La sonrojante historia de «la Roja»

NO hay que mezclar deporte con política». Quien te lanza este mensaje, poniéndose estupendo con la estética de los principios, apela a una distinción virtuosa que no se ha cumplido casi nunca. Ni en la vieja URSS o la caduca Cuba castrista, urgidas de propaganda para sus regímenes, y tampoco en las democracias. Ni mucho menos en la España franquista y el actual Estado posborbónico. Deporte y política, por interés táctico de esta última, han estado siempre entreverados y no hay país que renuncie al baño de autoestima colectiva derivado de las hazañas de sus jugadores y atletas, como antaño ocurría con los héroes militares. ¿Y por qué, si todos los pueblos quieren estar representados en la asamblea universal de la competición lúdica, a Euskadi se le niega el mismo derecho a reivindicar su identidad diferencial por medio de sus selecciones oficiales y competidores de élite? Si el balón rueda en el campo de la política, también Euskadi quiere entrar en juego.

Si se obligase a separar deporte y política, habría que decretar la suspensión de los Juegos Olímpicos, al igual que todos los certámenes internacionales. En el momento en que dos países rivalizan en una cancha y sus ciudadanos lo perciben según sus respectivas identidades patrióticas ya hay un hecho político: simbólico, sí; pero de innegable sentido político. Es natural: el planeta es un gran mosaico de naciones. Y no digamos si los pueblos representados en sus selecciones tienen litigios históricos: Argentina contra Inglaterra, Bosnia frente a Serbia, USA contra Cuba… Lo que resulta cínico es que cuando España hace política con el deporte (ahora vamos con la Roja) se valore como acto institucional normalizado y cuando lo intenta Euskadi reciba por igual acción el calificativo de identitario. Eso es trampa. Precisamente es a la distinción de las identidades locales a lo que juega el deporte en los foros mundiales, todo ello revestido de convivencia, espectáculo y gran negocio. Parafraseando a Foucault, podría decirse que el deporte es la continuación de la guerra por otros medios.

Al rescate de España

En un evento previo a la Eurocopa, el presidente español, Mariano Rajoy, pidió a los componentes de la selección de fútbol «proporcionar un subidón de moral al país en estos tiempos tan difíciles». He aquí una declaración de sentimiento patriótico, es decir, una manifestación política. Más o menos lo mismo que solicitábamos a los jugadores del Athletic respecto de Bizkaia y Euskadi en sus últimas finales, con la diferencia de que nadie replica la politización de Rajoy, pero sí a que los seguidores vascos manifiesten de una u otra forma su afiliación nacional durante un partido.

Alrededor de la Roja, al igual que con otros deportistas de élite, tiene organizada España una estrategia de afirmación nacional que no pasa desapercibida. Es perceptible que las autoridades y los grandes grupos de comunicación usan el prestigio y los triunfos deportivos españoles como instrumento para la idealización del orgullo estatal, a falta de valores más sustanciales, como la reputación de sus intelectuales, escritores, científicos y, en primera instancia, su potencia estratégica, económica y cultural en el mundo. El Estado pretende que la marca España, que sigue asociada al jolgorio, los toros y el flamenco, y ahora también al despilfarro y el desgobierno, se asimile a los éxitos de Nadal, Alonso, Gasol y, como digo, la Roja. Si la táctica de autoestima del Estado por medio del deporte tuviera como objetivo potenciar la marca España en el mercado competitivo, no me parecería mal a pesar de ser una opción cutre y desesperada. Pero si su intención es vender dentro y fuera una identidad absoluta de España e impugnar con ella toda réplica a su monolítica estructura y las dinámicas internas que la contradicen, entonces resulta despreciable al incurrir en sectarismo.

El Estado fía la reparación de su maltrecha imagen externa a los triunfos de la Roja; pero su prioridad es que la exaltación deportiva contribuya, por su poderío emocional, a unificar los territorios y ciudadanos de España en un proyecto indiscutible, de manera que lo que no consigue con la fuerza de la razón aspira a obtenerlo con las trampas del corazón. El fútbol sale al rescate de España. Planteado así, no ganar la Eurocopa será una catástrofe frustrante y perdería la batalla simbólica en la que se ha empeñado contra los disidentes vascos y catalanes. Eso es lo malo de sostenerse en los márgenes del azar y la aventura, en vez de hacerlo sobre valores reales y profundos.

