Unos Testigos de Jehová llegan a un pueblo perdido…

 

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«Unos Testigos de Jehová llegan  a un pueblo perdido de Murcia y llaman a una casa. Se abre la puerta y aparece un viejecito de ojos casi transparentes. Los Testigos le hablan de sus creencias  e intentan pasarle unos folletos. El viejecito los rechaza con educación y les dice: <<Pero vamos a ver. Si yo tengo la religión verdadera y no creo en ella …¿Cómo voy a creer en esa que no es la verdadera?>>».

Esto es  lo que les ha comentado hoy Mikel a sus estudiantes tras mantener un debate sobre la evaluación o no de la asignatura de religión en las escuelas. La anécdota, por lo visto, fue recogida por Agustín García Calvo, lo cual que no la hace muy verosímil.

Pero, en fin, quería el amigo Mikel  tratar de la funcionalidad de la religión en general. No ya de la más próxima y tradicional ( el catolicismo), o incluso de las ahora en alza como consecuencia de la inmigración ( el evangelismo o el islam); sino , y sobre todo, de las religiones civiles. Esas religiones que operan con recursos formales similares y que han sustituido o cooptado al Dios semita por la Nación  o la clase obrera, o, incluso, más en nuestros días, por el Club de Fútbol ,y allí donde había misas hay hoy mítines y estadios, y donde había procesiones, manifestaciones.

Pero sus estudiantes no han entendido la anécdota – lo cierto es que hay que detenerse y darle un par de vueltas – y todo ha quedado en agua de borrajas.

Aún así lo ha intentado utilizando como último recurso un dicho atribuido a Javi Clemente, entrenador ad honorem del equipo local: » Yo soy de la Virgen de Begoña, del PNV, y del Athlétic «. Pero ni por esas. Tan sólo una alumna que en su día defendió la escuela nacional vasca en un debate , ha cabeceado como si hubiera comprendido algo.

«Así que  creyentes somos todos y todas» -ha concluido Mikel- » porque como retrógradamente decía Émile Durkheim la religión es la forma elemental de la socialidad».Pero la única respuesta que ha obtenido – de la colega concienciada- ha sido: «¿Cómo se escribe el nombre de ese señor?»

 

Yes, we can…We can´t do it!

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Esta mañana , durante nuestra desayuno de los martes en el Iruña, Mikel y Patxi se han enzarzado  a fondo a propósito de las elecciones norteamericanas. Mikel  es un firme defensor de Hillary Clinton, mientras que a Patxi,  decidir entre demócratas y republicanos, le parece, según ha dicho, como «optar entre la tuberculosis y la gonorrea».

Esta última frase ha desatado la ira de Mikel y ha reverdecido una eterna disputa que luego se ha prolongado en el contexto europeo, español, vasco y hasta municipal. Marta ha llegado cuando todos los argumentos se habían agotado y mis dos amigos terminaban sus tostadas con tomate sin mirarse y entre leves gruñidos.

«I saw the best minds of my generation destroyed by madness, starving ,hysterical, naked…» ha comenzado a recitar Marta que es de la margen izquierda y profesora de filosofía y partidaria de la poesía concreta. Mikel y Patxi se han mirado y han sonreído. Ninguno ha podido resistirse a la voz de Allen Ginsberg que forma parte del disco duro de sus recuerdos.

«Siempre serás un anarco, Patxi» » Y tú, un socialdemócrata de medio pelo. La Clinton lo único que tiene de diferente es que es una mujer como Obama que es un negro. Por lo demás ambos son, como Trump a otro nivel, representantes de la casta. A Hillary no le pareció mal la invasión de  Irak ni la burbuja inmobiliaria…». «¡Anarquista! ¡Anarquista!» ha dicho Mikel apuntándole con el dedo índice. «Sí, anarquista. Yo no tengo confianza en ningún Estado…» «Anarquista y de derechas…»

Marta me ha mirado de reojo. » No sé si estos, con la edad que tienen deberían tomar tanto café» me ha dicho por lo bajini. Y yo he asentido. Pero claro, si ya tomamos cerveza sin alcohol,  leche desnatada, alubias sin  sacramentos , y chocolate con stevia…¿Cómo vamos a poder gritar lo del «Yes, we can»? A lo peor tendríamos que susurrar un «We can´t do it!»…

