“Si a Franco lo hubieran juzgado en Núremberg, lo habrían colgado”

Miércoles 2 de octubre de 2013

¿Por qué el Gobierno mantiene como ‘secretos oficiales’ documentos de la etapa del régimen franquista? Esa es la pregunta que se hizo el senador de Izquierda Unida por Asturias, Jesús Iglesias, después de presentar una moción en el Senado, junto a su colega andaluz, José Manuel Mariscal, para modificar la ley 9/1968, que deja en manos de la Junta de Jefes del Estado Mayor la clasificación de documentos. Dicha moción, será reforzada por IU con una proposición de ley en el Congreso.

La única respuesta que encuentra Iglesias está en “la mala conciencia de ciertos sectores, que no quieren reconocer ni asumir que fue un régimen genocida, porque si a Franco se lo hubiera juzgado en Núremberg, lo habrían colgado”.

Lo que esconden esos documentos, los detalles y la interpretación por parte de España, está vetado por el gobierno de Mariano Rajoy, que se acoge a una ley preconstitucional, y a la decisión que adopte el máximo órgano del Ejército, para rechazar el acceso a informaciones de la etapa franquista, que permanecen clasificadas como ‘secretos de Estado’ por tiempo indefinido.

“Para conocer los crímenes franquistas, se necesita acceder a esa información”, comenta el senador, que asiste perplejo a que España sea el único país que niega a los historiadores información que otros países, como Alemania o Estados Unidos, ya han desclasificado, y “sobre la que tiene que haber muchos apuntes que desconocemos”. Pero tampoco investiga los crímenes que se cometieron durante el pasado siglo XX.

Y es que a su entender, a los tribunales españoles les importa poco la crítica internacional, porque España  cuenta con leyes tan arcaicas, como la 9/1968, que son capaces de tapar los trapos sucios “y de olvidarse de la propia jurisprudencia española, que abrió la puerta a un concepto internacional de la Justicia”.

La moción de los dos senadores, que pide eliminar la facultad del Ejército a clasificar documentos franquista sin límite de tiempo, surge a raíz de la negativa del Gobierno a historiadores, como Ángel Viñas, para acceder a cuestiones tales como la organización y despliegue de unidades durante la Guerra Civil, la repatriación y licenciamiento de las unidades expedicionarias en Ifni y Sáhara o las actividades clandestinas y emisiones de Radio España Independiente.

Para Jesús Iglesias, la “anomalía es tan absurda, que roza el esperpento”. En el fondo, lo que transciende es que no se quiere abrir esta puerta, aplicando una ley “que carece de legitimidad”. Los senadores de IU son conscientes de que su moción no pasará el rodillo popular y que tampoco lo hará, la proposición de ley que el grupo de Cayo Lara presentará en los próximo días en el Congreso de los Diputados, y más cuando hay un proyecto del Gobierno que fija en 50 años la fecha de caducidad de los secretos de Estado. De ser así, la historia del franquismo no se conocerá hasta pasado el 2025.

 

 

Alderdi Eguna número 36

Domingo 29 de septiembre de 2013

Casi nada. Cuando lo propusimos en 1977, intuíamos que íbamos a dar en el clavo por la sencilla razón de que al vasco le gusta verse, saludarse, participar en algo colectivo, visitar a sus vecinos, oír los mensajes políticos, y sentirse miembro de una gran familia. Y eso es en definitiva el Alderdi Eguna. Una mezcla de política, gastronomía, saludadera, picnic familiar y de amigos, canturriadas y humor. Y así durante 36 años. Al principio en Aralar, Aiegi, Itziar, Aixerrota, Olarizu, Salburua y ya definitivamente en Foronda. Con invitados catalanes, venezolanos, chilenos, panameños, guineanos, bretones y mucha gente, en este año 2013, con buen tiempo y una especie de dron que con su aspecto de zancudo sobrevolaba nuestras cabezas sacando imágenes. Buena idea.

El lema “I am basque”, acertado. El desfile tiene la gracia de que es la mejor forma de ver desfilar a los junteros y alcaldes de las organizaciones municipales con sus carteles y sus fans. Y al final, después del Gobierno Vasco, el EBB. Y este año con Gobierno PNV y Lehendakari PNV. Hacía cuatro años no se daba esa circunstancia. Y este año se ha dado.

Los mensajes de Urkullu y Ortuzar claros. En clave positiva, incluyentes, con los pies en el suelo.

Y como es día de saludos y abrazos la gente está en clave positiva. Y eso está bien.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha afirmado que en este tiempo «histórico» de oportunidad para la paz «debemos actuar con responsabilidad». «La responsabilidad de ETA es iniciar ya el proceso de desarme definitivo, hablar y hacer lo que tiene que hacer, y no más», ha señalado, para añadir que «la responsabilidad del Gobierno español es modificar la política penitenciaria».