¿A qué juega la Federación?

El afán político-deportivo viene de lejos. Ignoro en qué estamento recayó al comienzo de la transición la misión de cambiar la percepción de los ciudadanos sobre la bandera rojigualda y desfranquistar España, hasta entonces equiparadas a la dictadura. El caso es que ese organismo pensó que a través del fútbol y la selección estatal -la única dimensión cuantitativa que existía en aquella sociedad- podría conseguirse la exhibición del flamear masivo de las banderas españolas en actos públicos y una popularización democrática del himno. El objetivo era sustituir la imagen de los símbolos de las concentraciones fascistas de la Plaza de Oriente por la proyección festiva de los mismos elementos. Los mismos símbolos deberían contener un significado diferente y todo esto se hizo calculadamente con la Federación Española de Fútbol. Primero con Porta y después con Villar.

Lograda la democratización icónica, había que acceder a una meta superior: prestigiar la unidad del Estado, identificada en la selección de fútbol, y batir los nacionalismos rebeldes explotando las contradicciones de sus integrantes vascos y catalanes. La táctica consistía en asimilar el sentimiento de «los nuestros» (jugadores de Cataluña y Euskadi) al deseo de su triunfo con la Roja y, consecuentemente, al júbilo por el éxito colectivo de España, todo un periplo emocional que ha exigido a las autoridades federativas garantizar que siempre hubiera jugadores de «los nuestros» en el equipo, a costa incluso de forzar su menor competencia. El colmo fue tener un entrenador vasco del combinado estatal.

En este propósito uniformador se inscribió la iniciativa (?) y posterior fracaso de la Federación de dotar de letra a la melodía del himno español para que se cantase a coro en los estadios. ¿Hay algo más absurdo que un ente deportivo instando a la formulación de un símbolo estatal? De este trasiego malvado de emociones y politización fanática surgió, por reacción, el deseo extendido en Euskadi y Cataluña de la derrota de la Roja, sin que por ello se pretendiera el fiasco de «los nuestros», a quienes se quisiera ver ganar en nuestras propias selecciones oficiales y clubes que, eso sí, juegan en las competiciones de España: otra contradicción no resuelta, pero que se sobrelleva a falta de mejor alternativa por ahora.

¿Deporte y política separados? La Eurocopa estos días y los Juegos Olímpicos después son un empacho icónico de las diferentes nacionalidades. Himnos, estandartes y orgullo patrio a raudales. Ahí está y estará España desarrollando su táctica sonrojante, con el juego sucio de su falsa representación de Euskadi, a la que hurta el derecho a participar con su nombre, bandera y dignidad en la parafernalia del multinacionalismo universal.

15 comentarios en «La sonrojante historia de «la Roja»»

  1. He sido incapaz de llegar al final de su «artículo» pues me resulta vomitivo. Sé que a otros les gustará. Hay quien come carne de foca cruda. Todo es cuestión de cultura. Y si se pretende insinuar que el deporte es una continuidad de la guerra, ¿para qué quiere usted una selección vasca? ¿Para que reciba una goleada de escándalo en Santoña, por ejemplo? En fín, hay personas que tienen que hablar para tener de que comer… En mis tiempos se les llamaba charlatanes. Ahora creo que se les llama políticos nacionalistas e independentistas. En resumidas cuentas, tipos que nos quieren vender como de piel una cartera de plástico. Y acabo dirigiéndole a usted con todo cariño un dicho que fue popular en el mundo de los sainetes (supongo que usted sabrá por qué): ¡Amadeo, no te creo!

    1. Pues no sé que decirle, Uno Más. ¿Quizás decirle que es usted un cobarde, por esconderse detrás de un seudónimo, mientras yo me presento con nombre y apellido? Pues sí, me quedo con eso, señor cobarde. Vaya con Dios, my darling.

  2. Lo que esta caduco es el sistema capitalista que mata todos los días, crea pobreza, pues vive de ella. Quien defienda el modelo capitalista, en cualquier versión, es que odio al ser humano. En la Cuba castrista, no hay niños que viven en la calle, pero en Mexico, democracia de pro, los hay a cientos de miles. Ya está bien de aprovechar que el Pisuerga pasa por Bilbao, para dar leña a Cuba. Habla del 22 % de niños en el estado español que están en riesgo de pobraza absoluta o el 17% de niños desnutridos. El dilema es socialismo o barbaria, y por profundas convicciones humanistas, opto por el Socialismo.

