Un campechano en la cama

Me sorprende que nadie haya alzado la voz ante la evidencia de que Sofía de Grecia ha sido una mujer utilizada para perpetuar el modelo de negocio de la monarquía española, y para aparentar una unidad familiar ficticia mientras el macho alfa sacaba negocios y metía lo que podía. En las grabaciones a Corinna zu Sayn-Wittgenstein también hay espacio para la lujuria de Juan Carlos I, que habría admitido a “su amiga especial” la existencia de una pareja anterior: Sol Bacharach, viuda de Manuel Broseta, asesinado por ETA en 1992, a la que llegó a recibir en Zarzuela junto a Sofía mientras mantenían esta supuesta relación.

Intocable, de momento

De momento nada de lo que conocemos gracias a El Español, principalmente, que tiene en su poder la mayor parte de las grabaciones y que está ofreciéndolas por capítulos para que podamos darnos cuenta de las dimensiones de los actos de Juan Carlos I, va a tener consecuencias políticas. Tampoco asoma ninguna consecuencia judicial salvo la idea de que la propia Corinna sería la imputada para repetir ante el juez todo lo que dijo al comisario Villarejo. Así, Casa Real y Policía Nacional de momento se libran de comparecencias y vistas pese a la gravedad de lo que hemos leído.

Crítica digital vs. Acción real

Me ha sorprendido leer algunos comentario en Menéame a la noticia de que el autónomo que más tiempo lleva trabajando para Glovo también ha denunciado a la marca. En esta página de noticias todos son bastante críticos con el modelo de negocio de esta empresa de reparto, pero asoma sin poder evitarlo que no son pocos los que lo contratan echando la culpa al modo de vida actual, que nos agota y nos hace pedirlo todo a domicilio. Justo la excusa de Glovo para su explotación. Algunos “meneadores” incluso cifran las propinas justas, de 3 a 5 euros, para contratar y desagraviarse al mismo tiempo.

Google también hace limpieza

Después de la limpieza que ha hecho Twitter nos enteramos, precisamente en esta red social y gracias a un imprescindible de la misma, Urtzi Jauregibeitia, de que Google también ha hecho su propio cribado: por primera vez desde su creación desciende el número de productos (aplicaciones, películas, discos, libros o juegos) que ofrece Google para los usuarios de Android. Un descenso que ya tocaba en un mercado que ya no está maduro porque ha pasado a la fase de saturado. Buscar una aplicación ya no es intuitivo: necesitas leer en los blogs especializados cuál no es basura.

Fotos que pasan

Hoy se termina un Mundial que nos ha dejado un fútbol estupendo y a las estrellas (Messi, Ronaldo, Neymar), en el camino. Serán muchas las recopilaciones de goles, momentos y fotos que veamos los próximos días de un torneo excelente en lo deportivo. Una de las imágenes será, sin duda, alguna de las que capturó Yuri Cortez en la semifinal de Inglaterra contra Croacia cuando Mandzukic marcó y, al celebrarlo, el equipo se le echó encima. Yo solo pensaba: “¡Ojalá pueda coger la cámara con la lente corta!” mientras lo veía en directo, y según leo en Photolari, lo logró. ¡Vaya que sí!

Juan Carlos I y sus cositas

Aplaudo que El Español siga publicando las acusaciones de Corinna su Zayn-Wittgenstein hacia Juan Carlos I. Y que lo haga por partes, como en los buenos seriales periodísticos, para que podamos ir degustando cada capítulo, aunque soy pesimista y pienso que, en cualquier momento, el grifo se cierra o la acusadora se convierte en acusada. De momento, la amiga especial del rey emérito insiste en una vieja sospecha: que Juan Carlos I comisionaba, y muy bien, de Irán o Arabia Saudí gracias a los contratos que gestionaba con España, que también le pagaba su sueldo por “representarnos”.

El patriarca

Otra sospecha generalizada sobre los negocios de la Casa Real española era que Urdangarín no había actuado solo o, por lo menos, no había actuado sin un modelo a seguir. Corinna su Zayn-Wittgenstein también dispara hacia ese objetivo: “Yo estaba delante cuando el Rey pedía dinero para Noos”, llega a decir la amiga especial de Juan Carlos I en las grabaciones que se han filtrado. Esta afirmación nos trae a la memoria la del juez Castro, instructor del caso: “Habría tenido que declarar más como imputado que como testigo”, en referencia al Rey. ¿Puede la Justicia actuar de oficio?

Pero Felipe no sabía ni sabe nada

La mayoría de la prensa española sí recoge las acusaciones de Corinna su Zayn-Wittgenstein, y eso ya es un cambio. Veremos dónde termina este viaje pero me temo que no llegará a las estaciones finales: ni a los juzgados ni a la sospecha de que Felipe VI pueda saber algo de estos negocios o esté haciendo los suyos del mismo modo que su padre. En Público, David Bollero así lo sugiere en un texto interesante hasta que pide un imposible: que sea el propio Felipe VI el que, ante el escándalo, plantee un referéndum sobre la monarquía en España. Si algo hará caer a la Corona será, precisamente, el realismo.

