Paolo Vasile, embajador plenipotenciario de Berlusconi en España, afirma que el boicot -la pacífica forma de protesta ideada hace más de 130 años por jornaleros irlandeses contra el capitán inglés Charles C. Boycott- es delito de amenaza y coacción. Y para prevenir futuras rebeliones ha demandado a Pablo Herreros, el activista de internet que convenció a los anunciantes para que se retiraran de La Noria, provocando el cierre de este polémico programa. Ahora el jefe de la cadena berlusconiana solicita para nuestro héroe tres años de prisión, 3,7 millones de euros y el embargo de sus bienes, todo por haber movilizado el poder de los espectadores frente a un decadente modelo de televisión. Aquel suceso fue un hito democrático y toda una declaración de intenciones, hasta el punto de inquietar muy seriamente a los dirigentes de la industria audiovisual. Desde entonces ya saben a lo que se arriesgan si traspasan ciertos límites.
Contra esta vendetta se han reunido en apenas tres días más de 100.000 ciudadanos en una campaña de indignación, lo que probablemente inducirá a Vasile a dar marcha atrás si calcula bien lo que gana (blindar la telebasura) y lo que pierde (suavizar la imagen cutre de la cadena) con su maldita denuncia. ¿De verdad cree que puede amedrentar a la opinión pública y sofocar las iniciativas sociales contra los abusos de la tele? ¿No ha estudiado historia y sociología don Paolo, o es que su manual de estrategia se lo ha inspirado la mafia? Hay que ser muy torpe para no entender que esta acción no detendrá a Herreros o a otros líderes de la red, ni evitará que se emprendan nuevos boicots si alguien se salta las líneas rojas de la decencia, imprecisas pero reales. ¿No se percata de que con su actitud agresiva compromete el valor de la marca Telecinco y su cotización?
¿Y si todo esto fuera solo una comedia de advertencia y perdón: primero presento una querella victimista y después, conmovido por las súplicas del pueblo, la retiro para quedar eternamente como Paolo, el Grande o Vasile, el Magnánimo? Capaz.
Interesante articulo sobre la actuacion de Vasile. Lo cierto que es un autentico garrulo e igual lo que pretende con eesta accion es conseguir publicidad de una forma indirecta y directa de la cadena.
Telecinco es una televison de basura. No deberia de ver nadie su programacion . no hay que favorecer al mafioso Berlusconi, asi se engradece mas su patrimonio. Felicidades por su articulo.