Ahhhh! Disculpen, se me olvidaba otra que también es un clásico: pero, ¿para esto queríais las mujeres la Igualdad? Cuando dicen esto, nombran a Merkel, Cospedal y la mítica Thatcher que siempre les viene al pelo a los energúmenos que, sin pizca de pudor te lo preguntan, y al mismo tiempo que lo hacen, se crecen en sí mismos como si hubieran hallado la argumentación perfecta (seguro que también piensan que brillante) para justificarse, sin ser conscientes de su propia ignominia.

Pero lo que realmente quieren decir cuando preguntan y dicen esta sarta de tonterías no es más que una argucia para esconder el trillado argumento de que las mujeres son el peor enemigo para las mujeres (y las feministas ni te cuento!)…. Y que estamos pagando las consecuencias de la independencia que en su día reclamamos y de todo aquello que hemos conseguido. Como si no fuera nuestro derecho y como si no fuera justo!

En fin, que una ya está harta de todas estas mamarrachadas, y digo yo que aunque sólo sea por un mínimo de respeto al trabajo que hacemos y al que otras hicieron y sin el cual no estaríamos aquí, debieran quedarse un poco calladitos. Y si tiene hijas, con más razón. Ainssss… perdonen,  que es que no me acordaba que las palabras feminista y respeto no cuadran muy bien en nuestra sociedad patriarcal y androcéntrica.

En fin, que ya en el siglo XVIII, Montesquieu dijo que la medida de la libertad que tenga una sociedad depende de la libertad de que disfruten las mujeres de esa sociedad. Parece que muchas personas viven sin embargo en la Edad Media, o simplemente  no quieren que en  esta sociedad haya Libertad, Justicia e Igualdad entre mujeres y hombres. Pero no sólo de palabra, y menos de palabras (y preguntas) estúpidas!

Cospedalilla de mi corazón!

trío Cospedal

Mira que nos lo pone fácil la Cospedal… en el Día Internacional de la Mujer que celebramos hoy 8 de Marzo, ni corta ni perezosa se atreve a decir:  es «muy ofensivo» y «machista» para las mujeres formar parte de una cuota por el mero hecho de ser mujer. Sinceramente, esta elementa como portavoz de lo que piensa el cada vez más derechoso PP y su gobierno, es simplemente una IGNORANTE, pero con mayúsculas. Y no hay nada más peligroso que un o una ignorante con poder…

Practico la solidaridad asertiva entre mujeres, pero en este caso, no. Mire señora Cospedal, usted se está cargando, así como que no quiere la cosa, y en aras de lamer los oídos de las personas que piensan como usted (que,desafortunadamente, no son pocas),  toda la lucha de muchas mujeres durante muchos años, sin la cual usted, prepotente y soberbia, no estaría ahora mismo donde está. Claro que seguramente, prefirirá darle las gracias a la Sección Femenina que es una de las instituciones que durante muchos, muchos años, destrozó a una generación entera de mujeres privándolas de sus derechos, y ha dejado un poso heteropatriarcal que han sufrido las generaciones posteriores.

Le recomiendo, aun sabiendo que le puede producir una urticaria, que repase un poco la teoría y literatura feminista para saber cuál es la realidad actual de las mujeres y se estudie bien los índices de desigualdad que en todos los ámbitos estamos sufriendo. Por todo ello,  muchas de nosotras estamos luchando ferozmente para conseguir la Igualdad real (no de la que ustedes hablan sin saber lo que dicen, como es el caso). Pero luchamos siempre  desde lo positivo, sin estar en contra de nada ni de nadie… pero es que usted,  nos lo pone difícil.

Este discursito del que ya estamos más que cansadas (como dice Nuria Varela, cansadas de estar cansadas), tiene un tufo neoliberal que se carga de un plumazo toda la teoría de género y da por supuesto que la valía es de los hombres, ya que son ellos los que siguen detentando el poder político y económico favoreciendo que los varones aseguren su supervivencia.  Y no voy a poner más cifras porque en un día como hoy los medios están inundados de ellas que sólo hacen confirmar lo que venimos denunciando y lo que reiteradamente muchas personas no quieren ver, y si pudieran, no nos dejarían verlo a las demás.