Será Corinna la que termine emplumada

Mi pesimismo me lleva a sospechar que ni Juan Carlos I, ni mucho menos Felipe VI, tendrán que afrontar alguna consecuencia por sus actos. Un pesimismo que refuerzo cuando leo en El Plural que “el tribunal, según ha avanzado La Sexta, tomará a la vuelta del verano la decisión de si investiga a Corinna por blanqueo de capitales, ahora que ya tiene las grabaciones, entregadas por una unidad policial”. Es decir: la investigada por la Audiencia Nacional será la denunciante que, por supuesto, también se habría lucrado del meneo de millones y la necesidad de testaferros que, supuestamente, tenía Juan Carlos I.

De nuevo, Villarejo

Una vez más aparece su nombre y escasean las fotos para poder ilustrar la noticia. Y si se confirma que él es el filtrador, el comisario de la Policía Nacional, José Manuel Villarejo, esta vez exhibe información y capacidad de influir en la más alta e intocable de las castas: la familia real que ostenta la jefatura de Estado porque así lo decidió Franco. ¿Por qué? Según El Confidencial Digital, “lo está pasando mal judicialmente” e intenta “obtener un rédito en su causa ante la Justicia”. ¿Cómo? ¿Qué más tiene guardado? ¿A cambio de qué y por medio de quién evitarán que siga filtrando?

Y Corinna pió

Tendremos que poner todo lo que diga Corinna zu Sayn-Wittgenstein en cuarentena porque pueden ser solo las acusaciones de una amante despechada. Ese pecado sí se le reconoce y concede a Juan Carlos I: hacer de Sofía de Grecia la cornuda de España. Pero dudo mucho de que la prensa cortesana española vaya con todo, como debería de pasar, y que la justicia española actúe en consecuencia ante las graves acusaciones de “la amiga especial” del rey de España emérito. Negocios, testaferros, capital fuera de España sin declarar, estructuras opacas… Todo lo que necesita un campechano.

Sí, es por hacer política

En anteriores ocasiones he traído a esta columna las reflexiones de Iu Forn en El Nacional por el sentido común del autor, el mismo motivo que me obliga a trasladarles la última: colige Forn que, si Llarena admite que cierra la causa abierta contra los políticos catalanes después de la reunión de Torra con Sánchez para no intervenir en el reinicio del diálogo político, las causas de la suspensión, procesamiento y cárcel de los representantes de la ciudadanía catalana es política. Así de fácil y así de grave. Porque se juzga, no lo olvidemos, un gesto: todos tuvieron cuidado de no independizar Catalunya.

Así es la ley. Que la cambien

Alfonso Jesús Cabezudo, conocido como “el militar de La Manada”, disfruta ya del levantamiento de su suspensión aunque no vayan a asignarle destino. Tanto él como el guardia civil, Antonio Manuel Guerrero, esperan a la sentencia firme para saber si son expulsados. Todo esto es perfectamente legal y tiene que servir para que seamos conscientes de a qué nos exponen algunas leyes o aplicaciones. Al respecto, lean este párrafo en El Confidencial: “Cabezuelo también cuenta con antecedentes por lesiones, riña tumultuaria y desorden público, delitos que se explican en parte porque forma parte de la peña Biris”.

Quítate tú para ponerme yo

Cuando Pedro Sánchez se lanza sin red a la moción de censura y logra asirse al siguiente trapecio empieza a tener que tomar decisiones. Posiblemente la más importante por el tiempo y recursos que ocupa es la de sustituir a todo el personal del gobierno o hacer virtud de la transitoriedad y no enfadar demasiado al PP. Es evidente ya que opta por lo primero y en un tiempo récord está moviendo todas las sillas, algo que en Politikon critican con su habitual rigor pero obviando, creo, un aspecto clave: los años que Rajoy tuvo para generar y ocupar puestos, y que en el caso de Sánchez solo son semanas.

Si lo pago es mío

José Manuel Rodríguez hacía público en Twitter el malestar de los usuarios de Spotify que, habiendo pagado por un servicio Premium, esto es, sin anuncios entre canciones, veían cómo les colaban publicidad del nuevo disco de Drake. Se ve que el “Premium” del rapero es más importante que el de esos millones de usuarios que reclaman, con razón, que les devuelvan el dinero. No es el único caso: las marcas nos cuelan anuncios constantemente aunque hayamos pagado por dispositivos (me ha pasado ya dos veces en mi móvil Samsung en menos de un año) y aplicaciones que, en teoría, son nuestros.

«La fortuna incalculable de Juan Carlos»

En Público celebraron el 14 de abril con esta pieza: “Cuando todavía era príncipe, con Franco, se firmó el acuerdo por el que cobraría de cada barril de petróleo que España comprara a Arabia Saudí. Así lo han denunciado varios economistas. Su nombre también ha aparecido en operaciones policiales vinculadas con la trama Gürtel; cuenta Soleado; caso Malaya; urbanizaciones en República Dominicana; y las comisiones millonarias que compartió con Corinna Zu Sayn-Wittgenstein”.