  3. Mire en este pais lo que se condenan son las ideas, usted lo sabe, es la máscara lo que no protege de la represión fascista, ser del régimen tiene sus compensaciones en todo orden, pero quienes apostamos por un mundo donde, el ser humano sea el centro y no el siervo de la tiranía, seguiremos, pese a quien pese, no nos rendimos y nuestra causa es la humanidad y los pueblos donde habitan, por eso defendemos una Euskalherria independiente y socialoista, pues el capitalismo sólo nos trae miseria y desolación. Por cierto, hoy día 15 de junio de 2.012, van a morir unso 25.000 niñ@s de hambre, en Cuba O.

  4. Acabo de leer a «uno más», y he concluido que este hombre está muy solo. ¿No tiene amigos? Se ha quedado en sus palabras. En mis tiempos, en mis tiempos… Sus argumentos son tan pueriles, que no merecen contestación, para no dignificarlos. Y a tí, José Ramón, no te quejes, que te lo han dicho con cariño… snif, snif, me emociono.

  5. Excelente articulo . Es increible que la federacion de futbol, se tenga que implicar en la letra del himno nacional. El deporte , los que aluden que no hay politica. Evidentemente se pone de manifiesto en estos espectaculos que lo hay y mucho. El deporte debe aunar a los deportista al margen del color politico de sus participantes, pero aqui la propia federacion lo proyecta al estado y su color nacional. Una vez mas felicidades por su valentia en sus articulos.Lecciones de valentia que deberia de dar a los representantes politicos que tenemos, que carecen de ella. No conocen la palabra ni su significado.

  6. La verdad; me parece que el artículo es bastante exagerado, pero bastante.

    Claro, que hay un componente nacionalista en todo esto de las selecciones y las competiciones deportivas internacionales pero, efectivamente, se da en todas partes. Y, sinceramente, no creo que los españoles destaquen especialmente por encima de otros sitios.

    No me voy a referir ya a los países latinoamericanos, donde es una pasada, sino que, por ejemplo, las bofetadas entre polacos y rusos de estos días no están desligadas de viejas tensiones históricas entre las dos naciones. Hemos visto tb celebrar a los franceses sus triunfos y te rilas. Etc, etc, etc, etc.
    Y atisbo a imaginar la orgía patriótica que viviríamos en Euskadi si, llegado el día de oficialidad de “la verde”, la misma ganara algún campeonato. ¿Te lo imaginas? Habría gabarra por la ría, por la bahía de la Concha y por el pantano vitoriano (por aquello del equilibrio territorial).

    En todas estas citas internacionales la hinchada española suele desplazarse en un escaso número en comparación con las hinchadas de otros países que se suponen más cultos y menos futboleros (por cierto; si la maravillosa anécdota de los chicos de Bermeo que se fueron a ver al Athletic a Budapest en vez de Bucarest la llegan a protagonizar dos seguidores de la roja de, pongamos, Palencia, o si supiésemos que los españoles se están endeudando más y pidiendo créditos para ir a un partido de fútbol como ha ocurrido con el Athletic- que te recuerdo que glosabas las glorias-todavía estaríamos leyendo aquí, probablemente, ingeniosos artículos poniendo el episodio como exponente de lo que es España; Lástima que fueran de Bermeo y no de Cuenca).

    Y, por apuntarlo no más, al menos la afición española no monta pollos ni genera incidentes como han montado, repito, otras de países más “civilizados”.
    Aquí lo que hay es algún político bocazas y un periodismo deportivo sobredimensionado que tiene que calentar la cosa para vender. Poco más.

    Así que me parecen exageradísimas (e interesadísimas) las posturas de los pocos que quieren hacer de estos eventos fiestas de exaltación patria y bálsamos nacionales (que hoy pot hoy en España muy pocos compran; pese a los esfuerzos de las cadenas que han puesto mucha pasta en esto; hay muy poco ambiente) como las que hacen de esto motivo de escarnio y de conflicto perpetuo y se pasarán la Eurocopa cambiando de camiseta de rival en rival hasta que caiga la selección española, día en que lo celebrarán si es con la camiseta de francia, con la de francia, con la de Inglaterra con la de Inglaterra, con la de Croacia, con la que toque (lo que me parece ridículo la verdad).

