El país con mejor calidad de vida

Rebuscando entre tanto dato negativo (paro, recesión, deuda, eres, PIB escuálido, oronda primaderiesgo, re-copagos…) encontramos al fin uno positivo: según una encuesta del grupo financiero Lloyds TSB International realizada a miles de ciudadanos británicos, los súbditos de su graciosa majestad opinan que el Estado español “es el mejor país en calidad de vida”.  Sobre todo si se busca sol y jarana con el bolsillo caliente repleto de libras, apostillo. Tal vez sea porque la calidad de vida esté exenta de IVA o así nos lo parezca. Porque al indígena de este país después de bajarle el sueldo o directamente mandarle al ERE, le han regalado un primero de setiembre, sábado de Gólgota/gloria en año mariano, donde comienza una vida mucho más cara que el viernes, pagando más por lo mismo: ya disfruta de gasolina-transporte, libros-matrículas, espectáculos, trabajos profesionales, gimnasio, luz, agua… más gravosos bajo el yugo impositivo directo. Yugo que aquí se asume como tabla de flotación presupuestaria, aunque en Portugal ya sepan que subir el IVA no sólo no incrementó sino que redujo la recaudación, tanto por el repliegue del consumidor/a como por el ascenso generalizado del mercado negro/contabilidadB. Es habitual que parte de la factura del pintor, del abogado o del fontanero te la ofrezcan sin IVA, pero todo puede superarse y así este verano pagaban en negro miles de euros por una obra de reparación de vivienda abonando al ayuntamiento 20 eurillos por la licencia pertinente; del mismo modo que miles de personas que reciben ayudas oficiales (para maquinaria, impor-export, PAC-ayudas a la agricultura, por ejemplo) cobran/pagan sin factura ni impuesto por sus transacciones de compraventa… Y esto es sólo la puntita del inmenso iceberg (23% del PIB) que al parecer “funciona” habitualmente en la piel de toro. Es buena explicación al porqué con 5,5 millones de parados no estalla una revolución con Gordillo “el Zorro-Tempranillo”. Está claro que todos, incluidos estos BsumergidosB utilizan/reclaman sanidad-escuela públicas gratuitas, carreteras y autovías gratis, quieren policía y bomberos públicos, y demandan jardines, piscinas, polideportivos municipales… por lo que la subida del IVA queda como yugo sólo para quien se deje atrapar, no sepa evitarlo o sea ciudadano/a honrado, que no sabría si queda alguno con ganas de serlo. No es de extrañar que los británicos piensen “es el mejor país en calidad de vida”, más aun cuando vengan y aprendan como se escamotea el IVA al modo del Lazarillo las uvas al ciego.  

Rescate global

Entre las escasas rendijas informativas que dejan la inmisericorde crisis económica y el omnipresente fútbol, se ha colado una noticia que si no fuera porque la vemos de lejos y casi como ajena, nos llenaría de zozobra: en tan solo ocho meses la humanidad ha consumido todos los recursos previstos para este año, alimentos, agua potable, minerales… Ya en abril el Estado había agotado su cuota de CO2 anual completa. Mientras la crisis con su subida de impuestos (¡bienvenido mister IVA!), recorte de salarios (re)copago sanitario, jubilación retrasada, denegación de crédito, cierre de empresas, parados… es algo evidente, inmediato y tangible, la crisis innegable por agotamiento de los recursos de Gaia/Tierra es algo más etéreo, lejano y para bastantes ciudadanos hasta incierto. Mientras el recorte en el sueldo, el despido, el desahucio por hipoteca impagada o el IVA-21% son certezas cercanas cotidianas con las que chocamos de bruces, tras escuchar que en agosto hemos dilapidado los recursos del año, más de uno habrá mirado de reojo a las estanterías del súper o a los escaparates de los comercios y al comprobarlos llenos como siempre, habrá respirado tranquilo y arrojado a la papelera del olvido la “incierta” alarmante noticia de la sobreexplotación de la Tierra. “¿Agotados? Paparruchadas ecologistas”, pensará. También cuando corría el crédito fácil-barato y estábamos cerca del paraíso consumista gastando más de lo que teníamos, a quien auguraba estrecheces futuras le tildaban de cenizo agorero. Pero como los cargos de la tarjeta de crédito siempre llegan a final del mes, la hora de devolver lo prestado nos ha pillado con los pantalones bajados. Producimos más CO2 del que la tierra puede reciclar, matamos al Mediterráneo arrasando sus poseidoneas, quemamos bosques (Valencia, la Gomera, León, Ávila… 150.000 hectáreas en un año) reduciendo nuestra disponibilidad de agua, suelo fértil y oxígeno; no reducimos nuestro consumo, reciclamos poco y reutilizamos menos. No es cuestión de vaticinar el fin del mundo para el 21 de diciembre, pero si de la crisis económica es posible salir llorando de rodillas a Merkel, implorando a Obama o vendiendo nuestro patrimonio a los chinos por un plato de lentejas, nadie sabe a quién podríamos pedir más crédito si la tierra se agota: ¿Acaso a Marte? Pero claro, esta reflexión a tan “largo plazo”, qué le puede interesar a quien ha perdido su empleo, o está desahuciado por impago de hipoteca. Lo inmediato impide afrontar lo necesario. Lo que sucede es que este asunto la deuda ecológica puede ser impagable y su rescate imposible.