 

Sesión de tarde

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La lluvia arrecia tras los cristales y en casa hace un poco de frío- todavía no han puesto la calefacción. Me tapo con una manta y esquinado en el sofá con las piernas recogidas, enciendo el televisor. Voy a ver «Marnie, la ladrona»de Alfred  Hitchcock ,una de esas películas clásicas que tanto me gustan y que  tengo grabada -ahora ya hay canales para todo- desde hace un par de semanas.

Al cabo de un rato compruebo que me he quedado dormido porque me despierto y Sean Conery  y Tippi Hedren  se están besando. Mientras intento reconstuir  lo que ha ocurrido , comienzo a recordar los largos fines de semana de mi infancia.

Los sábados giraban en torno a la «sesión de tarde» de TVE que esperábamos con fervor y que alternativamente emitía   «una de romanos»  y «una de vaqueros». El final de la sesión de tarde suponía haber avanzado , y mucho, hacia el final del día y poder conjurar así el tedio que, según Dos Passos, es  hasta más frecuente en las guerras que las batallas. Luego, si había suerte , venía una chocolatada con los hermanos y los primos.

El domingo era día de misa y vermouth. La tía-abuela Teresa siempre nos preguntaba cuál había sido el evangelio que se había leído y si le respondías bien- para lo cual tomábamos  buena nota mental en el banco de la iglesia- tenías derecho  a un frito de jamón y queso que ella pagaba a parte por su cuenta. Normalmente  había luego comida familiar en la que el pollo era el plato estrella y después la única alternativa era el partido de fútbol, en directo  en el viejo estadio de San Juan o retransmitido por Radio Requeté. A última hora salía la «Goleada» con un resumen de la jornada que había que aprenderse para tener algo de lo que hablar en el patio del colegio al día siguiente.

Ramón Eder, viejo colega de tertulias varias y magnífico escritor de aforismos dice que  » el carácter se forma los domingos por la tarde» y creo que tiene mucha razón. Otra amiga mía, nada conocida, pero de frases siempre contundentes, solía decir que «los domingos sólo se pueden hacer dos cosas y a mí no me gusta jugar a las cartas»…

En fin, voy a  ver cómo termina la peli, aunque , no sé, igual me quedo dormido otra vez.

 

 

California dreaming

 

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Todos los viernes al mediodía suelo dar un paseo por el Casco Viejo en compañía de Mikel. Por lo general recorremos las calles en el mismo orden y apenas si hablamos pues vamos recordando anécdotas ( sobre todo nocturnas) que nos hemos contado ya muchas veces.

Hoy, sin embargo, Mikel ha roto su silencio cuando entrábamos en la calle Ronda:

– ¿Por qué has puesto ese link de California Dreaming  (*)en Facebook?

– Porque es el cumpleaños de Mike, un viejo amigo de Chicago al que la canción le trae buenos recuerdos…

-Ya decía yo, porque esa canción es del 65 y tú tenías diez años…

-Bueno, supongo que cada uno y cada una se queda con las canciones de algún momento de su vida. Yo, por ejemplo me quedé en los setenta que fue la época de mi adolescencia. y, por cierto, siempre he pensado que , contra lo que se suele decir, es la adolescencia y no la infancia nuestra verdadera patria…

-¿Y eso?

-Bueno,  la infancia es muy pasiva, tan sólo se recibe, pero los teen es una edad muy dura, en perpetuo conflicto y dolor , como muy bien indica la etimología.

– Pero no sé , podrías haber puesto un  link de la versión de Diana Krall (**), un poco más actualizada…

– ¡Qué va! ¡Mike me hubiera matado! A él le gusta esa primera versión, porque es  sencilla, pura, porque evoca sin gran aparato  ese paraíso terrenal que ha sido y es California, playas, sol y palmeras…

– Demasiado para mí. Ya probé con Lanzarote y, al cabo de un par de meses , me dí cuenta de que necesitaba oscuridad y musgo.

– Es que somos del norte y se nota. Aunque lo digamos en voz baja, nuestro paraíso está quizás  dentro de esa «rebequita» que siempre nos querían poner nuestras madres  en las noches  frescas del verano…

Y hemos seguido paseando, con la promesa implícita de volver a hacerlo el viernes que viene.

(*)https://www.youtube.com/watch?v=3PVfk_LWtHg

(**)https://www.youtube.com/watch?v=0U8XWyHaGkI

 

 

 

 

Copla en prosa a la muerte de José Batlló ( o variaciones sobre la resistencia)

 

10h14 Gracia051 José Batlló

Acabo de colgar el teléfono. Me ha llamado Patxi para anunciarme la muerte de José Batlló. Y ahora estoy recordando la fruición con que esperábamos, allá por los setenta, la aparición del último número de Camp de l´Arpa . Batlló estaba detrás de aquella revista de creación y crítica literaria, como también detrás  de la colección de poesía El Bardo, en la que  se fueron publicando las obras de los poetas exilados así como las de las nuevas hornadas de la gauche divine ( y caprine).

Por entonces acudíamos a determinadas librerías, como Herriak en Bilbao ( o Andrómeda, o luego, El Parnasillo, en Pamplona) que eran pequeñas reboticas en las que se  comenzaba hablando de literatura y , después , de «todo lo demás». Tal y como ocurría en los cine-clubs, destacando el de la Escuela de Ingenieros  y el de la Universidad de Deusto, universidad , por cierto, a la que no se atrevía nunca a entrar la policía armada que venía zumbando desde Sarriko: Se dice que una vez un teniente intentó hacerlo, pero que le salió el por entonces  director de la Comercial, padre Bernaola, y le espetó con los brazos en jarras: » Aquí no entra ni dios»( por lo que , según también dicen, fue  levemente amonestado dada la trascendencia semántica de sus palabras.

Sí, librerías, cine-clubs…galerías de arte ( un recuerdo para la vieja Windsor de la calle Marqués del Puerto) y hasta incluso lugares como el Colegio de Arquitectos o el Instituto Vascongado de Cultura Hipsánica en el que Roberto Negro estuvo representando lo último de la vanguardia teatral europea.

Acudíamos a estos lugares como resistentes, no como resistencialistas o  como resilientes que se dice ahora. Resistentes ante  la «narrativa» tardo-franquista que intentaba legitimar un régimen que con toda claridad estaba dando sus últimos estertores. Por supuesto también había oposición clandestina, compatible o no, y variada: desde el PCE hasta los trotskistas de LC , pasando por pro-chinos o todas las variantes de ETA…Casi nada , por cierto del PSOE.

Y ahora…Quizá la situación del «régimen» es tan confusa que no da tiempo a  resistirse a la patraña ideológica que puede haber detrás. Y además, ¿cómo? La televisión , las tablets y los smartfones lo han horizontalizado todo. Pero no sé…Los últimos telediarios están repletos de noticias sobre asesinatos, violaciones y secuestros –  dignos de El Caso, otra revista de la época- y parece que se  está  pidiendo, sibilinamente, mano dura y un gobierno fuerte.

Entre tanto, por ahí se ha ido José Batlló… y con él parte de la resistencia.

 

Una noche de txistorra y crisantemos

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La noche del 31 de octubre al 1 de noviembre mi padre no dormía. Nada más cenar,  bajaba al barrio de la Rochapea donde estaba el negocio familiar  (SEMILLAS HUICI, Flores y Plantas, Pratenses y Forestales) y comenzaba a hacer centros y coronas que debían estar preparados para venderse  a partir de las nueve de la mañana del día siguiente. Le gustaba mucho hacerlo y era, además, un perfeccionista- algo que, creo, he heredado . Miraba y remiraba cada obra y hasta que no se quedaba convencido no se dedicaba a otra.  Los  empleados (mayormente  empleadas)  preparaban las bases de diversos tamaños así como las flores. Entre las flores, la reina era el crisantemo que se había cultivado en la huerta próxima , en largos bancales de los que , luego, en primavera, se recolectarían las fresas.

El ambiente  era muy animado, y  a eso de las tres y media de la madrugada se hacía  un receso con una buena recena- magras con tomate, huevos con txistorra- y unos cuantos tragos de vino que luego se prolongaba en café, una copita de patxarán  y algún que otro puro: siempre recordaré a una de las empleadas, una señora gruesa y colorada, apurando su faria mientras recogía en un cesto los restos de las flores desechadas.

Al amanecer todo había terminado. Centros y coronas se subían a la tienda de Pamplona en una camioneta y yo acompañaba a mi padre – desde los quince años me fue permitido acudir a este, para mí, pequeño akelarre- que antes de dirigirse a casa pasaba por el obrador de la pastelería de su amigo Unzué donde intercambiaba un espléndido centro por un  buen paquete de «huesos de santo». Luego nos íbamos a la Plaza del Castillo, a desayunar un chocolate con churros en el Iruña.Sabíamos que no podríamos dormir mucho porque a las doce comenzaría la inevitable,  larga y pausada visita al cementerio.

«Tú al norte y yo al sur» o los nuevos «Coros y Danzas» de la Sección Femenina

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He estado viendo por casualidad unos minutos del programa de ETB Tú al norte y yo al sur. Y he comprobado que las previsiones de mi amigo Patxi al calor de la celebérrima Ocho apellidos vascos, se han cumplido una vez más. Como en su momento esta crónica fue censurada por bienpensantes de ambos lados no me puedo resistir a volver a publicarla. Decía así:

“Ocho apellidos vascos o por el Imperio hacia Dios”

He ido con Patxi a ver 8AV -LA PELICULA. La verdad es que me he dormido en varias ocasiones, pero Morfeo no me ha impedido notar los espasmos de jolgorio de la sala y los leves saltitos en el asiento de mi compañero de fila.

A la salida, siguiendo una antigua y periclitada costumbre, nos hemos acercado hasta la barra de un bar para comentar LA PELICULA.  Patxi estaba rojo rojísimo, y sus ojos casi se le salían de las órbitas. Se ha metido un lingotazo de ginebra y ha comenzado a mascullar una serie de palabras durante  varios minutos. Poco a poco he podido reconstruir lo que decía, que era algo así como “zafiedad  carpetovetónica”, “engendro sin guión”, y también “humor torpe y grueso”.

A la vista de estas rotundas afirmaciones, no era cuestión de hacer la típica pregunta políticamente correcta de “O sea, ¿qué no te ha gustado?” porque Patxi –continuémoslo llamándole así- es un director de cine con unos cuantos largos a sus espaldas, eso sí de escaso, por decir algo, éxito comercial.

La ginebra ha ido haciendo su efecto y Patxi se ha ido tranquilizando: “Y al parecer, ahora quieren hacer una segunda parte. Hay dos alternativas. Una  siguiendo la línea dramática, tirando de la historia de amor y sexo de la viuda del guardia civil y el arrantzale irredento (¡apasionante!), y la otra, la que  tocaba, pasando de la variante Euskadi-Andalucía a la de Cataluña- Extremadura…”

Yo no he podido sino reírme por lo bajini. Sí,  las combinaciones pueden dar para unas cuantas PELICULAS si se van alternando autonomías (llamémoslas así para evitar incordios). Sería divertido y además  recogeríamos  una de las tradiciones franquistas más coloristas, la de los Coros y Danzas de Educación y Descanso (¿sabrán  nuestros jóvenes que era eso? Pues nada, que miren en la Wikipedia); aquellas peregrinaciones por  las tierras de España mostrando los viriles bailes vascos, los rumorosos cánticos gallegos,  la alegría pertinaz de lo andaluces o  las interminables y dignísimas sardanas catalanas. Una vez más ¡la unidad de las tierras y los hombres de España! Y al cabo, ¿por qué no?, POR EL IMPERIO HACIA DIOS…

“Ves”, me dice Patxi, adivinando  mis delirios, “y además reaccionaria hasta la médula”.

Pues no sé. Lo que si sé es que, desde nuestras experiencias infantiles en el patio del colegio, ya sabemos que  dar de hostias al más pequeño y quitarle el bocata es lo más fácil. Pero… ¡A ver quien se atreve con el Matón sin tener detrás  al Primo de Zumosol!

Porque hay que tener un par (de huevos o de tetas, no seamos sexistas)  para hacer un OCHO APELLIDOS ESPAÑOLES LA PELÍCULA y que te salgan  bien las cuentas.

“Así que, Lázaro, ¡levántate y anda!”

“¿Qué has dicho?” me pregunta Patxi

“¿Yo? Nada. Me ha quedado sin palabras.”

Y ,en efecto, este «reality entre vascos y andaluces» no viene a ser sino una actualización  de los Coros y Danzas de España , una organización nacional española fundada en el año 1939, dentro de la Sección Femenina del Movimiento Nacional, que se caracterizó por ir de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad propagando todos los topicazos de los «pueblos españoles». No haberse dado cuenta de esto es , simplemente, fruto de la incultura.

No hace mucho, en el diario que tan amablemente me acoge, un periodista en una entrevista electoral preguntó a una candidata qué pensaba «sobre la anexión de Navarra a la Comunidad Autónoma del País Vasco», demostrando una incultura manifesta en lo legal y lo foral e ignorando que tal expresión ha formado siempre parte del navarrismo  español más irredento. Inmediatamente escribí el oportuno comentario, pero no me consta que haya habido ninguna rectificación y siempre me he quedado con la duda de si tal sujeto habría aprobado la ESO, porque si fuera así, yo pondría no una sino cinco reválidas…

 

Happy Halloween

Suelo recibir, semanalmente y por vía electrónica,  el Time-Out en su versión de Chicago, la ciudad norteamericana que mejor conozco y con la que mantengo un cierto vínculo profesional como «regular member» de la Society for Social Neuroscience.Como era de esperar, la información relativa a este week-end está polarizada en torno  a la celebración de Halloween.

Todo esto se lo estoy comentando a Laura que está de morros porque su hija pequeña quiere reunirse con unas amigas y sumarse disfrazadas a la fiesta de la calabaza agujereada y a mí  no me parece  mal. «La verdad , no entiendo como te puede parecer bien esa americanada…Ya nos tienen colonizados con esas despedidas de soltero tan horteras…Y ahora esto»

«Bueno,  muchos piensan que está celebración es originariamente norteamericana , pero, como casi todo en USA, es fruto de la emigración originaria. En este caso fueron los irlandeses quienes  la llevaron a mitad del siglo XIX haciendo una amalgama entre su  catolicismo  irredento y la fiesta celta del fin del verano…Y así  lo  indica la etimología: Halloween, o sea, «All Hallows’ Eve», o sea «Víspera de Todos los Santos».

«Ya», continua Laura, «pero no lo veo, no lo veo. Además tu siempre has sido tan antiamericano…». «Me confundes con Mikel, aunque , sí , es cierto que entre nuestra generación todo lo yankee era muy chungo porque se vinculaba a Vietnam o, luego a Irak…Pero allí, como aquí , y no hay más que recordar al  trío de las Azores, repantingados y echandose unos puros, hay y ha habido de todo. No nos podemos olvidar de un pensador tan fino como Radolph Waldo Emerson, o de Henry David Thoreau, defensor de la desobediencia civil,  o de aquel gran sociólogo que fue Thorstein Veblen…o no sé, de John Dos Passos…todos estos también eran norteamericanos»

Laura me mira con ojitos contritos. Hace una mueca que no sé muy bien qué quiere decir. «Por lo menos esta fiesta tiene algo de alegre en su horror programado y nos aparta de esas celebraciones adustas y tristísimas de nuestros cementerios» le digo yo para rematar la faena…

Bilbao revisited: Poza 42

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Estoy en Poza 42, esperando a Patxi. Entré en este bar  por primera vez un sábado del otoño de 1972, al poco de cumplir diecisiete años.