    Y esa tragedia que vaticinas para muchos si pierde España…creo que sólo la ves tú, la verdad. Si pierde España pues ha perdido, como casi siempre. Y no pasa nada.

    Eso no quita que la gente esté ilusionada y que si gana, lo celebren. Como decía Ibarretxe ¿qué hay de malo en ello? Es perfectamente compatible (e incluso saludable) con no olvidarse de la crisis ni de la casta política que nos malgobierna y con ir a trabajar y pelear todos los días ¿o no?
    No hay más. Y llevan banderitas porque es lo que se hace en todas partes y porque, oiga, es la suya. Y no creo que sea producto de una malévola estrategia de manipulación de las federaciones ni nada por el estilo.

    Me explico; por incomprensible que les parezca a algunos, en España hay gente que se siente española. Ya sé, ya sé; en qué cabeza cabe, con la mierda de país que es, y habiendo sido una dictadura, y siendo una tierra de paletos, corruptos, p…y camareros…tendrían que avergonzarse en vez de ondear banderitas, hombre.
    Ya pero es que…es lo suyo. Y como todos, pues necesitan sus símbolos, sus liturgias, etc. Fíjate; yo es que incluso conozco gente culta, de Córdoba, de Madrid, de Oviedo (lo juro), preparada, con carreras meritorias, con varios idiomas, que incluso algunos viven y trabajan con éxito en Londres, en USA…y que sé de buena tinta que en la final del mundial incluso se pintaron la cara de rojo y amarillo. Misterios! Y juro que nada tienen que ver con Franco (para empezar, porque es gente de 30 y pocos) ni nos odian a los vascos, no quieren que gane la selección y además se mueren porque quien meta sea un vasco para manipular el hecho, ni nada. De verdad; es gente normal, que quiere a su país, porque es el suyo (pues mala suerte que han tenido de pertenecer a semejante basura de pueblo y país, pero bueno, cada uno…) y disfrutan cuando gana su selección.

    Es cierto que los éxitos españoles se han usado como proyección de la marca España. Lo entiendo lógico y normal. ¿Por qué las grandes empresas, corporaciones del sector que sean gastan miles de millones en patrocinios de deportistas de élite? Pues por eso porque son una plataforma de comunicación muy buena para su marca. Pues lo mismo.

    Además; en el caso español la irrupción de estos deportistas supone un plus, en cuanto es la superación del mito de la furia, de qué aquí sólo se ganaba algo por la testosterona y la épica. Esta generación demuestra que aquí tb se puede lograr la excelencia, la profesionalidad, el método y se puede competir (además; creo que en la mayoría de los casos la imagen que dan es la de gente bastante normal, educada, que tampoco está mal). Y eso vale para fuera pero no está mal tampoco para dentro.
    Y es en el deporte, donde, por desgracia, más se da esto. Aunque tb hay otros campos u otras empresas que están yendo en esa línea, el deporte se lleva el foco. Eso no tapa el desastre actual, que España la haya vuelto cagar de nuevo y lo haya hecho con el culo durante décadas cuando tuvo una buena oportunidad, etc. Pero no veo nada malo en resaltar lo que es bueno.

    Termino; que me he enrollado demasiado: lo que ya no me creo es eso de que había como una consigna de que hubiera siempre algún vasco en la selección por ese malévolo interés propagandístico. No nos pasemos. Vascos ha habido cuando daban el nivel. Cuando no lo daban no ha habido. En unas épocas muchos, en otras pocos y en otras casi ninguno o ninguno. Un entrenador lo que quiere es llevar a los mejores, por la cuenta que le trae (or ejemplo, en baloncesto casi nunca hay ninguno porque somos muy malos y nuestros equipos son todo de extranjeros). Yo creo que incluso ha ido alguno del Athletic que no daba el nivel no por ser vasco sino porque el Athletic, después de los grandes, tiene un foco que tiende a sobrevalorar los jugadores. Pero ya es otro tema.

    Por cierto; sigo creyendo que el vasco que por conciencia no quiera ir lo tiene fácil. Decirlo. Y no le pasará nada, ni será sancionado. Que diga:
    “este no es mi país y si me llaman iré obligado y seré profesional pero prefiero no ir con un país que no es el mío”
    Yo creo que un tipo como Del Bosque, oasis de sentido común, a uno que diga eso, no le convoca y listo.