Algún estudio anticipaba, que sin la implementación de acciones positivas hacia las mujeres, no se conseguiría la igualdad hasta el 2040. Sinceramente, y eso que el estudio era de de la ONU, creo que no se conseguiría nunca. Porque la resistencia a ello es tal, que siempre habrá algo que la frene: antes la formación, luego la maternidad, ahora la crisis… y después, no se preocupen: el propio sistema generará justificaciones para que las mujeres no podamos conseguir la “plena ciudadanía” (Lagarde  denomina  “semiciudadanía” a la situación actual), porque ahora no la tenemos ya que muchos de nuestros derechos se los están pasando “por debajo de la pata” (ya me entienden que no quiero ser grosera), y así indefinidamente…

Las cuotas, cospedalilla de mi corazón, son el resultado de un proceso de concienciación sobre el real alcance de la subjetivación femenina y reflejan al mismo tiempo un intento de rediseño de las asimetrías de género. Pero es verdad, la concienciación sigue siendo precaria, pero no decrece. Por eso, días como hoy son importantes porque visibilizan y denuncia de forma masiva la precariedad que en diferentes ámbitos de la vida viven aún muchas mujeres y niñas.

Y por favor, no me vengan con la milonga de que lo mejor sería que no hiciese falta celebrar un día como el 8 de marzo. De obvio ofende.  Pongámonos a trabajar para que eso ocurra, propongámonos todos y todas, aunque sea un mínimo gesto que durante este año nos ayude, a que para el año que viene haya mejorado la situación para todas las Mujeres y Niñas de este planeta.  Porque lo que está ocurriendo es que con tanto por hacer, cada año nos damos cuenta de lo poco que han mejorado las cosas. La recesión económica, no sólo dificulta los progresos de la mujer, sino que amenaza los logros conseguidos. Pero no vamos a permitirlo, verdad?

Escotes a tutiplén!

Oír a estas alturas que hay mujeres que consiguen trabajo porque enseñan su escote, se acuestan con su jefe u otras perversidades fruto de los estereotipos que perduran en nuestra sociedad, me parece como poco, bastante frívolo en el contexto actual de paro, rescate y recesión que estamos viviendo

Llevo escuchando este tipo de argumentos durante toda mi vida, bueno, ese y otros, como que hay mujeres que mantienen sexo con sus jefes para ser ascendidas(disculpen por ser tan recatada, porque evidentemente cuando alguien se refiere a este tema, otros verbos más sonoros y explícitos son los que se usan ), o que las mujeres entre ellas se despellejan cuando trabajan juntas… En fin, una sarta de gilipolleces que sólo responden al machismo imperante que desafortunadamente también cala en el género femenino.

Así que me llevo las manos a la cabeza cuando leo estos días a una súper triunfadora diciendo que tenemos que ser reinas que no encuentren problemas en afrontar cualquier tipo de barrera que les impida triunfar en la vida. Lo de reina omito comentar, porque además de ser republicana no me gusta, y el resto de la frase la doy por supuesto. Señoras/es triunfadoras, eso lo hacemos millones de mujeres todos los días, no para triunfar, sino para simplemente vivir que no es poco en estos tiempos de penuria teñidos de desigualdad y falta de solidaridad. Además, lo de triunfar me chirría un poco. Hay mujeres que quieren vivir y trabajar y eso ya es un triunfo, y no necesariamente lo que los conservadores liberales denominan triunfar, que se refiere sobre todo a escalar en puestos de trabajo y que está escandalosamente estereotipado.

