Pujana 76 – Dos silencios – El tercero de Olarra.

Jueves 17 de enero de 2019

Juan Jose Pujana Arza, primer presidente del Parlamento Vasco cumplió el lunes 76 años y un grupo de contemporáneos suyos nos desplazamos a Elorrio, donde vive, a celebrar su cumpleaños y a arreglar el mundo y la situación inglesa. Ibamos a reunirnos en el Batzoki, pero estaba cerrado, y nos recomendaron el Guria, un buen restaurant que nos trató exquisitamente.

Estuvimos alrededor de una mesa redonda el elorriano Iñigo Aguirre quien nos contó su experiencia del 23 F como diputado. Iñigo fue miembro del BBB como Bergara que allí estaba. Estuvimos pues cinco de aquel Bizkai del 77. Aguirre ha hecho un trabajo exhaustivo sobre Elorrio, sigue con sus fotografías y trabaja con gente joven de la Universidad de Deusto. Estaba asimismo Ramón de la Sota que fue senador en el 79 y burukide del BBB como Txomin Saratxaga, también del BBB donde accedió cuando Ajuriaguerra, Aguirre, Sodupe y fueron elegidos diputados y marcharon a Madrid. Y también Joseba Zubia que llegó al Congreso como diputado en 1984 cuando Iñigo Aguirre dejó el Congreso para venir al Parlamento Vasco como primero de lista por Bizkaia. Nos dijo que se negó a ser presidente del Parlamento, que lo volvió a ser Pujana, porque lo que le gustaba de verdad era la Universidad. Y Ricardo Ansotegi, diputado y ex secretario del EBB. Nos falló Andoni Monforte, que nos avisó que el ex diputado y burukide Gerardo Bujanda va a cumplir cien años y ésto, también, hay que celebrarlo.

Fue una comida de amigos y de discusiones varias como la del Brexit, el recuerdo a Andoni Olabarri a quien conocíamos todos y que también fue burukide de aquel BBB y cuya misa se celebrará en San Vicente el 26. Levantamos la voz al hablar sobre Inglaterra y sobre la postura de Francia, así como el parlamentarismo actual y el que nos tocó vivir que era más respetuoso con el adversario con el que se podía convivir. Pujana fue asimismo miembro de aquel BBB del 77, Consejero del primer Consejo General Vasco y Senador cuando se afilió a EA. Hoy está en el EAJ-PNV. Toda una vida de representación política y de amor por la cultura vasca. Posee una magnífica biblioteca, y es un gran conocedor del griego clásico siendo una autoridad en él. Viudo se encuentra muy solo, echa en falta esta relación afectiva humana y comentamos el poco respeto al inmediato pasado recordando los cuarenta años del fallecimiento de Ajuriaguerra y los cuarenta del Consejo General Vasco que ninguna institución ha recordado. La política actual de JJ.GG y del Parlamento, no es precisamente un dechado de cortesía y humanidad y de reconocimiento a trayectorias tan cargadas de historia. Una pena.

Juanjo nos agradeció mucho esas velas que le llevamos y que sopló con mucho aire en los pulmones. Por muchos años.

Dos silencios

Dos socialistas con los que he convivido han fallecido estos días. Eduardo Martín Toval y Álvarez Areces.

Cuando llegué a Madrid en junio de 1986, estaba al frente del mayoritario grupo parlamentario del PSOE el malagueños Eduardo Martín Toval, un socialista de uña en el rabo, aparatero guerrista, buen parlamentario y poco dado al pacto. Era un rodillo automático que a medida que el PSOE fue perdiendo esa mayoría absoluta comenzó a darse cuenta que además de ellos había más gente en aquel hemiciclo. Y llegaron los pactos y los viajes, donde se conoce a la gente y llega la complicidad en temas fundamentales. En 1993 perdió la jefatura del grupo frente a Carlos Solchaga y me comentaba como había pasado de ser SanDios, a un hombre invisible en la última fila del hemiciclo a quien nadie veía. Arzalluz y yo, en esas horas bajas, le invitamos a Sabin Etxea con Benegas, donde le regalamos una makilla que siempre agradeció. Posteriormente perdió la alcaldía de Málaga frente a Celia Villalobos y volvió a su inspección de trabajo donde ha vivido los últimos años.

El otro socialista fallecido estos días fue alcalde de Gijón, presidente de Asturias y senador y portavoz de su grupo. Se llamaba Vicente Álvarez Areces y era de esos veteranos de la política que trabajaba como un novato, no dejaba puntada sin hilo y lo hacía con rigurosidad, espíritu constructivo y criterio de suma. Cuando se dice que el Senado es un cementerio de elefantes, sí que lo puede ser para algunos pero no para Álvarez Areces que era todo un caballero y un parlamentario exquisito que sabía cómo controlar al gobierno y buscar puntos de acuerdo con la oposición. He sentido su fallecimiento.

