A la secretaria general y ya exvocera del PP, Cuca Gamarra, le odia la tele y es por su culpa. La antipatizan sus rictus de ira, agresividad y enfado, además de su sonrisa forzada. Ignora que la cámara nos extrae el alma y que comunicamos con todo el cuerpo. Cuando hablamos nos exhibimos y somos vulnerables. ¿No tiene la política riojana quien le aconseje hacer un curso de imagen, oratoria y lenguaje corporal? Hay especialistas que corrigen los tics y defectos de expresión y mejoran la eficacia en las comparecencias públicas. Cuca cree, como muchos jefazos empresariales, que la gestión de la imagen y su retórica es teatro de marionetas y que interesan los hechos objetivos, el qué y no el cómo. Se equivocan, más allá de que en un mundo auténtico solo se valoraría la sustancia.
Una de las peores pifias de Gamarra es confundir vocalizar (“articular claramente los sonidos de una lengua”) con bocalizar, que en ella es el movimiento desaforado de la boca al hablar con excesivo y cómico frenesí. La ex alcaldesa de Logroño cuando habla mueve los 43 músculos faciales y no se concede pausas, lo que la convierte en pasto de memes en redes y chanzas en El Intermedio de LaSexta. Además de su estilo de guiñol, se cierne sobre ella la fama de gafe y cierto patetismo, pues tras su traición a Casado, de quien fue lugarteniente, acompaña ahora a Feijóo en el fracaso de su asalto al poder.
Por sus penurias y demasías Gamarra sufre un gran desgaste, de no tomarse en serio la fiereza de las cámaras, lo que tampoco parece importar a los periodistas oriundos de Radio Euskadi, caso de Xabier Lapitz con sus tertulias en ETB2 hechas en modo radiofónico. La tele es imagen en su plena dimensión: te adaptas, cultivando tu entera presencia y hasta el mínimo gesto, o te ridiculiza.
JOSÉ RAMÓN BLÁQUEZ
Me llamó mucho la atención el nombre de «CUCA» por lo que decidí buscar información, y leo que en España es el diminutivo cariñoso de la Virgen de la Concepción, Carmen o Pilar…pero que en otras latitudes tiene otros significados, tales como astuto, pícaro o sinvergüenza…e incluso lo emplean como sinónimo de «mono o lindo»…y en la jerga popular de algunos países latinoamericanos, se usa para referirse a una herida, cortada en la piel o cicatriz…por lo que también lo utilizan para llamar de esa manera a los genitales femeninos, es decir a la vagina y vulva.
En cuanto al quehacer diario, por supuesto que cada quien es libre de tomar las decisiones que quiera, siempre y cuando no sean perjudiciales para los demás…para no convertirse en prisionero de sus consecuencias.
Ahora bien, nunca debemos olvidar que la causa del presente de todo ser humano es el pasado… y la de su futuro será el presente…y por suerte, como muy bien dijo el sabio, por mucho que avance la mentira, tarde o temprano, la verdad le alcanza, supera y florece.En cuanto al «rostro asegura que es el espejo del alma y los ojos sus delatores»…por lo tanto, eso de cultivar la presencia para adaptarse positivamente a la imágen de los medios de comunicación no estoy muy seguro de si estará al alcance de todos.
Eskerrik asko!!!