Crisis de jóvenes olvidados

Conocido como el viejo continente caminamos a grandes zancadas hacia un «continente de viejo». Más veloces aún en el Estado. Algunos se sorprenden de que estén anunciados unos Juegos Olímpicos pasados por agua. Lógico, es Londres y hace ya ocho años que se anunciaron en la capital británica, por si alguien no se había enterado.

Metidos de lleno en el ojo del huracán de la crisis económica que pagaremos los ciudadanos de a pie que no la generamos, puede que las urgencias nos estén desviando de la búsqueda de soluciones a nuestras necesidades. Necesidades básicas que no llegarán como olas imprevistas de galerna veraniega, si no de previsible mar de fondo tipo tsunami: por una parte envejecemos a marchas forzadas y como complemento del desastre la generación de jóvenes menores de 30 años no entra en la cadena social familiar-reproductiva-laboral-económica.

En una sociedad basada en la solidaridad intergeneracional esta crisis bifocal es crucial, el año 2040, si no antes, puede que la mitad de la población sea pensionista. Difícil equilibrio el de una pirámide que se invierte. Pero la puntilla la pone el análisis del otro polo: los jóvenes. La semana pasada la fundación La Caixa ha publicado un estudio sobre la juventud española con resultados demoledores además de inquietantes: los jóvenes del Estado son los que más tarde se emancipan, a los 29 frente a los 23 años de sus homólogos europeos, y la edad media de maternidad está en 31 años con paulatino retraso.

 Carecen de expectativas laborales, empresariales y en consecuencia, de formar familia y vida propia. Es cierto, la crisis económica les machaca, la mitad de los menores de 30 años están sin trabajo, pero la ola de fondo tiene que tener otros componentes a los que tal vez los dirigentes políticos no se enfrentan o no sepan y quieran hacer cara. Por ejemplo, el espécimen de papa-mama helicóptero que aletea sobre todas las necesidades del hijo retrasando su madurez sine die. Hace unos días, tras una reunión de líderes europeos en Reims se les acercaron a pedirles autógrafos; uno de los fans le puso a la señora Merkel un talón. No coló, pero el intento fue bueno para salir inmediatamente de la crisis. Como aquí la demoledora subida del IVA, el atraco a los funcionarios, el desmentimiento de la Sanidad y la Educación pública, el desguace de la Ley de Dependencia…

 Puede que con estas draconianas medidas aplicadas al ciudadano medio, que no al rico, no perezcamos asfixiados, pero los mayores cada día son más y a los jóvenes nadie les da pista ni ayudas para entrar de pleno derecho en el engranaje social. Pero claro, Don Mariano, esto sería tarea para un estadista, no para un político cortoplacista banco-merkel dependiente.

El bosón, solo el comienzo

El  anuncio del descubrimiento del bosón de Higgs puede que haya sido la noticia positiva del mes/del año y probablemente del siglo. A mediados del siglo XIX un político le preguntó a Michael Faraday para qué diantre serviría su descubrimiento de la inducción magnética. «Es bastante probable que dentro de veinte años usted cobre impuestos por ello» contestó el científico.

 La mejor respuesta es el uso de motores eléctricos, de generadores y de la electrólisis. El conocimiento del bosón de Higgs abre una ventana nueva a la humanidad porque confirmará el Modelo Estándar del universo y permitirá unificar las cuatro fuerzas fundamentales en la naturaleza: electromagnetismo, gravedad, fuerza nuclear fuerte y débil; además, explicará por qué las cosas tienen masa y allanará el camino para entender la supersimetría en el universo.

