El Entrenador

EL pasado sábado, tras ver el Madrid-Atlético, lo primero que pensé es en la importancia que tiene el entrenador en un equipo. Para mí, un conjunto parte desde su entrenador. Es el guía y la referencia. El que les une y mete en la dinámica adecuada. Es la persona que puede hacerles mejores. Habrá quien diga que también puede hacerles peores, pero obviamente siempre hablo de un entrenador de verdad. Muchas veces solo les echamos la culpa de todo y cuando hay victorias desaparecen de la posibilidad de éxito. Simeone le pegó un repaso a Zidane. El mismo que Valverde a Neville. No es casualidad. El entrenador del Atlético y el del Athletic han dado sobradas muestras de su valía. Se medían a dos exjugadores con un bagaje limitado como entrenadores y a los que han regalado los banquillos de sus equipos. Uno, porque como futbolista fue un crack; el otro, porque es socio del dueño. Ser el jefe no es sencillo. Es muy complicado. Hoy en día no vale solo con lo futbolístico. Hace falta mucho más. Valverde nos demostró a todos, no creíamos nadie, que el partido de vuelta en el Camp Nou era posible sacarlo adelante. Eso que él hizo es tremendamente complejo. Es una demostración clara de la influencia del Txingurri sobre sus jugadores y la capacidad que tiene para que crean en una idea. El entorno no daba un euro por ese partido y solo él y sus jugadores lo afrontaron de tal manera que durante muchos minutos soñamos con la clasificación. Ser entrenador es muy fácil desde la televisión. Más sencillo aún a toro pasado. Valverde es un lujo para el Athletic y vamos a tocar madera para que esté aquí muchos años. Tiene una idea clara de quiénes son sus jugadores y qué puede hacer con ellos y hasta dónde puede llegar. Ante el Valencia su guion se cumplió a las mil maravillas y mientras, en el otro banquillo pensaban en el árbitro, en el tiempo y en el chachachá. @monjeondavasca

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