Lo paradójico del entierro de ETA, celebrado el viernes en Villa Arnaga, en Kanbo, es que fue un acto feliz. ¿Puede un oficio fúnebre ser alegre? Perfectamente, si el difunto era un criminal con más de ochocientos asesinatos a su espalda y su defunción era nuestro sueño. En la localidad labortana hubo sonrisas, abrazos por doquier y un largo minuto de silencio “en honor de todas las víctimas del conflicto” con la justa solemnidad de un día histórico. Allí estuvo ETB con una magnífica cobertura desde primera hora hasta el final, bajo la batuta de Xabier Lapitz y sus dos mesas de comentaristas, muy plurales. Entre ellos, el exconcejal del PP de Errenteria, Txema Herzog, un hombre bueno, que lucía el lazo azul en la solapa, símbolo en los años 90 del rechazo a los secuestros terroristas, se desprendió de la cinta y la arrojó lejos, diciendo: “Se acabó”.
Creen los tristes políticos y los furiosos mediáticos que se podía haber optado por un funeral de tercera, en vez de uno de primera clase y tanto boato. Fue un réquiem de paz, como el de Fauré, sin Dies irae ni apocalipsis, esperanzado. Quizás en España no lo entienden, pero necesitábamos esta escenificación de efectos balsámicos. Consciente de ello, la televisión pública vasca creó desde el miércoles un ambiente propicio, con Hasiera guztiek bukaera dute, en ETB1, presentado por Xabier Madariaga; y el jueves, en ETB2, con otro especial informativo, Final de ETA, a cargo de Xabier García Ramsden, además de las reposiciones de Oinatz galduak, que arranca en 1968, principio de la tragedia, y Reconciliación,uno de los documentales más hermosos que se hayan producido sobre los damnificados, unos y otros. El maratón informativo fue sobrio, decente y completo.
La declaración conjunta de Iñigo Urkullu y Uxue Barkos en Bertiz pertenece ya a lo memorable de este superviernes. Llega ahora la gestión de los restos del naufragio. Hay una obligación de honroso recuerdo, como hay también derecho al olvido, pese a que la historia que te cambia nunca acaba. Somos futuro y libertad.
Muy interesante su artículo de opinión. Totalmente de acuerdo con usted.
Ya era hora que la televisión pública vasca abordará este tema del funeral de ETA con amplios reportajes y tertulias en la misma mañana que se produjo dicho acto escenificando el final. Y los programas que han dado sobre este tema.
Aunque la declaración fue en Ginebra el día anterior yo creo que era necesario este acto de escenificación emitiendo su declaración del final y funeral con el entierro de ETA.
La televisión pública vasca ha estado dormida en muchos episodios anteriores que no decían nada pero ahora lo ha hecho muy bien.
Muchas felicidades por su artículo.
Uno mira dónde estábamos en 1958 y dónde ahora, y no quiere ni pensar dónde estaríamos ahora, en efecto.
Fue un requiem maravilloso, híbrido entre requiem y boda, pues ambas cosas se dieron, en una marco brillante con un anfitrión muy profesional, el lehendakari iparretarra Etxegarai.
En contraste con Arnaga tenemos el evento sobrevenido de Bertiz, en lo que le gobiernillo para la Ata Navarra llama «Sala de Exposiciones», así, en monolingüe.
Es tan increíblemente patético! Quién necesita a la UPN?
El Sano Regionalismo Español o el PNV, en todo su esplendor.
Dice un diario ultranacionslista hispano que “[…] y es que la voracidad presupuestaria del PNV no tiene fondo: entre otras concesiones el PNV ha arrancado al Gobierno de España la construcción de un carril-bici entre Bilbao y Getxo y la reparación de la barandilla de la Concha por 1’5 € entre otras partidas que… bla, bla, bla […]”.
Reparación de una barandilla y construcción de un bidegorri!!!
JUA, JUA, JUAAAA !!! !!! !!!
Apoteósico.
Catástrofe del Chsllenge.
Dice el corresponsal de BBC Gales en Bilbo:
“[…] the first European final hosted in a non-Six Nations country, San Mames – the 53,000-capacity home of Athletic Bilbao – made for a spectacular backdrop.”
Y continúa:
“However, a patchy crowd contributed to a somewhat underwhelming atmosphere at times despite the entertainment on the pitch.[…]”
O sea, un desastre de público que desmerecía un buen espectáculo en la cancha.
Y por qué? Pues porque la gente de Bizkaia está más adoctrinada en ser una comparsa futbolera del Real Madrid, el Barcelona y trabajar para la FEF, la selección rojigualda y la españolización a destajo del País.
Porque los medios españoles, que son los que ven y escuchan gracias a la autonomía más autónoma del mundo mundial (con Cupo y todo!!!), han ignorado por completo el evento, y lo que no dicen ellos no existe para la masa que nada en el sano regionslismo español folklórico que representa el Athletic de Bilbao, por ejemplo.
Cualquier programa de radio deportivo madrileño desplazado a Bilbao por un día para emitir “a toda España” hubiera convocado a más gente que el rugby de hoy en Santimiñe.
Después de esta catàstrofe, no creo que vuelvan nunca. Y harán bien.
Lo nuestro es el fútbol español.