Alfombra roja a Cifuentes… Para que se vaya

Gabriel Sanz asegura en Vozpópuli que “Rajoy está dispuesto a ofrecer a Cifuentes ‘lo que quiera’, en palabras de una fuente de la Dirección Nacional del PP, si ella da un paso atrás y permite la investidura de otro candidato popular como presidente de la Comunidad de Madrid; desde ser eurodiputada, incluyéndola en la candidatura, hasta nombrarla para algún alto cargo cuando el escándalo de su máster no cursado en la Universidad Rey Juan Carlos haya amainado”.

Yo también estoy a favor

Me ha alegrado leer en El Confidencial la defensa de Héctor G. Barnés de la “titulitis”, ese mal que el escándalo de Cifuentes ha puesto de manifiesto, según algunos. Porque estudiar ha sido otro pecado de la clase media para intentar alcanzar a la más alta: “A nadie se le ha acusado de titulitis por estudiar un posgrado en Harvard –aunque luego se trate de Aravaca–, pero sí por destinar los ahorros familiares a enviar a los hijos a una universidad pública”. Siempre ganan los ricos.

Tecnología para asegurar honestidad

Ya no se trata de ser tecnófilo o ser tecnófobo: se trata de sentido común. No es en absoluto una buena noticia que la tecnología “blockchain” (un tipo de programación que no permite intervenir en lo ya programado y en la que se basan las bitcoin) asegure currículums académicos limpios. Esa certeza tendríamos que tenerla ya y solo con el factor humano. Tampoco es positivo extender la sombra de la duda: los que hacen trampas en la universidad son los menos.

Europa hace frente a Facebook

En mi última columna monográfica sobre Facebook mencionaba que el problema no era la red social, sino el sistema neoliberal en el que se había desarrollado y que había amparado los planes de Zuckerberg en todo el mundo. La UE pone pie en pared: “La clásica casilla de ‘acepto todos los términos y condiciones’ es ya historia. (…) Los servicios tendrán que informar por separado de los términos de uso del mismo y del tratamiento que van a hacer de los datos de los usuarios”.

Juan Carlos I amaba… el chocolate

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Si ayer encontrábamos en El Español una noticia en la que Juan Carlos I aparecía vinculado a los negocios de Iñaki Urdangarín, hoy es el turno de su amiga “especial”: “Un grupo de empresarios españoles, espoleados por Juan Carlos I, invirtió ‘pequeñas cantidades de dinero’ en 2006 en una fábrica de chocolate de Corinna zu Sayn-Wittgenstein que quebró en 2010 sin que vieran rastro de su dinero (…) El negocio era muy ‘chic’, pues se trataba de hacer ‘los bombones más exclusivos del mundo’. Cada Navidad, Juan Carlos I regalaba medio centenar de cajas a 1.500 euros cada una”.

A Rajoy le hacen mobbing

Este es el relato: Obama está de gira en Europa y Ángela Merkel aprovecha para invitarle a una cena con otros jefes de Gobierno. Personas importantes que interesan al presidente estadounidense y a las que les interesa estar cerca del demócrata. Entre ellos, no está Rajoy. ¿Por qué? En el PP argumentan que es por su situación de “en funciones”, pero según El Plural, Merkel buscaba “la imagen del núcleo duro del poder en la Unión Europea”, en el que no entra España.

De púlpitos y amigos

PRISA ya ha anunciado que actuará contra los medios que vinculen el nombre de Juan Luis Cebrían con los ya famosos “papeles de Panamá”. Y a mí este aviso a navegantes lo único que ha hecho es despertarme la curiosidad: la relación de Cebrían con la sociedad offshore es bastante tangente, ya que se trata de un amigo íntimo suyo iraní (y socio, al parecer, en otra sociedad) el que la tiene y habría donado un 2% al empresario. Además, ambos, entre otros, habrían financiado al “think tank” del PSOE, según El Confidencial.

¿Y qué?

Con cada declaración o chiste recurrente en Twitter a su propia minusvalía tengo más claro que Pablo Echenique es, posiblemente, uno de los personajes políticos más sobrevalorados del panorama actual. Por encima, incluso, de su jefe Pablo Iglesias. La respuesta en Twitter de un estudiante de Políticas a un tuit suyo refuerza mi percepción: Diego de Schouwer no entendía (yo tampoco o hago) por qué es malo de partida que un economista relacionado con la banca escriba un documento económico.

De Évole a Bertín Osborne

Iker Martín ha vuelto a escribir un postazo en su blog, esta vez, a cuenta del dopaje y de cómo Jordi Évole (al que no rindo ninguna admiración especial, es cierto) enfocó el tema en su programa. El deportista de ultrafondo que escribe en la blogosfera de DEIA se quejaba de superficialidad y de que hubiese un guión preestablecido que el entrevistador ni iba a romper. Esas son justo las dos quejas mayoritarias de quienes vemos al “follonero” sin estar entregados de antemano a su periodismo de sala de edición.