    1. Bien, Larry, larga pero enjundiosa reflexión político-deportiva con la que estoy, con algunos matices, de acuerdo. Yo no censuro que España se reivindique medidante el deporte; pero rechazo que impida a Euskadi hacer lo propio. Mi crítica inicial era que los que dicen, falsamente, que hay que sepaarar deporte y política, sean los que más enredan una cosa con la otra. Y además, coarten el derecho vasco a tener sus propios equipos oficiales y participar con los demás en la orgía nacionalista de los campeonatos internacionales y Olimpiadas. De eso se trataba. Y luego hacía un relato somero de cómo la Federación Española de Fútbol (gobernada desde hace más de dos décadas por un bilbaíno, exjugador del Athletic) haya sido quién canalizara y sigue canalizando la popularización (o socialización) de los símbolos de España, manipulando también los sentimientos vascos mediante la identificación de «los nuestros» con la selección española, de manera que de «los nuestros» (jugadores) pasáramos a «la nuestra» (España). Es de vómito. Es una historia que no se ha contado lo suficientemente clara y que yo sigo de cerca desde hace mucho tiempo. Lo del himno fue un fallido, pero un auténtico escándalo: un ente deportivo promoviendo la letra de un himno. Spain is diferent. Saludos.

  7. Coincido en que los que más piden no meclar ambas cosas con lo que más lo hacen. Pero eso pasa con todo (vemos estos días cómo los que antes montaban pollos en los plenos municipales y se quejaban de totalitarismo cuandoles echaban, se quejan hoy de que les monten pollos a ellos y echan a los alborotadores, etc, etc).
    Lo que yo digo es que la inmensa mayoría de quienes en Cuenca, en Zamora, en Gijón, después de currar o de buscar curro, se ilusionan por ver a la selección tienen muy poco que ver con que se prohiban selecciones vascas (claro, como ciudadanos tienen su responsabilidad pero si empezamos a tirar de ese hilo y de qué somos cada uno responsables…).

    Y creo que el hecho de que si gana españa salgan con sus banderas, como hacen franceses, danseses,suevos, etc, nada tiene que ver con oscuros manejos federativo-políticos. Tiene que ver con que son españoles, esa es su bandera (que no es ni debe ser patrimonio del franquismo) y lo viven así con toda la naturalidad del mundo; sin más historias.

    Es más; lo de la roja famosa, no fue ningún intento de cohesión nacional urdido por el facherío. Fue una operación comercial y de marketing (bastante buena y afortunada porque con el triunf español les salío muy bien) de un grupo mediático que había gastado un pastón en derechos de tv y había que sacarles jugo.
    Es más, el facherío , dado que la idea venía del «pijoprogesismo» que llaman ellos, renegó de aquello de la roja, que según ellos era un rodeo para evitar decir españa, o selección nacional o española.

  8. Espero que de una vez legalicen las selecciones autonomicas para que deje toda esta calaña de gente de argumentar lo mismo.
    Eso si espero que asuman que se ha de actuar en consecuencia, si hay selecciones vascas es porque existe una federacion propia reconocida por la UEFA y que a su vez, esta federacion organiza una liga propia.
    Y de ese modo, el Athletic y la Real deberian de participar en la liga vasca; y entonces seguramente el athletic podria participar en la champions todos los años, eso si, con el mercado que tendria de derechos de television, me gustaria ver cuantos jugadores de la actual plantilla es capaz de mantener.
    Seamos consecuentes y asumamos todas las consecuencias de las peticiones….

    1. Me apunto, Luiste, a la liga vasca. Y así, con todo: federaciones, economía, soberanía. Qué goazada.
      ¿Y los milicos no lo impedirán?

  9. Usted desmarcados, no se apunta a ninguna de esas cosas (liga propia, economía propia y salir del mercado español y sus relaciones históricas con iberoamérica, tener sólo 3 votos en la UE y muchas cosas más), como no se apunta nadie del partido que sufraga este diario. Eso lo decís para pescar incautos, a la hora de la verdad nada de nada y en nungún despachazo del PNV se haya hablado jamás de esas cosas a menos que sea para hacer chistes.

