Uno de los subproductos generados por la complicidad entre los anuncios y la información es el publirreportaje, un espacio publicitario con apariencia de noticia cuyo engaño se funda en la confusión intencionada de lo objetivo con lo subjetivo. Es una perversión, pero tiene sentido económico. Ahora, TVE y la monarquía lo han transformado en publireyportaje, un nuevo género que, bajo el formato de entrevista, rinde pleitesía a la corona y en su servil tributo traiciona todo el catálogo ético del oficio periodístico. Si la parodia de diálogo entre Juan Carlos I y Jesús Hermida pretendía el enaltecimiento borbónico, no hay duda de que el resultado ha sido contraproducente, porque ofreció una imagen enfermiza del monarca y evidenció que sin papeles es incapaz de elaborar una frase con criterio. Tan inseguro se mostró que el entrevistador habló más que el entrevistado, nada extraño entre un soberano mediocre y sin cultura y un periodista locuaz y empalagoso.
En los veinte minutos de conversación en el prime-time del viernes no hubo preguntas incómodas y ni una sola referencia a las corruptelas de la familia real. Fue un intento de manipulación emocional e histórica con dos mensajes subliminales: el rey solo piensa en España y España sin la monarquía sería un caos. Sin embargo, el lenguaje corporal del jefe del Estado indicaba la poca sinceridad de sus palabras, por la desviación de su mirada y el movimiento nervioso de las manos. La entrevista fue vacua y se inscribe en la campaña, tan errática como defensiva, emprendida por La Zarzuela y los medios públicos para remendar el prestigio del rey, superado por su conducta y contradicciones y cuestionado por una sociedad enfurecida y mejor informada.
Al bodrio del publireyportaje le siguió una hora de recreo nostálgico para que un acomodado grupo de setentones contaran sus batallitas e insistieran en alabar la transición española con la complacencia que proporciona la mala memoria. Cumplir 75 años es un acontecimiento vital, pero no es razón para celebrarlo con una orgía de mentiras.
Una reflexion muy intereante sobre la denominada » entrevista » al rey de España. Fue realmente patetica y lo que se transmitito es el maentable etado de salud y mental que se encuentra el rey y su descaro en evadir y no querer tratar los problemas,. Un rey cobarde. ¿Que jefe de etado tiene España? Y los servicios de comunicacion de la Zarzuela, un pesima gestion de la imagen del rey. Y un horrible trabajo del entrevistador Jesus Hermida. Si querian laar la imagen del rey , lo que han conseguido ensuciarla mucho mas. Un horror.
Mucha felicidades por ete articulo y su vlentia en la exposicion.
Pues es posible que les haya salido otro género nuevo involuntariamente: el ridireyportaje, pues los mentideros públicos están llenándose de chistes a cuenta de las genuflexiones hermídicas, la naderia del discurso de Voz de Algodón, el pacto -o mas bien la obediencia- a una bateria de preguntas destinadas a engrasar los chirridos del mecano borbónico en su peor año desde que Franco le ungiera allá por los años 60, la inexistencia de preguntas incómodas y obligadas que tendrían que haberle hecho si realmente «esto» fuera una estado democrático…osea, que a los que sufristeis la interviu al parecer os han colado un «paisaje con figuras» supuestamente interactivas.
Una real genuflexión de 20 minutos.
¡Cómo deben de tener las cervicales en Zarzuela/TVE Pictures!
Más que una entrevista… un panegírico infumable.