Pues tenemos nuevo dueño…

Twitter tiene nuevo jefe. Más bien, nuevo dueño. Y es lo que mejor podemos aplicar a Elon Musk, propietario del mundo si quiere por haber sido el más hábil impulsando esta nueva economía especulativa para su propio beneficio. Sea como sea, el tipo tiene 41.000 millones de dólares para gastarse en una red social en la que, básicamente, decimos chorradas, y en la que las pocas reflexiones salvables están enterradas entre toneladas de insultos, acoso y cuentas para odiar. Serthand ironizaba sobre el valor de Twitter y el nuestro como tuiteros y tuiteras. Lo que no es ninguna broma es el precio y lo que podría hacerse con ese dinero.

¿De dónde sale tanto dinero?

Los más de 40.000 millones que Elon Musk va a pagar por Twitter como si no le costara tienen que servirnos para llamar la atención sobre la economía virtual que estamos construyendo después de caer en la trampa de los Musk, los Bezos y hasta los Zuckerberg (aunque nadie podrá negar que este último vendió siempre acciones de una empresa rentable con un modelo de negocio definido). Con esa especulación, con ese anhelo por comprar expectativas, también podemos explicar el éxito de Bitcoin o los NFT. Y podemos explicarnos muchas cosas de lo mal que va este mundo que va a acabar reducido a cenizas por los capitalistas más voraces.

«Lo normal»

Con solo 8.200 gestiones como la que hizo con el ayuntamiento de Madrid, Albero Luceño podría haberse comprado también Twitter. Pero a él le van más los relojes y coches caros. Más operaciones tenía que haber hecho Luis Medina, porque a milloncejo por e-mail, comprar Twitter queda algo más lejos. Y eso que el noble le pega a más palos porque lo suyo son “las materias primas”. Más bien, las materias de los primos que pagan esas comisiones que para ellos son “normales” y que a la mayoría nos generan ganas de comprar un lanzallamas. Seguro que si los ponemos de moda alguien acaba llevándose una mordida millonaria.

Hablando de primos y primas…

Hablando de primos, o más bien, de gente que nos toma como tal: esta semana hemos conocido que el patrimonio de Felipe VI es de 2,5 millones de euros. La transparencia consiste en tratarnos como a tontos, porque, claro, es que el rey de España es muy ahorrador y ese dinero solo viene de lo que ha ido metiendo en la hucha desde que tiene sueldo como heredero. Desde que tiene sueldo y no tiene gastos, claro, porque ni hipoteca, ni vehículos, ni nada: todo a cargo del Estado que, como todo el mundo sabe, hasta que nos independicemos, somos todos. Pero unos para pagar y otros, para ahorrar. Y vivir.

Cero sorpresas

Más vale que tengamos todos y todas la cartilla de vacunación contra el covid al día porque el virus, no puede ser de otra manera, circula libra, a sus anchas, de cuerpo en cuerpo, de bar en bar. “Asturias da el primer aviso”, leemos en El Confidencial, pero cualquier comunidad en la que se tomen en serio la detección y propagación del virus podría haber protagonizado ese titular. Hemos decidido vivir con el coronavirus, la enfermedad y el riesgo de muerte o mutación genética que nos arrase. Es nuestra responsabilidad y las y los políticos solo han respondido a ese ansia de una mal llamada “libertad”.

Pues les da para unas comisiones

Que con la que les está cayendo el PP de Madrid haga un tuit con esta noticia de El Español (siempre al quite) debería de ser de juzgado de guardia: “Madrid es la autonomía más barata en impuestos gracias a las políticas liberales”. Pese a que recaudan menos, en la capital de España sí les da para dejar seis millones de euros de dinero público en solo dos comisiones. El milagro de los panes y los peces, u otro mucho más mundano que consiste en repartir primero a quienes tienen contacto directo con el ayuntamiento y tan estrecho que se permiten el lujo de sugerir que se merecen una medalla de la ciudad.

Descubren la política y escriben un libro

Nunca dejarán de sorprenderme quienes creen que la política empieza y acaba con ellas y ellos, y para que quede claro hasta escriben un libro, como ha hecho Gala Pin, que acompañó a Ada Colau en su primera legislatura. Un libro que, por lo que cuentan entrevistadora (de Eldiario.es) y entrevistada, no aporta nada nuevo a quienes llevamos años siguiendo de cerca la política: todo se ralentiza, con el funcionariado hemos topado, hay lobbies y la policía municipal no es tan mala cuando en vez de enfrentarte a ella trabajas con ella. Gala Pin descubre el fuego en 2022 y nos lo cuenta en un libro. Cómo no.

Cuñados supremos

Otros que están encantados de haberse conocido con los de La Base, el podcast que dirige Pablo Iglesias en Público. Lo mismo te cuentan “la verdad” sobre Rusia, que te analizan las elecciones en Francia, que te hablan del pacto PP-Vox, que te hacen una semblanza de Núñez Feijóo como si lo conocieran de toda la vida. Y todo esto, sin pasar a la página siguiente. La Base es un cuñadómetro de primer nivel: no hay tema sobre el que sepan más que los demás. No hay verdad que se les resista. No hay personaje ni situación que no puedan analizar con detalle. Son como Iker Jiménez pero en podcast. Es decir: prescindibles.

Seguimos en Barcelona

Dadas las circunstancias, mejor espero al libro de Gala Pin, el podcast de Pablo Iglesias o la película en prime-time que se monta Iker Jiménez para alborozo, generalmente, de los magufos que votan a Vox. Pero, venga, me voy a aventurar y a sugerir que lo que pasó en el Camp Nou hace ahora una semana y que permitió a las y los seguidores del Eintracht ocupar las gradas mayoritariamente no tiene nada que ver con el modelo de negocio ni con un equipo “acostumbrado a ganar”. Lo siento, pero más bien creo que es el producto de quienes siguen a su equipo solo si vence o compite por los grandes trofeos.

Y en pandemia

Desde ayer podemos entrar a cualquier sitio sin mascarilla salvo los centros de salud y el transporte público, prácticamente. Será que me he vuelto temeroso entre el coronavirus, la guerra, la crisis y mi ansiedad, pero me parece un error. Un gran error. Seguimos en una pandemia mundial, no lo digo yo, lo dice la OMS, y eso quiere decir que continúa la transmisión de un virus que no tenemos controlado y que puede mutar en cualquier momento para volverse más agresivo y más letal. Si sucede nos va a pillar con la guardia baja (la mascarilla es también un recordatorio) y la ocupación hospitalaria, alta.

¿Qué nos creemos?

Todos estos años de dictadura china justificada internacionalmente con la mención al comunismo no han sido suficientes: la invasión rusa sobre Ucrania nos ha demostrado que algunos prefieren difundir propaganda de Putin que hacer caso a miles de periodistas de un montón de países sobre el terreno, solo porque sale del Kremlin. Del mismo modo: ¿qué nos creemos de China? Los confinamientos forzados con violencia policial, ¿responden a su estrategia de “covid cero”? ¿Tengo que fiarme de lo que comunique el partido único? Sin duda, hay dudas más razonables que otras.

En efecto

En ciencias sociales, la investigación sirve muchas veces para comprobar intuiciones. Y eso es justo lo que han hecho las y los autores de una observación a gran escala en la que se ha fijado César Calderón: “Un estudio sobre más de 100.000 personas en 26 países concluye que las ideologías extremas tienen un peso abrumador en la mentalidad conspiranóica”. Y sigue: “Así, quienes se sitúan a sí mismos en la extrema derecha y en la extrema izquierda son quienes de forma mayoritaria creen, sin necesidad alguna de pruebas, que oscuras fuerzas gobiernan el planeta”. Solo un vistazo a Twitter sirve para comprobarlo.

La mejor definición

No, Elon Musk no es el nuevo Leonardo Da Vinci, como ha sugerido la SER en su Twitter, ni es una persona preocupada por el planeta (no solo porque venda los derechos de contaminación de Tesla a otros fabricantes: su proyecto espacial supone un gasto de recursos ingente). En mi opinión, el hombre más rico del mundo encaja mejor con la definición que ha hecho Josep Martí en El Confidencial: “Musk es al mundo de la empresa lo que Trump ha sido a la política. Un hombre al servicio de su ego, convencido del enanismo de los demás y actuando desde la certeza de que incluso en su peor momento está a años luz de los demás”.

La foto de las y los mantenidos

No están todos los que están mantenidos por nosotros, pero sí están mantenidos todas y todos los que salen en la foto que han hecho pública (¿la Casa Real, la Agencia EFE?) y en la que se ve a Juan Carlos I con sus dos hijas y parte de sus nietas y nietos. Una gran familia bien alimentada, bien vestida y que seguro que ha viajado hasta Abu Dabi en Business-Class. ¿Con qué dinero? ¿Quién ha financiado los siete billetes? ¿Por qué ellas y ellos pueden hacer un viaje así de caro en Semana Santa y yo me voy a Coruña en coche? ¿Con los sueldos de las hijas del emérito? ¿En qué trabajan? ¿Por qué lo hacen? ¿Seguimos preguntando?

¡Pero si la has liado tú!

No tenía pensado escribir nada más sobre El Xokas, también conocido como Joaquín Domínguez, y su amigo, ese que, según el youtuber, se mantenía sobrio mientras las chicas a su alrededor iban bebiendo. Pues bien, Xokas se ha cabreado porque le hemos malinterpretado, según él, y hemos señalado a un chaval sano, sanote. Y por eso, precisamente, escribo estas líneas: no podemos olvidar que Xokas, Rubius, Dalas, Lolito y demás, hablan para la chavalada de catorce o dieciséis años, y que en cuanto un adulto que no es de su show-business pone un poco de atención, hacen el ridículo.

Pero ella no hace cálculo político

Yolanda Díaz sabe que es la nueva estrella del rock de la izquierda. Y sabe que además toca la guitarra y canta mucho mejor que la anterior, Pablo Iglesias. También sabe que se acerca el momento de hacer el solo y poner a botar (y a votar) a las masas. Así que su “amago” de cese no tiene tanto que ver con la dignidad política ni con poner a “la gente” por delante de ella o de la agrupación política que la respalde. Si de verdad lo hiciese, con lo que pagamos de luz y lo inseguro que resulta el suelo que pisamos, no jugaría con la posibilidad de romper un gobierno de coalición y en minoría para provocar un adelanto electoral.

Conciliación, qué bonito nombre tienes

Si de algo ha adolecido Pedro Sánchez desde el primer minuto es de maltratar a la prensa: sus retrasos en las comparecencias o sus horarios imposibles se han vuelto habituales. Al respecto y precisamente en las puertas de una posible crisis de gobierno, Fernando H. Valls tuiteó con tino: “PSOE y UP se han citado hoy a las 19:30 para intentar solucionar su crisis por la reforma laboral. Olvidan el punto 1.10 de su pacto de Gobierno: ‘Conciliación de la vida laboral, familiar y personal y corresponsabilidad en el tiempo de trabajo’”. Y no es solo la prensa: asesoras y asesores o asistentes del gobierno sufren tanto o más que algunos se crean en El Ala Oeste.

El tonto eres tú

Quien quiere convencerme de la existencia de almas puras como Yolanda Díaz y quien no respeta el tiempo de los demás me ponen de mala uva, pero nada es comparable, en los últimos meses, con el cabreo que me provocan quienes critican que todavía haya medidas, simplemente, porque todavía hay pandemia. Estamos tardando demasiado en reírnos de estos tontos que van de listos, y que solo tienen que mirar cómo avanzan sus modelos, por ejemplo, el británico: “Desde mediados de agosto han muerto por COVID cada dos semanas las mismas personas que mueren por la gripe en un año”, leemos en Eldiario.es.

Pues anda que estos…

Me gustan mucho el fútbol y sus implicaciones sociológicas, y entiendo su función liberadora. Incluso entiendo aunque me repugne la idea de que sirva como excusa para la violencia, y más en este país en el que vemos la instrumentalización hasta del dolor. A lo que voy es que me parecen una banda de idiotas con un comportamiento absolutamente injustificable quienes zarandearon el coche de Ronald Koeman a la salida del partido contra el Real Madrid. No lo hicieron por el Barça ni por su hartazgo: lo hicieron por el TikTok y el vandalismo que, de alguna forma, hemos cebado entre todas y todos.

Faltan muchos meses todavía

Faltan muchos meses todavía para que empecemos a hablar en serio de las campañas en las elecciones del Athletic. De momento, todo lo que conseguiremos sacando el tema (cuando falta incluso aprobar el presupuesto) será alegrar a los especuladores, literalmente. Una casa de apuestas ya ha sacado su plancha y Javier Aldazabal es el favorito de las y los apostantes (su triunfo se paga a 1,81 €). Tras él, Vázquez Eguskiza, Barkala, Mario Fernández, García Macua, Jon Ander de las Fuentes, Jainaga… Y ya empiezan las aventuras: Julen Guerrero, Andoni Zubizarreta, Genar Andrinua, Javi Clemente y hasta Jon Rahm, que se paga a 1.001 €.

Sigue aquí

Casi cada día compruebo cómo mucha gente vive como si no hubiese coronavirus salvo por la mascarilla (generalmente en la barbilla o bajo la nariz) y las restricciones que imponen otros. Pero el virus mortal no da tregua en España: “Se disparan las muertes por COVID desde el viernes” (República.com). “La última semana se han notificado 867 fallecimientos”. Solo el viernes pasado murieron 201 personas, “el doble que hace una semana”. Yo también estoy cansado, todos lo estamos, y me encantaría volver a aquella normalidad de marzo de 2020, pero negar la evidencia y señalar a los que ponen límites a su propagación es infantil.

¡Qué atraco!

España es una península soleada (y este ha sido un año de sol) con un montón de pantanos sobradamente amortizados. Sin embargo, “la factura de la luz de un usuario medio en agosto será la más cara de la historia” (El Plural). ¿Por qué? ¿Qué mecanismos permiten esto: “El precio de la luz abandona la tregua y repunta este martes por encima de los 100 euros/MWh”? No hay excusa ni explicación posibles que no contengan la palabra “extorsión”, “atraco”, “robo” o “secuestro”. Nos está saliendo caro, literalmente, pero por fin el lobby energético español está quedándose sin crédito político ni periodístico.

Ni viven en la edad media ni entre cabras

“Los talibanes son ultrarricos”, titulan en Magnet y borran de un plumazo el mito de que viven en la edad media o entre cabras. Al contrario: solo en 2020 podían haber incrementado su fortuna en 1.600 millones de dólares, según un informe de la OTAN. ¿De dónde sale ese dinero? De las plantaciones de opio y las minas que controlan, de la extorsión y de las donaciones. Hasta 240 millones vendrían “de organizaciones benéficas y fideicomisos privados ubicados en países del Golfo Pérsico” y de “ciudadanos privados de Arabia Saudita, Pakistán, Irán y algunas naciones del Golfo Pérsico”.

Otro “afortunado”

En Público siguen desgranando “el verdadero origen de la fortuna del Rey Emérito”, y hablan de la cuenta que abrió en Suiza (con residencia en la propia Zarzuela) solo un día antes de recibir 65 millones de euros con el concepto: “Donación del rey de Arabia Saudí”. En el digital ahondan en la contraprestación de Juan Carlos I: entregó del toisón de oro a quien consideró su “hermano” y contrarrestó la influencia turca en la “alianza de civilizaciones” de Zapatero. También explican cómo la “Ley Reguladora del Patrimonio Nacional” le evitó tributar por ese regalo y por otros (coches, motos o relojes) e incluso por las obras en el palacete de Corinna.

La guerra del fuet

El apoyo declarado de El Pozo al canal de televisión que Marcos de Quinto quiere impulsar, con un ideario claro y expuesto por el que fuera diputado de Ciudadanos, ha iniciado una “guerra del fuet” entre tuiteros que, como todo el mundo sabe, empezando por Marcos de Quinto forman una suerte de infantería cateta. Para defender a El Pozo, no pocos han señalado a Casa Tarradellas como una marca favorable a la independencia de Catalunya. Tan cortos son algunos que han señalado también a Orona porque el propio De Quinto tuiteó que no le arreglaban el ascensor de su domicilio un domingo.