    Me encantaría que hiciese usted un artículo fomentado y apoyando una liga vasca ajena a la imperialista y extranjera española, pero eso no lo haces, no sea que tus jefes puestos a dedo por el PNV te llamen al orden porque se queje gente del athletic o la real.

    La independencia tiene jamón y hueso y yo a tí jamás te he oído defender que aceptas quedarte con el hueso también, mientras no lo hagas nadie te tomará en serio (y con razón).

    Haz articulos defendiendo que los eurodiputados de euskadi voten por su cuenta en la UE y rompan con los del estado (supondría nuestra desaparición en ese ente por inexistencia), defendiendo liga propia, defendiendo que el estado central y el rey no representen a nuestras empresas en latinoamérica y lo haga el lehendakari de turno (jajajajaaj), pidiendo a nuestros empresarios e industrias que se salgan delo mercado español…

    es decir, haz independentismo del que no hablas nunca pero que también es necesario aceptar para que no nos tomen a chirigota y sepan que vamos en serio, cosa que jamás has hecho, y comenzaré a creer que eres un independentista de verdad y no otro charlatán puesto ahí a dedo y el pesebrero que aparentas ser.

    Naturalmente no lo vas a hacer, porque de esas cosas no se habla porque no interesa y bien que lo sabe papá PNV, my darling.

  10. Carlos, Carlos, Carlos…me preocupa mucho usted con sus obsesiones (¿obSEXiones?).
    Prácticamente no pasa una semana sin que arremeta contra el PNV con cualquier excusa, hasta las mas peregrinas, como llamar homosexual a Sabino Arana (supongo que para usted eso es un insulto, ¿verdad?) boinarrosca a todos los del PNV en general, cobardes a los vascos que huian de las masacres perpetradas por el PF y tantas otras lindezas de pelage suficiente.
    Siempre desde la ignorancia, o peor, desde la idea pre concebida basada en un montón de tópicos e dioteces leidas, ¿donde , en el Reader Digest, en los pronósticos de Gustavo Acebes, en el editorialista del ABC?.
    Me preocupa porque resulta muy cómico a su pesar, ya que si cambia tanto de nick (Car333, Extremeño y ahora le pone un supuesto apellido vasco con minúscula, que por supesto no tiene) deberia ser capaz también de adaptar el discurso y el estilo a aquel. Si no es aquí, es en el de Anasagasti, Lococo, alguna vez Vizcaino, Arantza, etc.
    Para ser alguien que presume de haber leido El Quijote deberia ser un poco mas creativo, hombre.
    El Sr Blazquez en ningún momento ha ocultado sus preferencias, ni sus ideas, sus preocupaciones y hasta sus obsesiones. Es su blog y parece que tb el de la gente que sólo viene a su casa a atacarle en sus ideas, pero al convertir un debate que podria ser muy interesante y divertido, en algo personal PORQUE PIENSA DISTINTO DE USTED, está atacando de paso a miles de personas que piensan parecido, aunque no igual.
    No es mi intención hacer de paladín de nadie, ya que JR Blazquez sabe perfectamente defenderse solito, pero empieza a ser aburrido algo que podria haber sido muy estimulante si sólo acude a estas páginas para descargar su frustración personal.
    ¿Es porque en Deia no exigen registrarse?.
    Esa es una ventaja de la que no deberia aprovecharse nadie: es propio de cobardes. Seria como robarle las cucharillas de plata a alguien que te deja las llaves de su casa.
    ¿Ha tenido muchas experiencias negativas con muchos vasc@s y , oh, casualidad, todos eran del PNV?
    Venga, hombre reconozca que lo suyo es una «sublimación preconsciente de anhelos insatisfechos» (este diagnóstico me lo he inventado, pero si quiere le puedo hacer otro mas profesional, tb gratis).
    Respecto a «la Floja», que era la excusa de hoy, no tengo nada que decir, pues huyo del futbol siempre que puedo y aquel dia lo conseguí muy bien. Lo mio con el Athletic es los mismo que miles de vascas con los leones/gatitos: no nos gusta el fútbol, pero somos religiosos con el Athl por motivos radicalmente distintos, asi que, como ve, me da exactamente igual qué pasara con SU selección, aunque dicen que jugaron muy bien.
    Quizás hubiera preferido que perdiera, pero solo para no tener que pagar las primas (los primos siempre pagamos el pato).
    Hala, ondo izan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *