¡Será por fascistas!

Qué oportuno y qué incómodo para los campeones galácticos de la resistencia. Justo cuando todo quisque se hace lenguas sobre los ultras presuntamente recién salidos del armario allá en la Bética y la Penibética, acá en el norte irredento ma non troppo, varios encapuchados —dicen que hasta quince— inflan a hostias a un chaval de 19 años por integrar un grupúsculo ínfimo que pregona la unidad de España. El escenario de la valiente hazaña de esta (también) manada de niñatos es el campus de la universidad pública vasca en Gasteiz, donde ya hay cierta costumbre de similares ceremoniales violentos. La novedad es que en esta ocasión se ha cruzado la pantalla de los cuantiosos y carísimos daños al mobiliario que pagamos todos y hay una víctima de carne y hueso.

Se mire por donde se mire, es una acción neta y genuinamente fascista que pretende pasar, faltaría más, por antifascista. Quisiera fingir sorpresa, pero me siento incapaz. Cómo contarles a quienes parece que acaban de descubrir a los camisas pardas que el pisaverde Abascal es solo otro de los muchos y diversos fachas que venimos sufriendo por aquí arriba desde hace un carro de quinquenios. De hecho, la diferencia con el ahora convertido en hombrecito es que el baranda de Vox todavía no ha pasado de las bocachancladas incendiarias, mientras sus gemelos del extremo opuesto llevan acreditadas toneladas de iniquidades contantes y sonantes. La brutal e inconmensurable indecencia es que son ellos y sus mayores los que en estos días de rasgado de vestiduras han tenido el cuajo de ponerse en la primera línea de la lucha contra sus paralelos del otro lado del espejo.

Un comentario en «¡Será por fascistas!»

  1. Pues si es verdad que estamos bien provistos de fascistas y por ambos lados.
    Mussolini con sus camisas negras se adueñó de la palabra para llamar así a un régimen totalitario antidemocrático de extrema derecha, Hitler lo llevó mas lejos con su nazismo y Franco lo perpetuó con sus camisa azules y la Iglesia de por medio.
    Pero fascistas los hay por todos los extremos que es donde o se está conmigo o contra mí.
    Tanto repetirla por los nuevos «genios» de La Moncloa la palabra empieza a parecer un piropo más que el calvario real de su verdadero significado que tanto hemos sufrido por aquí arriba.
    Veremos a ver quien sacar mejor nota de fascista y el color que elige para su camisa.

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