Sino que se lo pregunten a las Mujeres que están en paro en Euskadi que son el 51,17% de la población total. Y a la precariedad en la que viven en el mundo laboral: firman menos contratos indefinidos que los hombres y entre las mujeres la mitad de los contratos firmados son a tiempo parcial, mientras que entre los hombres el porcentaje es del 23,5%. Y ya no es por la formación: las mujeres tienen el más alto nivel de formación que se ha tenido nunca, vamos en mayor porcentaje que ellos a la Universidad y sacamos mejores notas. Desgraciadamente son tan malos tiempos que según los últimos datos, es entre la población universitaria donde más ha aumentado el paro. Decir malos tiempos es poco… come on baby and rescue me!

Así que si una mujer se pone un escote, dejemos de juzgarla en base a esos estereotipos y como somos inteligentes y con capacidad de discernimiento no lo enfoquemos como que está utilizando las malinterpretadas “armas de mujer”. Lo lleva porque le da la gana, que es algo que a muchos hombres les cuesta entender porque huele a independencia y libertad.

Eso sí, cabestros y cabestras  hay en todos los sitios. Uno me llegó a decir una vez que las mujeres mejor que fuéramos tapaditas a  trabajar, porque sino él no podía concentrarse. La respuesta era clara: el problema lo tienes tú y no ellas. Quieres que dejen de hacer lo que desean para evitar algo que tú no puedes controlar. Eso algunos musulmanes lo resuelven mejor: te ponen un burka y asunto zanjado. Al final es lo de siempre, como de alguna manera se transige con los derechos masculinos al dar por supuesto que prevalecen sobre los femeninos, a las mujeres nos toca siempre renunciar a algo.

Así que lo de los titulares de la noticia del escote en un periódico de derechas es sólo un síntoma de lo que está pasando y del retroceso que puede producirse en el terreno de la Igualdad como no nos movilicemos y estemos en estado perpetuo de vigilancia. Yo de todas formas, prefiero que me pille con escote, eso sí, que se tape quien le de la gana.

Carta a una amiga en paro.

 

Estos días ando de la ceca a la meca ya que se está celebrando, el Foro para la Igualdad en Euskadi. Es un Foro para la reflexión en el que se repite constantemente los niveles de desigualdad en los que todavía estamos, la precariedad y pobreza femenina y cómo no, siempre aparecen como estrellas invitadas los datos del paro femenino fruto de la desigualdad laboral que casi nadiequiere aceptar.

Tanto es así, que no puedo dejar de pensar en ti querida amiga que estás en paro y que muy a tu pesar, sólo eres un número más entre los que  conforman esa tremenda cifra que no va a dejar de crecer. Tú, amiga, que fuiste despedida con cuatro mujeres más y nadie dijo nada. Tú que con una carrera profesional brillante y una carrera académica, sacada a pulso de tus ratos libres igualmente espectacular, no te sirvieron para que alguien lo valorara. Ser mujer y estar cerca de los 50, no te ayudó, pero lo que es peor, me temo que vas ser invisible de aquí en adelante. Qué sociedad más ciega! En cualquier país europeo se valora la experiencia, el talento y la trayectoria de las personas y la importancia que ello tiene en la transmisión del conocimiento. Aquí, la mayoría de las veces sólo se les valora a los varones. Alguien que sabe mucho de esto me lo decía claramente hace unos días: si fuera un hombre sería un “fichaje”. Si eres mujer no te valoran. A nadie le importa. Eres una viejuna en el mejor de los casos, y una menopáusica en el peor  de ellos

Así que te he visto en pura desesperación por no tener eso, ninguna esperanza. Vagando alrededor de ti misma sin encontrar el rumbo. Pidiendo ayuda a gritos cuando pocos tuvieron la enorme paciencia de escucharte, porque si alguien pudo hacerlo pasó de largo y los que no podíamos hacer nada, nos moríamos de pena al verte llorar. Viajaste tan dentro de ti que estuviste a punto de perderte. Hasta tus amantes te dieron de lado. Siempre creíste que te querían por cómo eras, pero estabas equivocada. Posiblemente lo hicieron por lo que significabas en su imaginario masculino. Te dolió, pero no te sorprendió. Igual es que nunca esperaste nada de ellos. Y cuando tus propias lágrimas te ahogaron, el desencanto te había dejado paralizada y la decepción recorrió como una bala tu cerebro de lado a lado, empezaste a respirar, con dificultad. Apenas se te oye, pero respiras.

