Dos equipos muy españoles

Aunque mi afición por el fútbol raye el doble cero, esta semana (digamos este mes y ¡lo que pregonan para junio!) no he podido evitar la sobresaturación hiper-informativa sobre las andanzas, éxitos y venturas de dos equipos españoles, en concreto de la capital que algunos toman por todo el Estado. Y aquí ante el gran arrebato patriótico que ha despertado este camino de gloria deportiva-futbolera surge mi sorpresa, no porque me importe que ganen/pierdan o queden mediopensionistas, sino porque si ya de por sí el elevar a categoría de representación patriótica a dos equipos de fútbol es un ejercicio de osadía imaginativa calenturienta, tras repasar la lista de jugadores (me apunta un forobofurbogoitia) y su nacionalidad, mi sorpresa se truca en estupor ante esa ONU-futbolística: ingleses, portugueses, italianos, franceses, alemanes, brasileños, argentinos… ¡incluso vascos! Para amortiguar el estupor me explican que el capital-accionarial de ambos equipos, trufados de deudas con la Seguridad Social y Hacienda, es muy, muy español. Estupendo, porque no tengo nada contra el libre movimiento de capitales y de trabajadores (incluso de quienes cobran millones-millones por patear en calzón corto), pero que no nos inyecten en vena como heroicidad patriótica de sangre/raza hispana los éxitos de un grupo más heterogéneo-multinacional y mercenario que la legión francesa. No, no digo que el fútbol sea una excepción. Es la globalización, porque, sólo por citar, el banco Santander apenas si tiene el 14% de su negocio en el Estado, como les sucede a otras muchas entidades financieras; o como hacen las compañías eléctricas, las constructoras que trabajan en cualquier país o los pesqueros que navegan por el mundo bajo pabellón español… todos con trabajadores multinacionales; cierto, pero estas compañías no nos endosan como éxito patrio generalizado lo que son sus beneficios privados; incluso repercuten aquí parte de sus beneficios, pero sin olvidar que las ganancias son suyas y sólo suyas, no de todos/as. He ahí la diferencia clave con los equipos profesionales de fútbol y sus éxitos que nos empaquetan y venden como logro patriótico, cuando en realidad son triunfos con ganancias para una empresa privada... aunque algunos políticos hagan como que no saben y aporten a estas empresas deportivas profesionales privadas los medios públicos de ayuda económico-financiera que no prestan en ningún caso a otras empresas; claro que éstas no reparten tanto opio y circo al pueblo como el fútbol. No es mala manera de enmascarar los problemas reales propios (paro, hipotecas, pensiones, re-copagos, leyes antisociales…) con la gloria de los presuntos éxitos futboleros patrios.

Cicatrices abiertas del genocidio ruandés

Aunque en abril abunden los “días D”, ninguno es contra los genocidios, tal vez por ser humanamente evidente la posición en contra o quizá porque el genocidio que comenzó en Ruanda el 6 abril 1994 no despierte interés suficiente, pues de hecho no se habló entonces de “genocidio ruandés” sino de hechos genocidas. Sutil matiz gramatical para no intervenir a tiempo de evitarlo.

Visité el país de las mil colinas, eufemísticamente “la Suiza africana”, justo entre el precario acuerdo de 1993 en Arusha y abril-1994. Frente a la riqueza en recursos de todo tipo en países del entorno como la República Centroafricana o el Zaire, en Ruanda sólo vi una tierra fértil pero esquilmada por explotación excesiva y un país superpoblado (ocho millones en un territorio poquito más que Badajoz), que no pasaba hambre pero que producía lo justo para el sustento. Aunque durante mi estancia no hubo enfrentamientos, en los mercadillos exponían y vendían sin pudor ni rubor armas de todo tipo, pistolas, fusiles, granadas… y los que serían tristemente famosos machetes del genocidio: entre febrero-1993 y abril-1994, de 150 millones de dólares recibidos en ayuda internacional se emplearon 5 millones en su adquisición, de modo que un tercio de ruandeses consiguieron un machete nuevo en este período…

Hoy tenemos guerra activa en 22 países, pero la de Ruanda fue un hito bélico-humano especial; porque en cien días mataron a machetazos (pagaban por un tiro para evitar ser descuartizados) al 11% de los ruandeses, un millón de personas, especialmente tutsi, eliminados al 80%, y se exiliaron 2,5millones; en segundo lugar, porque como pude observar y después comprobar, fue una eliminación planificada desde integristas del gobierno hutu con la colaboración de miembros de confesiones religiosas; y en tercer lugar, por la indiferencia de la opinión pública y la total inhibición internacional de los países poderosos. No olvido a los misioneros Segundo, Uzkudun, Esnaola, Amunarriz, a la cónsul  Josune Belaustegigoitia o a la enfermera albaceteña Dina Martinez, porque ellos vieron la vesania y el sufrimiento humanos en su manifestación extrema; como decía su compañero Cruz Juaristi: en Ruanda no hay recursos estratégicos a proteger, sólo personas, y salvarlas no fue prioritario para estos países. Indiferencia humana.

