Miércoles 19 de septiembre de 2012
Este lunes, Juan Carlos de Borbón les dijo a los periodistas que se metieran en la web de la Casa Real.El Urdaci a su servicio, Javier Ayuso, había puesto en circulación en su boca la palabra “quimera” para referirse a las propuestas democráticas de una sociedad harta. Ayuso sabía que cualquier mención a la unidad de España tiene plena aceptación en Madrid y su corte. Pero ¿qué ha logrado?. Que los monárquicos sigan siendo tan monárquicos como siempre, entre ellos los socialistas juancarlistas, pero que los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos así corno los republicanos españoles sepamos que un Borbón hará cualquier cosa por conservar su corona. Como balance decir que ha cabreado a la mayoría de los catalanes que por fin lo ven como el descendiente de Felipe V.
El rey al parecer está preocupado por la ruptura de la cohesión española. No lo está por la ruptura de la cohesión de su familia, ni por la ruptura de su relación con la reina a la que veja en público. No, de eso no se arrepiente. Nunca le preocupó el Gal, solo ETA, como jamás dijo una palabra sobre un criminal que lo dejó de heredero. De eso nunca se arrepiente. Solo, como a su padre, le preocupa la unidad de España. De eso vive.
He oído a sus hagiógrafos decir que el rey trata exquisitamente a los nacionalistas. Flaca memoria. Le dijo a Patxi López en Deusto que a ver cuando le quitaban a Ibarretxe para pasar a decirle a Basagoiti que ayudara a López. Exquisita neutralidad. La misma que tuvo conmigo cuando le llevé una carta del presidente del EBB denunciando las arremetidas de Aznar. Mutis por el foro. El mismo mutis ante la guerra de Irak, pero lo importarme es la unidad de España.
Dicen que arbitra y modera. Nunca he visto su papel de arbitraje, ni de moderación. Parto de la base que el 23-F lo provocó su frivolidad, por lo que no me impresiona que un señor que ve amenazada su realeza las tache de quimera. Bueno, él no, ya que es incapaz de saber qué es eso, sino su amanuense Ayuso.
El mismo Ayuso que le recomendó ir a la casa de Carrillo el lunes a dar el pésame a la familia. No fue a dársela a su consuegra cuando falleció Juan Mari Urdangarin, pero si va a la casa de Carrillo. Tampoco fue cuando murió Delibes. Era, más importante irse a Qatar. Y entiendo lo de Carrillo. Su aceptación de la monarquía le ha permitido 37 años de reinado.
Mejor hubiera hecho Carrillo en seguir manteniendo toda su vida lo que decía de Juan Carlos cuando estaba exiliado en París. Su aceptación de la bandera, marcha real y monarquía fue la puntilla a un partido comunista que perseguía la quimera del paraíso igualitario en la tierra. La legalización del PC aquel sábado santo de 1977 lo metió en sociedad pero lo hundió políticamente. Cuarenta años de un franquismo hablando perrerías del rojo separatismo solo le dio en las elecciones de junio de 1977 una escasa renta. Su estalinismo posterior hizo que lo expulsaran del PC. No aguantó a Lertxundi a Gerardo Iglesias ni a Cristina Almeida porque era él y solo él. Un rey comunista, amigo de Ceaucescu y de Stalin. ¡Si Uzturre levantara la cabeza y escribiera sobre Carrillo!.
Despojado de quimeras y de poder político entró en la historia por su aguante, su salud, su nicotina. Y se hizo entrañable.
Yo le traté bastante e incluso estuve en un programa de TVE con Fraga, Alzaga y él donde casi salimos a tortas pues Fraga le sacó lo de Paracuellos del Jarama, algo sobre lo que escribió Jesús de Galíndez que supo de aquella barbaridad.
Escribió bien sobre Ibarretxe. Cuando María Antonia Iglesias le organizó una simpática encerrona por su noventa cumpleaños y a la que fui y a la que fue el lehendakari, se reconcilió con mucha gente. Hoy me gustaría rescatar su discurso de aceptación del Premio Sabino Arana y una serie de artículos escritos en El País donde argumentaba que en España solo había dos peticiones serias de autogobierno, la vasca y la catalana y que si no se abordaba esto, España no tenía remedio.
El, ya no lo tiene. Tipo listo, culto, batallador, irónico y familiar. Parte de su éxito ha estado en el aguante de su mujer, una gran dama.
El que no tiene remedio es el Borbón.
Una irrupción como la del lunes hablando en su web de unidades y quimeras solo tendría credibilidad si estuviera basada en la ejemplaridad del personaje y en que no solo hablara de la unidad de España sino nos ilustrara dónde ha pasado sus vacaciones, que pasa con sus amantes, porqué cobra comisiones cuando hace «gestiones de estado» y minucias de estas. Mientras esto no ocurra, la web de Ayuso tendrá la misma penetración en la opinión como una pistolita de agua. Es decir, nada. Como el humo de los cigarros de Carrillo que a unos les mata y a otros, como a Santiago, lo han mantenido vivo 97 años