A veces, cuando estoy contigo no puedo evitar un sentimiento de compasión pensando que tú te crees que lo has superado, pero yo veo que la línea para volver atrás es tan delgada que siempre me estremezco. Otras veces, te admiro por tu esfuerzo titánico, por querer vivir y sobre todo, por querer cambiar de vida en una sociedad que te ha dado la espalda. Porque nadie que conozco es tan fuerte y tan vulnerable a la vez. Porque estás aprendiendo a mirarte tú misma y no a través de la mirada de los demás. Y no me queda otra que quererte. Aunque visto lo visto, lo mejor es que te quieras tú. Y no tengo duda de que estás en ello.  Larga vida, amiga, pero eso sí, siempre cerca de mí.

 

Paradas!

Acaban de salir a la luz pública los datos del paro del mes de diciembre. Como siempre desoladores… y ciertamente desalentadores porque la tendencia al crecimiento es clara y no hay visos de que esto se arregle. Al revés, va empeorando.
Viendo los datos lo primero que me causa incertidumbre es que los últimos aportados por el Eustat cifra el número de personas paradas en 116.900 mientras que Lanbide en su informe de diciembre registra dicha cifra por encima de los 145.000. Es decir, hay alrededor de 28.000 personas que se quedan en el limbo del desempleo el cual es el peor de los limbos en el que se puede estar en estos momentos.
Pero en lo que me interesa poner el foco es en cómo se tratan los datos en los medios de comunicación a la hora de lanzar las cifras. El Correo apostilla en su información sobre estos datos: “el comportamiento por sexos benefició de manera radical a las mujeres que mejoraron su nivel de ocupación….”. Explicar de manera sesgada unos datos, sobre todo si vienen de una fuente periodística, deja mucho que desear. Si además se ponen calificativos como lo es decir “de manera radical”, denotan ignorancia y bastante parcialidad en el objeto del que se está hablando.
Es verdad que en los últimos meses ha aumentado más el paro entre los hombres y ha disminuido entre las mujeres, pero es cierto también y hay que decirlo, que en la referencia anual son las mujeres las más perjudicadas, con un incremento del 8,03% frente al 5,83% correspondiente a los hombres. Las mujeres suponen, al cierre del año 2011, el 51,0% del total de las personas paradas. Si queremos dar la noticia y ser objetivos pongamos los datos, pero con imparcialidad y perspectiva y sobre todo sin apelativos tremendistas como es el caso expuesto. Esta forma de comunicar distorsiona la realidad y confunde a las personas que las leen o escuchan al dar excesiva credibilidad al medio que las emite.
Actuemos en nombre de la justicia social e intentemos visibilizar la realidad del mercado femenino. Claro, esto si alguien está interesado en hacerlo. Así y hay que decirlo, la situación de la mujer en el mercado laboral vasco está mejorando: si hace diez años el peso de las mujeres en el total del empleo era del 37,5%, hace tres años era del 43,1% y en el primer trimestre del 2011 era del 45,3%. Buenas noticias de las que todas y todos debemos alegrarnos. Pero esto no evita constatar otros datos alarmantes como que la brecha de género en la Tasa de Actividad alcanzó en el año pasado 12,74 puntos. Amplia brecha, o demasiado amplia diría yo, todavía.
Y por supuesto no puedo terminar sin mencionar que la preocupante tendencia a la precarización del trabajo durante estos tiempos de crisis es indudable. Y esto afecta también en mayor medida a las mujeres. Por ejemplo, en diciembre pasado el 50,6% de los contratos fueron firmados por hombres, pero es que además, éstos firmaron más contratos indefinidos, las mujeres sin embargo, más temporales. Si se quiere hay indicadores, muchos, para analizar con detenimiento temas de tanto calado social como este. Limbos pueden existir, pero en este caso, no hay limbo que valga: si el paro y la precariedad tienen un nombre… ese nombre es Mujer!