Cambio climático, falta de agua potable, inundaciones, reducción de biodiversidad, contaminación…  son catástrofes anunciadas, a no ser que la capacidad tecnológica lo remedie, dicen; pero en realidad la solución a estos desastres o a genocidios como el ruandés no es técnica sino humana, con renuncia explícita a nuestra ambición e indiferencia. Difícil empeño.

Kromosoma sintético

El invierno ha sido benigno, acompañado de lluvias copiosas pero muy concentradas y ciclogénesis explosivas, nada novedoso excepto en su intensidad puntual y repetición inusitadas. Podríamos tomarlo por cambios cíclicos del tiempo, pero es un muy repetitivo y constante a largo plazo: la temperatura media de la Tierra sigue subiendo, con altibajos pero subiendo.

Todos los expertos aceptan el cambio climático como hecho constatable acelerado por la actividad humana. Hoy divulgarán el informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) confirmando que los impactos del calentamiento global ya son visibles en todos los continentes y océanos, con un panorama nada halagüeño si no se toman medidas correctoras, porque hoy sabemos inequívocamente que la mayor responsable de esta situación es la actividad humana.

Día sin humos, día sin coche, día del árbol … como otros días recuerdo por Gaia, el sábado en “la hora sin luz” muchos/as a las 20 horas apagamos la luz en solidaridad con Gaia-Tierra, nuestro hogar común.  Mera anécdota, puro símbolo, algo testimonial si lo hace una persona, pero no si lo hiciéramos miles, millones prescindiendo de esa luz que produce la contaminación lumínica que sufrimos.

Las calamidades que anuncian los expertos son apocalípticas: si subiera un grado la temperatura, disminuirá un 20% la cantidad de agua, los cambios pluviométricos inducidos alterarán los sistemas hidrológicos y afectarán a la disponibilidad de agua y a su calidad, millones de personas sufrirán inundaciones costeras, se reducirán los bosques y la biodiversidad; si subiera dos grados, los arrecifes de corales y el Ártico estarían en lista de extinción. Además, se reducirá la seguridad alimentaria, aumentará la pobreza, las desigualdades pobres/ricos se ampliarán, la economía mermará entre un 0,2-2 % y aumentarán las enfermedades y los problemas sanitarios.

El Langone Medical Center (Nueva York)ha publicado un gran avance biotecnológico, la síntesis  exnovo de un cromosoma funcional completo de levadura, un organismo eucariota complejo como el de animales o plantas. No es crear vida artificial, pero sí algo parecido a inventar un software e introducirlo en el ordenador.  Mejor pan, cerveza y combustibles pueden ser sus aplicaciones. El siguiente paso será sintetizar todo el genoma y se estará más cerca de crear la vida artificial, con sus dilemas éticos pero también con ventajas en terapia génica.

Si estos avances biotecnológicos impensables hace 15 años son viables, acaso podría imponerse también está rapidez tecnológica para atajar el cambio climático.

A no ser que no falle la capacidad tecnológica, sino que sobre codicia humana.

El hombre no ha entrado en casa…

Aunque la mujer sí haya salido de ella.

Setecientas mujeres asesinadas por sus exparejas en los últimos diez años son un muestrario horroroso de la violencia de género, pero no es éste el problema vital ni la situación habitual de la inmensa mayoría de las mujeres. Mayoría social que sí vivimos/sufrimos otro tipo, no de violencia, pero sí de agresión continuada de baja intensidad que es lo que denominamos desigualdad.

 Desigualdad en los estudios, son más ellas con mejores resultados, pero al saltar al campo laboral ocupan menos puestos de relieve; es el techo de cristal. Desigualdad en los sueldos, a igual trabajo inferior retribución. Desigualdad son los despidos encubiertos por estar casada o embarazada. Desigualdad es la significativa mayor tasa de desempleo entre mujeres.

Por esto, recordar el 8 de marzo a la mujer es como el Día de las Enfermedades Raras: “celebrarlo un día” y olvidarlo los 364 restantes. Pero las mujeres no son enfermedades raras, sino la mitad de la población, y el quid de que el 8 de marzo desaparezca del calendario de fechas D tal vez esté en la otra mitad, al menos tanto como en nuestra mitad femenina. Porque las mujeres, las jóvenes prácticamente todas, han dado el paso de lo privado a lo público, de casa al ágora. Estudian, trabajan, Universidad, empresa, comercio… en todas las actividades. Pero si la mujer ha salido a lo público, no por eso ha dejado de seguir estando en casa: atención en el hogar, hijos/as, cuidado de mayores; es la conocidísima doble (y hasta triple) jornada laboral de la mujer. Aquí entra la mitad imprescindible para la igualdad: la corresponsabilidad del hombre, su coparticipación, no como mero ayudante, sino como titular a pleno derecho de su mitad de responsabilidad. Sin esta conciliación laboral-familiar la igualdad de la mujer será un desiderátum inalcanzable.

En mayo votaremos en Europa porque somos europeos/as; podríamos copiar en algo a nuestros conciudadanos/as del Norte, por ejemplo en los horarios. Tenemos series televisivas hasta altas horas de la madrugada, partidos de fútbol a las once de la noche… que inciden en los horarios especialmente de los niños/as; tenemos dos o más horas para comer, en lugar de hacer jornada continua; no se facilita el horario laboral complementario de la pareja, por citar ejemplos.

Claro que no solo es cuestión de leyes, pero el día que el 50% de la pareja-masculina entre en casa la igualdad de oportunidad de la mujer será un hecho casi consumado.

El céntimo extraviado

Lo llamaron céntimo sanitario, pero ni era impuesto progresivo-proporcional ni se empleó en la sanidad. Su finalidad era meramente recaudatoria, una mordida o donativo mafioso más que a una carga fiscal.

Esta semana Correos británico introdujo un nuevo sello de Alan Turing como británico distinguido. Turing fue el informático/matemático que descifró el código de la Enigma nazi durante la Guerra Mundial. Pero no será héroe nacional, porque desde 1952 sigue siendo legalmente un delincuente por homosexual.

A Galileo(RIP1642) tardaron 359años en levantarle el anatema, pero poco beneficio y pudo obtener en vida de su genialidad astronáutica.

Entre 2002/2012 catorce comunidades cobraron un céntimo por litro de gasolina. Su finalidad fue exclusivamente recaudatoria, más astilla o mordida que impuesto reglado, tan ilegítimo como legal; legal porque parlamentos lo votaron al diktat del pensamiento neocom “más muchos pocos, que pocos muchos”, consiguiendo de paso que sus amigos “Bárcenas et al” no tuvieran que pagar tantos impuestos o incluso ninguno. Sabían que su implantación era ilegal, pero hicieron oídos sordos.

Ante la demanda de un empresario catalán del transporte, ahora el Tribunal Superior de Justicia de la UE sentencia que es ilegal porque vulneró las leyes comunitarias y debe ser devuelto a los ciudadanos. He aquí el nudo gordiano. Porque esta alegría pública difícilmente podrá transformarse en gozo privado. En Euskadi no se cobró, pero lo hemos pagado al viajar fuera, por lo que podemos entender todavía mejor a quien lo aportaron diariamente durante 10 años. Pero de estos diez años sólo podrá reclamarse facturas de marzo-2010 a diciembre-2012. Además, sentencia en mano, la devolución se hará si hay factura. ¿Quién de ustedes no las guarda? ¡je,je! ¿Y quién no archiva las facturas de gasolina durante 10 años? ¿Quizá alguna gran empresa de transporte? Tal vez. ¿Y a quién reclamar: al ayuntamiento, a diputación, a la comunidad autónoma, a la hacienda central…? Nadie lo sabe. Otro vericueto legal. Así que de los 13mil millones recaudados podrán reclamarse unos seis mil, ¿el resto? Al limbo mariano.

Sería buen bálsamo democrático que pagaran quienes lo votaron a sabiendas de su ilegalidad. ¡Écheles un galgo a esas liebres parlamentarias! Podrían destinar lo recaudado ilícitamente a su presunto fin: sanidad pública. Lo dudo/dudamos.
La sentencia será una alegría pública que suena a brindis al sol. “Recuerden” la alegría de Galileo el 31diciembre1992 cuando Juan Pablo II le indultó por su teoría heliocéntrica.
Pues eso, que mirar al sol de la Justicia retardada escuece en los ojos y sangra al bolsillo.