POLÍTICA DE IDENTIDAD

Un lector ilustrado y bien conocido ha apreciado en mi columna de ayer » un tono despreciativo sobre la política».

Puede ser, pero es que algunos sólo conocen la política de oídas e incluso se enorgullecen hoy de haberse mantenido puros y al margen mientras años atrás, por ejemplo, » el personal militaba en la ORT»

Yo creo que al lector en cuestión le ha molestado más bien lo que la política puede suponer en el contexto en que se describía – el de las elecciones catalanas- y lo que de ello se podía deducir que no es sino el habitual conflicto entre los intereses de clase y la identidad

Pues ya decía Josep Pla en su dietario Notes Disperses que uno de los rasgos que caracterizan la forma de pensar de la clase alta en una sociedad es la tendencia a la identidad, frente a la clase baja que tiene una comprensión más dialéctica o interrelacionada de los seres y de las cosas.

Sería interesante definir con exactitud las expresiones «clase alta» y «clase baja» y observar si el peso de la definición recae sobre la renta ( alta o baja), sobre la capacidad de decidir políticamente ( alta o baja) o sobre la disponibilidad de recursos simbólicos ( alta o baja), teniendo en cuenta que la posibilidad de una combinatoria triple por arriba o por abajo está en nuestros días muy alterada por los medios de comunicación y la globalización.

En cualquier caso parece que la tendencia a la identidad, a ser uno/una (s) mismo/a (s), cualesquiera que sean sus unidades básicas – individuo o grupo- indica un deseo de permanencia en la situación actual y un miedo explícito al cambio de cualquier género. Y también que un punto de vista dialéctico es un manifiesto deseo de disolución de la situación actual y una apuesta más o menos consciente por el cambio.

Algo así como que la clase alta quiere continuar siendo alta y que la clase baja quiere dejar de serlo.

No obstante parece también que los problemas habituales ( de renta, políticos y simbólicos) de una sociedad de clases se agudizan cuando una parte de la clase baja se ubica ideológicamente en las formas de pensamiento de la clase alta contribuyendo al mantenimiento de la clase alta como clase alta y ratificando inconscientemente y humillantemente su condición vicaria de clase baja.

Y me da la impresión, insisto, que era todo esto último lo que de verdad le preocupaba a mi ilustrado y ecuánime lector, porque al cabo ponía en solfa cualquier política de identidad…

CAMPAÑA ELECTORAL ENTRE LA TRAMONTANA Y EL GARBÍ

Me llegan ecos lejanos de que por  el este están en campaña electoral , entre la tramontana y el garbí. Y  había escrito unas líneas al respecto, pero esta mañana me han parecido políticamente incorrectas. Así que he decidido plagiarme a mi mismo…

«Es difícil escuchar a un político sin oír una frase en la que, más allá de numerosas esdrújulas forzadas, no aparezca la palabra ilusionante. Así, líderes de diferentes pelajes nos hablan de «proyecto ilusionante», «cambio ilusionante», «etapa (o fase) ilusionante» y otros tantos sintagmas nominales de ciertas pretensiones sonantes.

Curiosamente, este adjetivo no está recogido en el Diccionario de la Real Academia Española, pero sí ilusión, una de cuyas cuatro acepciones indica lo siguiente: «Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo».

Otra de las acepciones torna el sentido y señala que la ilusión es una «viva complacencia en una persona, una cosa o una tarea».

Otra más apunta a un registro retórico de «ironía viva y picante».

Pero la acepción principal es muy contundente, pues resuelve que la ilusión es el «concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos».

O sea, que, cuando alguien nos habla de algo ilusionante, intenta inocularnos un rayo de esperanza autocomplaciente que no tiene mucho que ver con la realidad y que supone una ironía inconsciente. Oséase, y en cristiano, que nos quiere engañar, quizá sin darse muy bien cuenta.

Este tema de la ilusión es viejo, muy viejo. Ya aparecía en la República de Platón, en el libro VII (lectura recomendada), cuando por medio del Mito de la Caverna nos anunciaba el futuro advenimiento de esa potente generadora de ilusiones que es la televisión.