Acababa de llegar de Pamplona y todo era nuevo para mi. La ciudad me resultó cerrada sobre sí misma,  gris y obscura .  El smog lo rodeaba todo, las fachadas de las casas estaban ennegrecidas y en cualquier esquina se podía pisar un charco  seco de carbonilla. Pero Bilbao era  una ciudad grande y aquello me resultó apasionante.

Por eso lo primero que hice, tras dejar mi equipaje en el Colegio Mayor Deusto , fue comenzar a caminar hasta que la ciudad se me escurrió de las manos ( supongo ahora que por el barrio de  Recalde. Aquel paseo inaugural fue el comienzo de muchas iniciaciones. Me enamoré de verdad por primera vez – se llamaba Marta-, asistí a la primera manifestación  ( un «salto» frente al Corte Inglés),  estudié por primera vez algo que llamaban «euskera batua»
,vi uno de los primeros amaneceres sin dormir ( con una  larga visita al Whisky Viejo), un jesuita me habló por primera vez del marxismo y comencé a leer con fervor a Ferdinand de Saussure. Y un día de partido me llevaron a la calle Poza –Pozas para los colegas- , justamente a este bar, y me enseñaron que el  Athletic , como el Barça , era algo más que un club.

Todavía vivíamos en el hervor del tardo-franquismo y pensábamos que «el mundo iba a cambiar de base». Un amigo  me pasó un libro de Walt Whitman  , en fotocopias porque estaba prohibido por la censura. Era «Hojas de hierba», y me deslumbró. Pero estoy seguro de que entonces no comprendí, no pude comprender, estos versos de los que sin embargo me acuerdo como si los estuviera releyendo ahora mismo:

«Veo hacia atrás los días en los que sudaba en la niebla

con lingüistas y polemistas,

no me burlo ni discuto…Observo y espero»

Esta historia, lo sé,  no es nada diferente a la de muchos y muchas de mi generación y sin embargo es original porque habla de los orígenes de muchas cosas que luego resultaron ser muy importantes. ¿ Y la tuya, querido lector, querida lectora?¿Cuál es la tuya? ¿Tuviste también una ciudad nueva? ¿Tuviste un Poza 42?

 

Efectivamente…Soy un antiguo…En ocasiones…¡Leo libros en papel!

 

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Aprovechando la calma de  esta mañana otoñal, estoy revisando papeles viejos, de esos que se me acumulan en carpetas un tanto polvorientas. Laura me  dice que soy un antiguo porque podría tener  casi todo en archivos electrónicos  bien ordenados y que los podría llevar de aquí para allá en uno de esos pinganillos de colores o  incluso «subirlos a la nube» ( esto ya tiene para mí connotaciones de ciencia-ficción).

Por otro lado, mi señora esposa me ha prevenido en varias ocasiones  contra mi tendencia acumulativa y casi me ha prohibido hacerme con más libros y papeles viejos pues piensa que estamos cerca del cataclismo doméstico. A lo mejor tengo que pensar en hacerme con un sótano al modo de Castilla del Pino o con un ático reforzado pseudo-parisino, o simplemente convencer a mi suegro  para que me deje una de esas lonjas que , por ahora, tiene  desocupadas.

Y, como efectivamente soy un antiguo,  y , aunque lo he intentado, » no-me-hallo cabe-mi» ( que diría Heidegger) leyendo un  e-book ,  mi único  consuelo es encontrar de vez en cuando alguna cita  en un papel amarillento que  de pronto revive  en mí «mi antigua-antiguedad-en-cuanto-que -tal» ( que también diría Heidegger)  , aunque bueno, tampoco es tan antigua.

La de hoy ha sido esta, y está copiada de un artículo de Jordi Soler de hace unos años: “La vida lenta. Hacer largas caminatas mientras se ensaya esa arqueología interior, conversar sin prisa y de manera arborescente, contar historias alrededor del fuego, observar con mucha atención, durante mucho tiempo, como se mueve la hoja de un árbol, o de qué forma pasa el viento sobre la hierba, porque ahí está la verdadera información, la verdadera noticia que es el misterio del mundo.”

Pues eso ( que diría Paco Umbral cuando no podía hablar de sus libros)