05
May 21

El «castigo» de los peajes

Durante el día de hoy hemos conocido que el PSOE ha presentado a Bruselas una ley con la que pretende que todas las carreteras de «alta capacidad», es decir autopistas y autovías, pasen a ser de pago a partir del año 2024, y con la idea de extender esta idea a otras carreteras secundarias en años posteriores.

Este intento de reforma viene acompañado de declaraciones terribles por parte del director de la DGT, Pere Navarro, quien afirma «quien usa, paga». Esta declaración hace entender que el propietario de un vehículo no paga impuesto alguno por su uso. ¿Acaso no pagamos impuesto de circulación? ¿Acaso no pagamos impuestos en la compra del vehículo, del combustible…? El señor Pere Navarro hace referencia a que los no usuarios de las vías no tienen el deber de pagar por el mantenimiento de las carreteras. Una declaración completamente fuera de lugar, lejos de la responsabilidad y la solidaridad. Imaginaros que gente sin hijos, dejase de contribuir a las arcas públicas en temas educativos, imaginaos que una persona con sanidad privada dejase de pagar la seguridad social… Las carreteras y autovías son servicios esenciales que han de ser mantenidas por los impuestos de todos y todas. Y es que, parecía que poco a poco empezábamos a respirar tras el fin de muchas concesiones abusivas de las autopistas.

Considero que esta inviable medida, ataca directamente a los millones de ciudadanos que usan el coche para ir a trabajar a diario. Muchos de ellos se hacen grandes kilometradas y madrugones insufribles por autovías u otras carreteras para acudir a su puesto de trabajo. No lo hacen por ocio. Lo hacen por pura necesidad señor Navarro. No todos tienen la suerte de poder utilizar el transporte público o viven a 5 minutos de su lugar de trabajo. Ni qué decir tiene las graves consecuencias que tendrá para el transporte pesado. Y es que este sector reclama que en ningún momento han sido consultados para la elaboración de un plan de este calibre.

Además de esta medida, se contemplan otras como la importante subida al impuesto al combustible diesel, el cual en el año 2022 se equiparará con el precio de la gasolina, y que será prácticamente inasumible más allá del año 2025. Recordemos que actualmente más del 50% del parque móvil en España lo constituyen vehículos diesel. Me da la sensación una vez más, que las decisiones no se toman al son de la realidad, sino que simplemente se aplican «decretazos» donde no existe ningún fundamento, consenso, ni estudio previo.

Parece ser que el Gobierno Español, prometedor de «cobrar más a las grandes fortunas» va a recurrir a perjudicar esta vez a la clase obrera en un impuesto que está llamado a ser histórico. Esperemos que el Gobierno central dé marcha atrás y reconsidere esta polémica e inviable opción que tendrá grave consecuencias para la mayoría de la ciudadanía. Han de buscarse por tanto, otras fórmulas para el mantenimiento de las carreteras y no generalizar por tanto, con incluir peajes y pagos en cada tramo de asfalto. Este no es el camino.