El tongo y la regla

No han tardado demasiado en «Marca España» en comenzar a viralizar la idea del tongo relacionado con la frikada de Eurovisión. ¿Tongo? Mucho me temo que el voto popular (y, encima de pago, o sea, «monetary«) no es ningún tongo. Por lo menos, en esta ocasión, ese voto popular ha valido por encima del de un jurado (profesional). Recordemos que a la tal Chanel la eligió el voto profesional (manipulado descaradamente por productoras musicales) y se pasaron por ahí mismo el voto popular, que había elegido a Rigoberta Bandini o a las Tanxugueiras.

Tampoco se olviden los patrios eurovisivos de la rojigualda que el voto popular español también fue a Ucrania. Pero claro, los defensores, defensoras y defensoros del Donbass no podían votar a Rusia. Así que, ahora, hablan de tongo. Curiosamente es un segmento electoral que nada han dicho de eso de la «cosificación» de la mujer relacionado con la citada Chanel y la letra de su tema musical, explícitamente machista.

En el otro extremo de la piel de toro, también detectamos en una emisora de radio la opinión de señoras que (por la voz) ya no deben tener la regla preocupadas porque su chacha filipina pueda pillar la baja menstrual. En la vida había oído tanto machismo condensado en una sola emisión de esa emisora de «La Caverna» como el de esa señorass de bien del madrileño barrio de Salamanca, las mismas que aporreaban las señales de tráfico con los palos de golf de sus maridos, y las mismas que obligaban a su «servicio» a salir a la calle para aporrear, con cofia o uniforme, cacerolas con cucharas en pleno confinamiento.

Y es que los extremos se rozan más que lo que nos podamos imaginar.

Un comentario en «El tongo y la regla»

  1. Es impresionante cóomo se puede manipular a la gente y cómo ésta se deja hacer sin mayores problemas. La expectación creada este año con el batiburrillo eurovisivo en Spain ha sido digno de análisis sociológico. La inicial trifulca chachipolítica tras la elección de la canción y de la intérprete derivó finalmente en un elemento aglutinador de anhelos patrióticos comunes. Y la consecución de un tercer puesto que no va a ninguna parte ha sido festejada por altas instancias como algo «histórico e ilusionante»
    Ni que lo hubiera organizado el CNI.

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