También el amigo Freud, en El porvenir de una ilusión (lectura recomendada) y relacionándola con el deseo, nos decía que la ilusión es «una creencia cuando aparece engendrada por el impulso a la satisfacción de un deseo, prescindiendo de su relación con la realidad».

Entre el idealista Platón y el psicoanalista Freud, las ilusiones continúan desfilando frente a nosotros sin prisa pero sin pausa. Levantarse del sofá para apagar el televisor exige hoy más esfuerzo que romper las ataduras de la caverna de Platón y ascender penosamente hasta la salida. Y acaso es así porque las ilusiones parecen satisfacer nuestros deseos, aunque lo hagan de un modo narcisista, es decir, buscando más un deseo de satisfacción que la satisfacción de un deseo.

Incluso los más rigurosos escépticos no fruncen mucho el ceño ante las ilusiones de todos los días porque, como dijo Josep Pla, «som uns conformistes d´adhesió incompleta «(así, en catalán, para quienes lo hablan en la intimidad.»- y que viene muy al caso.

LA CONSTITUCIÓN DEL 78 Y LA TORTILLA DE PATATAS

Ayer se celebró  la fiesta de la Constitución de 1978 y hacía tanto frío que tuve que interrumpir mi paseo matutino para intentar tomar un café y una tortilla de patatas.

Lo del café no fue difícil , pero , a pesar de la espléndida oferta en tortillas, no había una simple de patatas, no sé si porque también recibe el nombre de » española».

Lo que me  ofrecieron fue  un surtido a base de tortilla  con multitud de añadidos espurios como jamón york, morcilla, queso roquefort o a saber qué crustáceo despistado. Por lo visto, la patochada de los culinary-centers y de los concursos de master-chefs ha calado… y bien (de la inminencia y significación de este avatar ya nos previno en su momento Pierre Bourdieu en La Distinción-Crítica social del gusto).

Otrosí ocurre con el té, que de tanto haberse vuelto rojo o verde, ha dejado de ser el negro de siempre. Y del vino, mejor no hablar: cualquiera que no se tome (por lo menos) un crianza entre aspavientos benevolentes y palabreo metafísico pasa por un paleto total.

Una vez cumplimentado el breve refrigerio con un mini- bocata de jamón, continué mi ruta. Y me entretuve pensando si tanta sutileza no dejaba de ser sorprendente para un país y una cultura zafia hasta antes de ayer – estoy pensando en 1978 – , cuando no directamente bruta y descamisada. Parece como si algunos desearan pasar por posmodernos  y » deconstructores » sin haber apurado  la modernidad, aplicándose a ello  bareros cool y restauradores iniciáticos (alabados sean sus a veces impronunciables nombres) dirigiendo su particular política de estímulo al consumo a base de sandeces gastronómicas.

Y de regreso a cada me quedé  con la duda de si, a la vista de todo lo que está ocurriendo,  en el mundo político no estará pasando tres cuartos de lo mismo…Cuarenta años después…

CUENTOS MORALES DE AQUÍ MISMO: VALERIE

Hoy recupero este viejo texto que se me ha caído al abrir el segundo tomo de los Ensayos de Montaigne.

«Y entonces emerges tú, Valerie,  profunda corriente abisal.

Recorremos de nuevo el paseo marítimo, esta vez sin hablarnos. No nos hemos besado cuando nos hemos encontrado, ni nos besaremos cuando nos despidamos. Caminamos juntos pero a una distancia suficiente  como para no poder tocarnos.

¿De dónde la fascinación de este encuentro? ¿Qué diálogo el nuestro sin palabras? ¿Qué amor este que no necesita de nuestros cuerpos?… ¿ O  quizás sí los necesita? Pero  los necesitaría demasiado,  hasta  volverse  un amor insoportable. Y también necesitaría las palabras, pero a lo peor  serían excesivas y excesivos después nuestros silencios.

