Viernes 7 de septiembre de 2012
Acudí el jueves a la sede de EITB en Bilbao a la celebración de lo que los organizadores han denominado el “Treinta aniversario de Euskadi Irratia por una parte y de EITB por la otra”. A pesar de que en sus palabras Alberto Surio, director general, nombró de pasada a quienes han trabajado en el mismo proyecto en épocas anteriores, el adanismo y la incultura histórica sigue haciendo mella en este mundo. Es como si uno tiene un accidente y dice que ha vuelto a nacer y en lugar de 76 años dice que tiene treinta. Un absurdo. Dato que por otra parte no se tiene en cuenta en Radio Vitoria a la que se le computa su época anterior. Pero este país es así de poco respetuoso con su historia y con las gentes que han trabajado en un proyecto y dejado lo mejor de su vida en él. Un ejemplo: no se nombró a Josu Zubiaur, que fue el primer director general y a Areizaga se le puso como Antonio cuando todos le conocimos como Andoni..
¿Qué había que haber hecho?.
Insistir que es la cuarta etapa de un proyecto que en su última etapa lleva treinta años. Porque lo demás se está insultando a la inteligencia y a la historia y dado la razón a un dictador sanguinario que quiso acabar con todo lo anterior.
Dicho esto, he de decir que la hora y media que estuvimos en la sala presenciando el acto valió la pena como gala. Los presentadores, Sobera y Serrano estuvieron en su punto. El euskera afortunadamente muy presente. Los sketchs humorísticos muy logrados y graciosos y no cansinos. Los diálogos con algunos de los protagonistas de estos años, ágil y simpático. Los videos del pasado interesantes aunque se ve que EITB carece de un archivo decente o que este tema se trabaja mal. Lo sacado era muy conocido y solo centrado en los que salen en pantalla. Y los parlamentos de Surio y el lehendakari, ajustados al acto, transversales, medidos y equilibrados. Nada que objetar.
Eché en falta una contextualización. EITB no es una espora que nace en un laboratorio por inseminación artificial. Nace en el Parlamento Vasco y en un contexto muy preciso. Y faltó esa parte didáctica, que siempre falta. Como si no existiera. Y existió. Sin aquellas primeras elecciones de 1980 EITB no hubiera nacido.
Le saludé al Lehendakari López y al Lehendakari Ardanza. Me hubiera gustado hubieran estado en primera fila los Lehendakaris Garaikoetxea e Ibarretxe, como todos los directores generales. Le saludé a Iñaki Zarraoa, que lo fue, pero no vi (igual si estuvieron), Ortuondo, Gorordo y Ortuzar, así como los directores de ETB (Iriondo, Amatiño, Koldo Anasagasti, Bingen Zupiria, Idigoras) y de Radio Euskadi. También los Consejos de Administración. Por lo menos el primero, del que nació el Ente. Estaban los actuales, pero se olvidaron de los que hace treinta años lo hicieron posible y, lo que se conmemoraba no es el actual consejo, sino aquel primero. ¿O no?.
Yo estuve con Carmelo Garitaonandia que no estaba allí como consejero de aquel primer consejo, sino como vicerrector de la Universidad. El protocolo pues y las listas que se tienen fueron un desastre.
Si se conmemora el treinta aniversario de aquel hito, se debería haber hecho un esfuerzo especial en recordarlo tal y como fue y no tanto en la trayectoria de programación, que es lo más fácil, pero me da que entre que no hay memoria histórica y, que no hay archivos y que se quiso hacer una faena de aliño andando siempre a la pata la llana, se hacen las cosas pero sin un rigor mínimo. El espectáculo bien, el recuerdo, escaso. Nada sobre el doblaje, nada sobre la Forta, nada sobre cómo nació ETB-2, nada sobre la diáspora. Solo lo visual, pero sin la gente que no sale en pantalla.
De todas maneras el espectáculo como tal estuvo correcto porque la mayoría de la gente no se fija en estos detalles, y en esta sociedad del espectáculo solo se prima que la fiesta debe continuar, pero apena que se desaprovechen fechas redondas para realzar un trabajo de tanta gente y de tanta ilusión y que no quede para la historia en un CD. A ver si cuando cumplen cincuenta, de su cuarta época, se esmeran un poco más.