De la felicidad infantil al adulto estresado

foto blog

Todos/as damos por sentado que los directivos de las grandes empresas ganan mucho y sospechamos que más de lo debido y no siempre por lo declarado, pero de la sospecha a los datos hay un tránsito que necesita grandes tragaderas: los presidentes de las cotizadas en el Ibex35 ganan de media 158 veces más que sus empleados, un 80% más que en 2014; sus emolumentos (declarados, porque de lo otros ¡a saber!) se han incrementado un 27% mientras a los empleados les han reducido el 1,5%. La desigualdad no es una excepción sino la norma y en aumento. Mencionar que en un millón de familias no hay un ingreso regular o que el porcentaje de paro general supera el 25% o que la mitad de los menores de 30 años no tienen empleo, ya son índices manifiestos de preocupante desequilibrio personal y social.

La OCDE en su último informe lo presenta como pregunta “¿Cómo va la vida, en general?”, vamos, cuál es nuestro nivel de bienestar. El bienestar y la felicidad vitales son multifacéticos: el PIB global, la educación, la salud, los ingresos familiares, el trato de género y a los mayores, la vivienda, el medio ambiente, el compromiso cívico… son los datos que analiza el informe ahora y a futuro. En casi todos los índices salen mejor parados, es decir viven en más bienestar y felicidad, los países del norte que los del sur, los que tienen estudios sobre quienes no los tienen y dentro de cada país quienes tienen mayor poder adquisitivo, sobre todo en zonas con grandes metrópolis. En el Estado uno de cada siete niños vive en la pobreza y son ellos los que primero abandonan la Escuela; un 10% ha sufrido malos tratos y otro 10% vive en familias desempleadas. Por el contrario, los niños/as con más recursos obtienen mejores notas, tienen mejores relaciones con padres, profesores y compañeros, mayor compromiso cívico y hasta entre 4-18 años más de esperanza de vida… Con esta abrumadora desigualdad de oportunidades actual para niños y adolescentes corremos el riesgo cierto de trasladar nuestras desigualdades actuales al futuro adulto de los hoy niños/as. ¿Acaso porque tengamos interiorizado que la pobreza material o cultural se haya inexorablemente de heredar?

Y sin embargo los niños españoles, aun siendo del sur, se declaran como los más satisfechos de la OCDE. Se les presenta un difícil tránsito desde esta declarada feliz infancia al duro mundo estresante de desigualdades del adulto, a no ser que su infancia declarada no sea tan feliz como dicen ni los adultos tan estresados como aducen estarlo.

La Virgen en su peana

Ministro
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, del Opus Dei, tiene derecho a ir a rezar al Valle de los Caídos; pero acudir al rezo y a comulgar con coche y escolta oficiales casa mal con un Estado no confesional, al menos en la letra de la ley que tanto dice defender

Religión, economía y sentimiento de pertenencia a un grupo es la triada sobre la que se asienta la historia y el devenir de las sociedades humanas; malo es marginar alguna de estas tres patas, pero no mucho mejor mezclarlas con intereses proselitistas. Algo que a tenor de su currículo ministerial, al miembro del Opus Dei y ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, le gusta más que untar con los dedos, pues para él la política es una oportunidad para evangelizar, claro con dinero de todos.

El señor ministro tiene absoluto derecho a rezar, como yo que también soy católica, y hasta a realizarlo en un templo símbolo de la represión franquista, el Valle de los Caídos; pero acudir al rezo y a comulgar con coche y escolta oficiales casa mal con un Estado no confesional, al menos en la letra de la ley que tanto dice defender. Nuestro calendario viene jalonado de fiestas patronales en honor a santos y vírgenes, hoy mismo es fiesta civil por ser Virgen del Pilar, patrona de la Hispanidad imperial y de una Guardia Civil que siempre juega al compás de quien mece la cuna.

Pero de asistir a una romería popular como la de ayer en Begoña o incluso no querer alejarnos de la Edad Media sacando a pasear santos y vírgenes para implorar la lluvia, a condecorar con medallas militares a una Virgen en su peana va un largo trecho, vereda por la que galopa el ministro ferviente ¿quizá en pos de la santidad?Vírgenes&tricornios es una constante histórica de ese país llamado España; pero abandonando el lado del país-maravillas para cruzar a la parte del espejo donde habita el otro país real también del mismo nombre, causa perplejidad e indignación entre muchos el ardor condecorador virginal del ministro, vírgenes-estatuas de la madre de un Dios en el que no creen todos los ciudadanos que pagan impuestos.

Por ejemplo el guardia civil musulmán que ha solicitado subvención para ir a La Meca, como la reciben los compañeros que peregrinan a Lourdes. La Virgen de los Dolores de Archidona recibe hoy la Gran Cruz de Plata de la Guardia Civil por orden del ministro. Es la enésima condecoración a una virgen de piedra-bronce “por conductas extraordinarias que redundan en el prestigio de la Guardia Civil e interés de la patria”. A la mayoría ciudadana se le escapa este concepto de prestigio e interés patrio. Me coloco entre quienes manifiestan perplejidad, indignación y además rechazo por el uso de dinero público en estos actos simbólicos, porque para un católico mejor la Virgen en el corazón como madre querida-venerada que crucificada con tanta condecoración de armas.

Tormentas de mierda

La tecnología es fantástica. Un filipino ha creado una app(aplicación digital) que borra automáticamente las palabras Dios, ángel, santo, mártir… de los e-books y las sustituye automáticamente por Director, Presidente, Encargado… Lógicamente anuncian sweeteners y softdrinks como sustitutivos de la realidad domada a voluntad.

Shitstorm dicen los anglosajones para etiquetar el “linchamiento digital” contra alguien; un aluvión de críticas, con frecuencia insultantes, humillantes y/o difamadoras, que se abalanza como tormenta de basura sobre el marcado como diana en las redes sociales.

Moderadamente seguidora de estas redes digitales, no puedo dejar de reconocer lo mucho bueno que aportan a la rapidez de información, al conocimiento, a las relaciones personales y a la conexión/cohesión social. Pero adosado a este lado positivo se encuentra la tormenta de mierda mediática y el ruido colateral que genera. El cotilleo, el pasarse la información de unos a otros fue, en opinión de Yuval Noah en su libro “De animales a dioses”, una de las razones fundamentales de la revolución cognitiva que permitió al Homo sapiens descabalgar a los otros homo, permitiéndonos avanzar hacia un mundo científico-tecnológico donde la Historia progresa divorciada de la Biología.

La hostilidad, el rechazo y hasta el linchamiento violento al diferente, han formado siempre parte de nuestro comportamiento, basta ver los escraches o los enfrentamientos entre aficionados deportivos. Comportamientos transferidos a la cultura de la red, donde la tormenta de mierda es heredera del auto de fe, del embreado/emplumado de tiempos pasados.

El filósofo coreano-alemán Byung-Chul en “El enjambre” observa a la sociedad humana trasformada por Internet en una masa embriagada por las redes, un enjambre digital donde los individuos no sostienen ideas propias ni originales, donde como entre las termitas, la primera empieza a comer la madera que a modo de aparato digestivo global la última de la hilera termina de digerir. En el tránsito, entrometerse en la vida del otro y hacer público lo privado es norma de acción en el nuevo mundo humanodigital.

Bullying, ciberacoso, doxing (publicar datos personales hasta llegar al acoso real), son los aledaños del linchamiento digital. Me vienen a la cabeza juicios reales con precondenados digitales o el que han sufrido/sufren Monedero, Mas, Raimon, Ibarretxe o Piqué… entre otros conocidos, insultados o perseguidos no por placer, sino para hacer justicia al estilo del “vigilante”, porque la masa les cree culpables. Antes este “ajusticiamiento” sólo se extendía a un círculo muy reducido; ahora se expande explosivamente entre millones en pocas horas. La indefensión habita entre nosotros, porque el ruido de cargarnos en público lo que no nos gusta va in crescendo.

La esperanza está en que la urbe digital se desagrega igual de rápida que se agrega. ¿Aprenderemos a convivir como cotillas en red?

Qué habré hecho mal para no ser millonaria

MILLONARIOSSi escuchamos con atención a los dirigentes peperos neocom parecería que quienes no se hayan forrado, ni logrado millones ni hayan defraudado durante la crisis para después poder ser autoamnistiados es porque carecían de luces, capacidad y habilidad, porque para ellos los últimos años en España los perros económicos han estado atados con longaniza financiera al alcance de todos. Puede leerse en esta línea de razonamiento la noticia de que en el Estado ha aumentado el número de millonarios un 10% sobre el año pasado, mientras en Europa ha sido un 4%. Entre nosotros la crisis “ha generado” de 2008 a 2015 un 40% más de millonarios, ricos que excluyendo su vivienda, colecciones, consumibles y bienes duraderos poseen más de un millón de dólares en activos de inversión; además, entre ellos se ha duplicado el número de afortunados con más de 30 millones.

Este vedetismo millonetis sería noticia, sí, pero no tan agresiva ni lacerante si simultáneamente en el mismo período de crisis no estuvieran cinco millones de personas sin trabajo, ni hubieran ascendido hasta el 29% los ciudadanos/as en riesgo de pobreza y exclusión social, si no hubieran rebajado los salarios, si no hubieran fomentado el trabajo-basurilla, ni subido los impuestos, si no hubieran recortado las prestaciones sociales y sanitarias con nuevos copagos, si no hubieranjibarizado los presupuestos de la educación pública que es a la que tienen acceso los pobres y empobrecidos… en resumen, si no se hubiera elevado la desigualdad entre ricos y pobres a su máximo nivel desde que la OCDE inició su medición hace 30 años. El 10% de los más favorecidos no poseería el 50% de la riqueza, mientras que el 40% de los más pobres solo tiene el 3%. Triste, doloroso y miserable récord del régimen rajonyano.

Para explicar este espectacular repunte de ricos, que no de riqueza nacional, escuchamos múltiples razones: fraude y evasión fiscales, menor imposición a los ricos, aplicación empresarial espuria de las leyes laborales, y sobre todo la escasa inversión productiva del capital que se ha dirigido al beneficio rápido de los mercados bursátiles especulativos de sesgo económico-extractivo. Discutibles pero entendibles.

Pero en ningún caso es de recibo que ahora desde muchos medios se fustigue a los más pobres achacándoles de insensatez y envidia hacia los ricos, “porque tu imprudencia anterior es hoy mi riqueza” o “eres pobre porque no te has esforzado lo suficiente”, o “porque no has sabido apalancarte en el mercado extractivo que es lo que genera millones”…, vamos que eres tontuelo/a por no haber sabido qué hacer para ser millonaria al tirón. Y ahora además, envidioso/a. ¡Manda güevos!

Batallas y alardes

 

ALARDEResulta curioso que los humanos actuales digamos repudiar la guerra, al menos en pomposas declaraciones públicas, pero fabriquemos más armas que nunca y sigamos celebrando con gran alarde guerreador las remembranzas de las batallas, sacando profusamente a pasear fusiles y cañones, como si los añoráramos en funcionamiento.

La Historia gira en espirales sucesivas de explosiones de violencia y conferencias de paz. En este sendero cíclico de contradicciones concatenadas me ha impresionado el despliegue militar chino en un reciente desfile mientras tronaban los discursos de sus dirigentes clamando por la paz. Nada que no hagan también los demás, Rusia, EEUU, Gran Bretaña, Corea del Norte… Está claro que se fabrican armas porque hay guerras y se hace la guerra porque se fabrica armamento, deduciéndose que para quien vende armas y munición la guerra es un pingüe beneficio en la misma escala que una catástrofe para la mayoría que la sufre.

Y si no, se lo podemos preguntar a los miles de exiliados que ahora mismo pugnan por entrar en Europa huyendo precisamente de guerras reales, no rememoradas, mientras los mercaderes de armas y personas continúan en sus mansiones engordando sus cuentas corrientes. Así que es mucho mejor que la batalla se reduzca a mero teatro, a populares desfiles y alardes de marcialidad sin dejar que el diablo cargue las escopetas. Y es en este estadio de desfiles como alarde teatral donde siempre me ha gustado ubicar los vistosos desfiles militares de Irún y Hondarribia. No importa tanto el bando ganador o perdedor como celebrar el fin de la batalla. Por eso he asistido a muchos de sus alardes, desfiles donde me apenaba que se sustituyera la celebración  festiva tras el fin de una batalla entre enemigos por una pelea de sexos, como era la de excluir de la participación directa a las mujeres.

En unos momentos históricos donde  las mujeres pueden acceder libremente a todas las ágoras públicas en igualdad de condiciones (legalmente, porque la realidad suele ser bastante más cruda) con los hombres, puede pasar a ser un hito histórico que no lo puedan hacer como escopeteras en las fiestas de estos dos preciosos municipios. La tamborrada de Donostia es un buen ejemplo de integración; toca él o ella a voluntad, sin que el sexo defina quien puede o no usar los palillos. Tan solo haría falta mayor voluntad y decidida implicación activa de los responsables municipales para que en la fiesta cada ciudadano/a pudiera participar como guste y donde más le agrade, aunque sea mujer y desee ser escopetera, con pólvora pero sin balines, claro, porque el Alarde es una fiesta, no la guerra. Gora Hondarribia eta bere alardea.