No, no, debemos permanecer así, caminando  el uno junto al otro. Sabiendo que el otro existe, que está ahí, a un par de metros, y que nos mira de reojo de vez en cuando. Como dos hermanos que se encuentran  cada dos años. . . Ah Valerie , ah ma cousine !»

ANDRÉS ORTIZ-OSÉS Y EL «MATRIARCARLISMO» VASCO

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Esta mañana , al pasar por delante del edificio central de la Universidad de Deusto, me he acordado de Andrés Ortiz-Osés. Y sobre todo de la trifulca que tuvo con Juan Aranzádi a cuenta del libro de este último que, titulado Milenarismo Vasco, había causado tanta conmoción en la intelligentsia doméstica, como en su momento  El igualitarismo vasco: mito y realidad de Alfonso de Otazu. Pues denostaba Aranzádi el pretendido matriarcalismo vasco originario tratándolo de patraña interesada y defendíase Ortíz-Oses acentuándolo en matriarcarlismo , acaso no sin cierta razón. Eran los años ochenta y se discutía de estas » cosas» ( que diría el preciso sociólogo Carlos Moya.

A don Andrés le dieron por aquí y por allá palos diversos- entre ellos un oi-tsuki  al esternón de mi colega y amiga la catedrática Ana Iriarte que desmontó por completo la teoría del matriarcado- pero aún así el recuerdo de este cura aragonés me mueve  a la sonrisa cuando no a la risa. Y es que era muy divertido y las tenidas que montábamos en la Casa Vasca junto con Patxi Lanceros eran despiporrantes. Como por ejemplo aquella en la que Ortiz-Osés  intentó explicarnos el ergativo euskérico – él que no tenía ni idea de vascuence- a partir  de lo que denominaba  la «k» absolutizadora  «que aducía el objeto»; o aquella otra ocasión en la que nos relató su  declaración ante la policía tras haber sido asaltada su buhardilla del Casco Viejo, en la que reclamaba «un tocadiscos marca Moulinex».

En fin, que mi recuerdo se va hacia aquel tipo serio por intuitivo y  gracioso por  logofrénico, como casi todos los tocados por el ala  de la Escuela de Éranos, jungianos confesos y mártires…

 

FRANCISCO DE JAVIER Y EL TRES-EN-UNO

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Cuentan los historiadores apócrifos de la Ciudad de Pamplona que, en queriendo honrar  a San Francisco Javier, contrataron a un escultor para que hiciera la talla correspondiente y colocarla luego en una plaza bajo su advocación. Lista que estuvo la escultura y bien tapada, munícipes y ciudadanía presentes , se procedió a su solemne inauguración  apareciendo un a modo de frailecillo acompañado de un cariñoso lobo: había sido confundido el de Javier con el de Asís. Pero santos como eran ambos dos, se dejó pasar el sucedido y todavía hoy  puede verse la consecuencia.

Y es que era este, el de Javier, más allá de santo muy viril por lo piloso fulgurante en sus frecuentes reproducciones, algo guipuchi por sus afinidades con su compañero de armas y oraciones Ignacio de Loyola, el cual le convenció  para ingresar en su Compañía e ir  allende los mares a intentar cambiar  el breve haiku por el largo romance, muriendo en el intento.

Fue ayer la celebración de este Santo, pero ya diluida civilmente en el Dia de Navarra y en el Euskeraren Eguna. El de Navarra estuvo atravesado por la mediata discusión del Convenio que a algunos iletrados se les ha ocurrido sacar a colación; y también por la más inmediata murga en relación a la concesión de la Medalla de Oro del  viejo Reyno a Arturo Campión  y a otros miembros de la intelectualidad navarra del novecientos, por su colaboración necesaria en el diseño del escudo de Navarra ( echo en falta al discrepante Ambrosio Huici que dejó claro que los navarros llegaron tarde y obligados a la batalla, y que no había cadenas,  ni tienda de Miramamolín. Excusaron su ausencia tirios y troyanos, casi todos haciendo de su capa ignorante un sayo pretendidamente político.

Otro sí y por encima y en relación a todo lo anterior se concelebró el Euskeraren Eguna que debería unir y no dividir, pues desde Etxepare , agramontés y pro-castellano hasta Irigaray pasando por  el mentado y tradicionalista  Campión,  lo más maravilloso de esta lengua ha sido , como dijo Koldo Mitxelena, su supervivencia.

En fin,  un día de un tres-en-uno en el que cada quisque pudo quedarse con lo que quiso y, de paso, hacerse  a gusto su guiso. En mi caso, me quedé  dormido casi toda la tarde en el sofá recordando, tras los txakolis dominicales de rigor, aquellos versos no sé si muy premonitorios:

Bascoac oroc preciatzen
Heuscara ez iaquin harren
Oroc iccassiren dute
Oray cer den heuscara…

 

«LA GUERRA DE LA CALIDAD». EPISODIO 2.EL IMPERIO CONTRAATACA

Esta noche se me ha aparecido en sueños el colega azufrado que hace dos tardes me visitó en el despacho durante un corte de luz. Y  me ha hablado así:

«Oh tú, querido Fabio, has de saber que las palabras que quisiste oír el otro día y que tan neciamente publicaste han llegado a las puertas del Imperio y ,traspasándolas , han llegado a las orejas del mismo Emperador el cual ha alzado su  mano contra ti en defensa de la República ( sic). En consecuencia, y desde su trono aureo digital ha dictado decreto que se te comunicará  vía email si el tiempo no lo impide, desposeyéndote de todos los bienios, trienios  y tramos de investigación, así como de todas las certificaciones emitidas por las diversas agencias de calidad locales , autonómicas y estatales  a su vez certificadas por el consumismo internacional y la plastonería. Y otro sí que deberás, desgraciado Fabio, arrepentirte en sesión pública ante el sanedrín de la Q de Oro y comprometerte vía whatsapp a realizar todos los lábeles desde el nivel uno hasta el duodécimo…»

En este punto me han despertado las quejas callejeras de unos adolescentes que no habían pillado. Pero yo me he dado la vuelta y he continuado durmiendo porque no me llamo Fabio y además ya me he jubilado…

¿DÓNDE ESTÁN, QUIÉNES SON LAS NUEVAS FEMINISTAS?

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Asistí ayer por la tarde, escoltado por una buena amiga, al debate con la antropóloga y  feminista Mari Luz Esteban que se celebró con ocasión de la apertura de la Casa de las Mujeres – Koloretxe- de los Barrios Altos de Bilbao.

El salón de actos del Centro Cívico de San Francisco estaba a rebosar, y el calor humano contrastaba con el viento norte y el granizo  racheado que envolvía la calle. Tan sólo una decena de varones  nos repartíamos entre los  diferentes grupos de mujeres.

El debate me resultó particularmente interesante pues, más allá de ponerme al día sobre lo que está ocurriendo en el feminismo actualmente vigente y, en concreto, del  fenómeno de  las «casas de mujeres», me   retrotrajo a las discusiones que a finales de los años setenta y principios de los ochenta manteníamos algunos chicos con nuestras camaradas de partido y a los intentos de desarrollar una perspectiva de género análoga y masculina.

Aún así, lo que más me llamó la atención fue la constatación de la quiebra generacional ,manifiesta en la escasa militancia de las mujeres jóvenes. Y me llamó la atención porque confirmó lo que está pasando también en otros movimientos , desde el estudiantil hasta el  obrero, pasando por el mundo profesional. Yo mismo percibo casi a diario esta desafección entre mis estudiantes, que  tienen entre diecisiste y veinte años.

Es muy probable que esta desafección tenga que ver con la suposición  anti- histórica de que lo ya conseguido se mantendrá sin mayores problemas en el futuro o que, simplemente, las formas de lucha que  se les ofrecen, casi todas de raíz leninista, no les satisfagan en esta época  un tanto narcisista de selfies y whatsapps.  En cualquier caso,  me parece que convendría tener en cuenta de nuevo- y lo digo alejado de todo espíritu paternalista- las teorías del bio-poder y el micro-poder de Michel Foucault, pues quizá sean una buena pista para recomenzar la lucha desde lo más cotidiano que es lo que todavía no se ha perdido en el presentismo presente.

Pero en fin , no puedo estar sino agradecido por haber sido invitado, a pesar  de ser un VVMSR ( varón vasco monágamo sucesivo relativo), y me sumo al coro que pregunta: ¿Dónde están, quiénes son las nuevas feministas?

 

«LA GUERRA DE LA CALIDAD» : EPISODIO 1 .LA AMENAZA FANTASMA

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Ayer estuve toda la tarde intentando «subir » unos informes  académicos a una plataforma virtual universitaria.

El procedimiento era complicado y obsesivo y además, a la media hora de comenzar me quedé sin conexión. Diez minutos después se reanudó la conexión pero no pude seguir con mi trabajo porque al ordenador le dio por actualizar el anti-virus. Reanudé la labor pero se fue la luz a causa de este primer frente frío que nos ha invadido… Estando a oscuras un colega entró en el despacho y cuando le comenté  lo que estaba haciendo,se partió de risa : » Pon lo primero que se te ocurra porque no se lo van a leer y si no tienes datos, invéntatelos…».

Creo que se me fue la color pero , gracias a que casi no se veía, no se notó  mucho. O sea , que todo esto , que por otro lado antes sería  un curro de la administración, ¿ no vale para nada?.

» Bueno, sí. Vale para luego hacer unos bonitos dossiers con estadísticas y quesitos de colorines que avalen un neurótico  y supuesto Plan de Calidad, le den a la uni alguna Q y, mientras tanto, sobrevivan algunas empresillas con nombres anglosajones y personal que sabe tanto de educación como de fontanería…»

Se hizo la luz y no había nadie. Me llegó un leve olor a azufre. Perturbado como estaba por los avatares informáticos no alcancé a comprender si las palabras que había oído  las había oído o bien habían sido fruto de mi desatada imaginación.

Cerré definitivamente el ordenador , recogí mis cosas y me marché del despacho con la impresión de que algo o alguien  se quedaba allí. No tuve valor para mirar hacia atrás…

«LA MANADA»Y LOS SANFERMINES

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Por lo que he leído en la prensa esta mañana, uno de los argumentos de la defensa de «la manada» que , al parecer, violó  en grupo a una joven madrileña en julio del año pasado, ha sido que  los sanfermines son , un «icono del desenfreno sexual». No se especificaba luego si lo del desenfreno era causa o consecuencia de algo, pero la generalización superlativa no parece sino recoger un aspecto  relevante, aunque sea con matices, de cualquier fiesta.

Pero claro, los sanfermines no son «cualquier fiesta» sino que han sido durante muchos años la fiesta por antonomasia. Una fiesta «nacional» e «internacional», recreada en la postguerra por  fascistas disfrazados como los  Baleztena, los Pérez Salazar o el mismo Maestro Bravo que fueron diseñando toda una parafernalia  que incluía canciones como el “Uno de enero”, el uniforme blanco con el pañuelo rojo o  que se apropiaron de  la ceremonia del cohete del día seis. Incluso la retención popular del  riau-riau a la corporación municipal cuando en la tarde del cohete  iba a la Iglesia de San Lorenzo, fue un invento del carlista Ignacio Baleztena para impedir la entrada de los  munícipes ateos  de 1914 en el templo -¡ Y muchos pensarán que fue una ocurrencia malvada de abertzales e izquierdistas!…Y todo al calor de la Gran Cruz Laureada de San Fernando (popularmente  llamada «la berza») incorporada al  ahora tan discutido escudo de Navarra en sustitución de las columnas republicanas y «otorgada» por don Francisco Franco Bahamonde ( Adi ikasleak, ez zen errege bat!) a los muchachotes alzados. En fin , que los orígenes suelen ser  bastante impuros, sobre todo si se reclaman  con la pretensión de cierta prístina  pureza

Pero aún así, queda en el aire la pregunta de cómo es posible que estos cinco autoconfesos «imbéciles» – en el sentido etimológico de la palabra- puedan haber llegado a  argumentar lo que han argumentado…