Podemos imaginarnos a los millones de parados, o a los inmersos en un ERE o a los funcionarios repetidamente rebajadosdesueldo preguntando a los científicos del CERN lo que a Faraday; o entre cenizas a los afectados en Valencia por el terrorífico incendio escuchando estupefactos la euforia por el bosón. No será menor la cara de estupor indiferente hacia el bosón entre los miles de afectados por desahucios hipotecarios, ni la de los mineros del carbón que ven bastante tiznado de negro su futuro.

La demostración de la existencia del bosón parece poco consuelo/alegría/esperanza para quienes estamos amenazados de nuevas subidas de impuestos, más recortes en sanidad, en medicamentos y educación. Más difícil es aún imaginar interés alguno por esta supernovanoticia en los irresolubles conflictos del Sahara/Chipre/Afganistán o Palestina, entre los que hoy puede que no coman o entre los millones de refugiados en África o en las favelas/extrarradios depauperados de Mexico, Buenos Aires….

Más de uno pensará en un fin del mundo catastrófico el próximo 21 de diciembre, en lugar de en el cambio de paradigma humano pronosticado por los mayas para ese día de inicio a un universo nuevo. Podría el gobierno español empezar por no hacer culpable de la crisis a la educación ni a la ciencia, y en lugar de jugar a la corta invirtiendo en armas o inmobiliarias, apostar por futuro y esperanza invirtiendo más en ciencia e investigación.

 El Bosón es una referencia de 48 años apostando por la ciencia. Rajoy&cía debieran escuchar menos las amenazas financieras y más a Faraday: «señor, es probable que dentro de veinte años usted viva de ello».

Desfraudadores sin riesgo

Survey de Chicago con los diez trabajos más felices no figuren banqueros, políticos, cirujanos… ni futbolistas. Por el contrario, en el ranking aparecen sacerdotes, maestros u operarios de maquinaria pesada entre los más felices, aunque no estén bien remunerados, quizá porque  ‘el dinero no da la felicidad’.  

 Pero al parecer sí atrae lo suficiente como para que casi todos corramos tras él. Y entre los que más corren los futbolistas, que dicen jugar por el amor/honor de su país, pero en palabras llanas lo hacen por su propia cuenta corriente. Esto es lícito, pero que no nos vendan, ni ellos ni los medios y políticos  aduladores la milonga patriotera, que ya no cuela.

En primer lugar, porque los clubs de fútbol profesional españoles, aun adeudando a la seguridad social 10,5millones euros y 752 millones a la Hacienda pública, son tratados con elegante guante de seda y no como vulgares morosos/defraudadores como son casi todos ellos: delincuentes fiscales con nombre propio.

Ahora que están en competición europea, ha saltado otro golpe de gracia para las arcas públicas españolas. Aunque nos los vendan como el orgullo encalzonado de los pobres PIGs, la verdad es que los recios defensores del honor futbolero patrio recibirán 300.000€/cápita si ganan. Aunque la prima de riesgo nos asfixie, el déficit nos aplaste y el paro esté dejando en la indigencia a millones de ciudadanos, aparte la ética, hasta aquí legalmente casi correcto. 

El asunto se enturbian bastante porque estos señores peloteros lo declaran en Polonia, donde tributarán la mitad en lugar del 52% legal en “su país: ESPAÑA”. No es jugar a la información tendenciosa, porque en 2008 cobraron 214000 euros y tributaron en Austria al 20% en lugar del 43% correspondiente a patriotas no futbolistas; o en Sudáfrica, donde por la prima tributaron un afrikáner 21%.

Puestos a patriotas, podrían abonar los 20000 euros de la  multa a la Federación Española de Futbol por los cantos racistas de sus seguidores. Es duro de aceptar que se seguirán gastando el dinero que no tienen en fichajes de lujo, en la esperanza cierta de que el “pobre estado depauperado” acudirá al rescate de los pobres millonarios necesitados.

Tal como son tratados en este país el fútbol, los clubes y “futbolistas profesionales”, sorprende que no sea la profesión más feliz del mundo, porque les pagan/aplauden si ganan y aunque pierdan, siempre cobran.