De niño, pasaba el mes de Agosto recorriendo el Pirineo con mis padres y mi hermana Nerea en es tienda de campaña Altus canadiesnse que aún vive en el camarote del Caserio. Para Nerea y para mi era un lujazo alojarnos en el Camping Ordesa en Torla, que era un campimg de 1ª, con piscina, de los que en la década de los ochenta no abundaban por el Pirineo.
Usábamos este Camping como Campo Base para excursiones y ascensiones por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Una de esas ascensiones fue la del Tozal del Mallo por las clavijas de Carriata.
Recuerdo ese día con aita y Nerea, un día soleado y recuerdo impresionado aquella gigantesca pared. Casi 400 metros verticales . Yo veía alucinado en Ordesa a dos chicos , escaladores de los ochenta, con sus mallas coloridas cargando cuerdas y mosquetones con los que creo recordar que aita intercambió alguna palabra. Eso me apasionaba, me daba envidia, yo también quería hacer eso, subir por esa pared a la cima del Tozal cuando fuera mayor, quería ser como ellos, quería mas, no me conformaba con subir al Tozal por su ruta normal. Tendría unos 13 años recién cumplidos.
Este verano, días antes de cumplir los 40 , hice ese sueño realidad. Escalé junto a la bilbaína Sonia Casas , la mítica vía Ravier al Tozal del Mallo.

Fue el 19 de Julio de este año, fue mi regalo de cumple, fue Sonia Casas la que hizo realidad ese sueño de mi infancia.
Cien recuerdos, mil sensaciones y millones de kilos de ilusión en mi mochila fueron los que me empujaron hasta la cima por esos 400 metros de pared vertical.
Gracias Sonia por estas lineas que me dedicaste en tu fecebook Rocalia Escalada Montaña:
«Siempre es emocionante y entrañable ser parte de esa «primera» ascensión, de esa «primera»aventura, de esa «primera» vez.
Escribir una página en vuestra historia personal escalando rutas que hicieron historia marcando el rumbo de la escalada.
La Ravier al Tozal del Mallo en Ordesa es entrar en éste mágico lugar por la puerta grande. Y así lo fué para mí también hace ya 15 años.
Recorrer sus diedros, chimeneas y desplomes sabiendo que éstos fueron conquistados con los escasos medios de la época en la primavera de 1957 por Noël Blotti, Claude Dufourmantelle, Claude Jaccoux, Marcel Kahn y Jean Ravier, anima a afrontar los mismos con alegría y entereza.
Esta vez tuve el privilegio de encordarme con Zigor Egia, montañero de los de toda la vida, cuyo corazón y pasión son tan grandes como el mismo Tozal, cuya fuerza y determinación mental le empujaron hasta la cumbre y cuya sonrisa fué mi mejor compañera desde el inicio hasta el fin, ¡gracias Zigor por esa sonrisa permanente , me lo pusiste muy fácil!»