El tercero de Olarra

Este el tercer apartado del artículo de Joxe Olarra publicado en Gara y que reflexiona sobre como se ven y como ven a la sociedad vasca los del sector más duro de Sortu, que no reconocen nada de la nefasta historia vivida y que nos ofrecen para el futuro lucha, confrontación y mucho músculo. Esta es pues, la tercera parte.

Joxemari Olarra Agiriano (Militante izquierda abertzale):

“Pero, o hay verdad y justicia en la memoria, o esa memoria será siempre fraudulenta y mezquina; humillante. Por eso, no tenemos reserva alguna en decir que las víctimas merecen dignidad, reparación, justicia y colaborar en ello. Pero hablamos de todas las víctimas, porque el dolor y la sangre es igual en todos los lados.

Lo mismo con los reconocimientos. Y aquí está incluido el derecho a dar el recibimiento debido a quienes regresan a sus pueblos procedentes de la prisión o el exilio. No es lo propio tener que darles el abrazo entre las sombras de la puerta trasera como si se tratara de delincuentes. Son nuestros militantes políticos, represaliados que vuelven con sus familias.

Hemos llegado hasta aquí tras décadas de conflicto armado y sabíamos que el cambio a un tiempo exclusivamente político y democrático exigía una adaptación no solo de cuestiones tácticas u organizativas sino también de nuestra cultura política de izquierda abertzale.

En igual medida, éramos conscientes de que el cambio de ciclo podría provocar distorsiones que afectaran al subconsciente colectivo de la militancia, generando contradicciones internas. De ahí que haya que estar siempre vigilante para que nuestro proceso vaya bien orientado y se resuelvan con rapidez y eficacia las contradicciones que aparezcan en el camino.

El paso a un terreno de confrontación democrática nos coloca sobre un escenario político ya establecido y del que pretendemos valernos para conducir a la sociedad hacia la emancipación nacional y social.

Esa pretensión de conjugar la lucha en la calle con la institucional entraña un riesgo ineludible que en no pocas ocasiones ha dado al traste con procesos ilusionantes en el mundo. Incidir en el sistema para transformarlo puede acabar en ser devorado por lo que se quiere superar”.

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Coincido con el primer párrafo pero el segundo se resume en que hay que recibir como héroes a gente que no ha tenido el menor reparo en matar por una causa de las que se atribuían su representación sin que nadie se la hubiera dado. Olarra no ha aprendido nada, ni olvidado nada y entra en contradicción con ese respeto a las víctimas, para festejar a sus victimarios.

Habla de décadas de conflicto armado. Pues si. Pero la responsabilidad de esas décadas de sufrimiento gratuito es de ellos, de nadie más. Y dice que aceptar la realidad actual genera contradicciones internas. Me imagino lo que habrá pensado de la comida de Navidad de Otegi con Mendia y de verle en el palco del Athletic a Jone Goiricelaia que presupuestos. Demasiado para su body.

Olarra cree que compaginar la lucha en la calle, pancarta y puño cerrado incluido, con la lucha institucional entraña un riesgo ineludible. Pues si, Olarra, si. Porque es propio de adolescentes no asumir la realidad y con el complejo de Peter Pan a cuestas, no querer crecer.

No lo tiene bien Olarra con estas ideas.

 

Un comentario en «Pujana 76 – Dos silencios – El tercero de Olarra.»

  1. No estoy de acuerdo en que la responsabilidad es única de la izquierda abertzale en la violencia que ha vivido nuestro país en la últimas décadas o nos podemos retrotraer a la guerra carlistas….. Nadie ha ido a España a imponer normas, a dividir en contra de la voluntad mayoritaria de la sociedad, a reprimir, a torturar, a ocupar nuestro territorio con policias, guardias civiles y ejercito. A crear un centro de tortura como el de Intxaurrondo, a mover los hilos del tráfico de drogas en nuestra tierra en una agresión directa contra la juventud vasca…, a decirnos que debemos hacer con recursos, leyes injustas y cárceles de dispersión.
    Todo ello con la complacencia y la ayuda inestimable de algunos propios del país….cada uno que saque las consecuencias.
    En esas circunstancias hubo personas que optaron por la vía violenta para hacer frente a todo eso. ¿Deseable?,no. ¿Inevitable?. Evitarlo desde el principio hubiese sido lo deseable.
    Independientemente de asumir la responsabilidad de cada uno, reparar a las víctimas y de poner las bases para que nada de esto vuelva a suceder. Las reflexiones de Joxe Mari Olarra me parecen acertadas.

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