En su discurso Urkullu ha manifestado que la responsabilidad del Gobierno Vasco es, entre otras, ayudar e impulsar un proceso de normalización social de la convivencia. «Esto es curar las heridas del pasado, es favorecer una sociedad sana, sin trincheras y sin mundos aparte», ha precisado.

El dirigente jeltzale ha asegurado que su Gobierno tiene un compromiso y lo va a cumplir. «Esta es la autoexigencia de nuestro Gobierno», ha resaltado, para añadir que «el futuro es integrar».

«Este es el objetivo del Plan de Paz y Convivencia, y lo haremos desde el diálogo, el consenso, la convicción y la paciencia. Lo haremos. Esta es nuestra responsabilidad», ha asegurado, antes de advertir de que «nadie nos va a arrebatar ahora la ilusión y la esperanza».

El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, ha asegurado que los vascos decidirán «cómo y con quien quieren vivir» y que el partido aceptará «sin reserva alguna» lo que la mayoría de la ciudadanía quiera.

En su discurso el presidente del EBB, del PNV ha manifestado que «convivencia sí, pero de mutuo acuerdo, sin imposiciones, sin subordinaciones, desde el respeto recíproco a la voluntad de cada cual». «Entendemos y respetamos a quienes se sienten franceses o españoles, ¿Y nosotros? ¿No tenemos derecho a sentirnos vascos?», ha preguntado, mientras entre los asistentes se oían gritos de «independencia».

«Y si nos sentimos vascos, ¿por qué no vamos a poder decidir por nosotros mismos cómo y con quién vivir?», ha preguntado, para asegurar que «decidiremos, por supuesto que decidiremos, y aceptaremos sin reserva alguna lo que mayoría de la ciudadanía quiera».

En este sentido, ha exclamado que «somos vascos y nos asiste el mismo derecho que les asiste a los demás pueblos del mundo, y hoy aquí queremos también sentirnos catalanes, dos naciones diferentes, dos caminos diferentes, pero un mismo objetivo: que podamos decidir libremente nuestro futuro», ha manifestado mientras saludaba a los representantes de CDC y Unió, a quienes ha dicho: «No estamos solos, ni ellos ni nosotros».

En su alocución, Ortuzar ha manifestado que el PNV tiene «claros» sus principios: la nación vasca. «Tenemos claros los principios y las formas con los que lo vamos a construir. La corrupción, el pelotazo, la imposición, la irresponsabilidad, la intolerancia o la incapacidad para llegar a acuerdos con el diferente, esos no son nuestros principios ni nuestros valores. No los queremos y desgraciadamente eso es por lo que se conoce a España en el mundo», ha advertido.

En respuesta los que «dicen que tenemos un problema», ha señalado que «el gran problema lo tienen ellos: un Estado caduco que se cae de maduro, que cada vez pinta menos en Europa, incapaz de ofrecer esperanza a sus ciudadanos, incapaz de pactar soluciones con Euzkadi, con Catalunya, con Galicia y con un ordenamiento y unas leyes rancias, impropias del siglo XXI».

Según ha afirmado, «España no se entera o no se quiere enterar de que aquí hay una sociedad que quiere ejercer un derecho básico, fundamental: su derecho a decidir, a elegir su destino, a ser lo que los ciudadanos quieran que sea, libre y democráticamente». «¿Qué hay de malo en ello?», ha preguntado.

 

Un demócrata no puede confiar en el Tribunal Constitucional Español

Viernes 27 de septiembre de 2013

El centralismo español juzga a lo que llama “la periferia” con sus gentes. Es como jugar en el Bernabéu con árbitros elegidos por Florentino Pérez y su Junta Directiva. Magistrados elegidos entre los menos sospechosos de veleidades democráticas o comprensivas del nacionalismo vasco y catalán. Y eso que dirimen conflictos entre la Administración central y las Autonomías. Y que este Tribunal Constitucional tiene que decidir sobre consultas, estatutos, incumplimientos de la ley.

Y ahí tenemos a su presidente Pérez de los Cobos que no disimula su aversión al nacionalismo catalán porque lo ha dicho y escrito y que carece de total imparcialidad. No solo era afiliado al PP sino que negociaba con gentes del PP y entregaba sus cuotas y estipendios a su partido. No solo no es imparcial, sino que ha ocultado su parcialidad y además ni disimula dicha parcialidad. Una vergüenza democrática. ¿Cómo se puede confiar en un Tribunal con semejante presidente?.

Sin embargo le han dado el visto bueno sus compañeros. Y es que la justicia, como dijo el padre de Cristina, “es igual para todos”.