Aquella petición de Julio Jauregui al Presidente Suárez

Domingo 23 de septiembre de 2012

Una cierta saturación, el día a día, intereses cruzados y bastante desidia, nos hace a veces perder perspectiva política. Por eso, de vez en cuando, conviene mirar atrás para poder  proyectarnos hacia el futuro y que no nos metan gato por liebre.

Hace cincuenta años en Alemania, con presencia masiva vasca, se estuvo en lo que la dictadura llamó El Contubernio de Munich. Dirigentes del interior y del exilio se dieron la mano por primera vez. Sobre la mesa se pusieron tres demandas: Democracia en Europa, República y Autonomía para Euzkadi y Catalunya. No para Murcia, con todos los respetos. Este año 2012 el recuerdo del cincuentenario pasó desapercibido. Era lo que se buscaba. Que no se hable de estas cosas. Les deja en evidencia.

En 1976 Franco llevaba un año en el Valle de los Caídos, pero la estructura de su régimen, aunque podrida, estaba intacta. Designado presidente Adolfo Suárez éste buscó interlocutores en la oposición. Y había que elegir un vasco. Todos los partidos, salvo lo que sería HB, eligieron a Julio Jáuregui para que les representara ante el poder central.

Julio Jauregui tenía una trayectoria acreditada. Había sido en 1936 diputado con 26 años. Elegido junto a José Antonio Aguirre y Eliodoro dela Torrepor la provincia de Bizkaia no pudo ejercer su mandato. Unos militares felones se sublevaron en África. Un comprometido exilio lo había curtido. Era un negociador nato.

El 10 de diciembre de 1976 el presidente Suárez le recibió secretamente en Madrid. La ikurriña no estaba legalizada. Jauregui le trasladó dos demandas ineludibles: la amnistía total y la recuperación del estatuto del 36. Fue un primer cambio de impresiones.

El 11 de enero de 1977, la fotografía de Felipe González, Antón Canyellas, Julio Jáuregui y el monárquico Joaquín Satrustegui anteLa Moncloa, dio la vuelta al mundo. La reunión duró tres horas. Se trató fundamentalmente de la legalización de todos los partidos, de la salida de los presos y de la necesaria autonomía, haciendo una clara distinción entre nacionalidades y regiones.

Quiero resaltar que a esta primera reunión pública de la oposición con un gobierno todavía no democrático, acudieron cuatro representantes. Un socialista, Felipe González, un liberal monárquico, Joaquín Satrústegui, un catalán, Antón Canyellas y un vasco, Julio Jauregui.

Y es que en ese momento solo había dos demandas de autogobierno. Solo dos.

Aquel enero fue el mes de la ikurriña, de la prohibición de la concentración de Etxarri Aranaz y de la actividad intensa de Jáuregui zurciendo acuerdos y ganándose voluntades. Aquel mes de marzo el PNV salía públicamente de la clandestinidad tras su Asamblea nacional celebrada en Iruña. Se aprobaron cuatro ponencias clave: política, organización, educación y cultura y economía y se renovaron todos sus cuadros. Terminó la misma con un gran mitin en el Pabellón Anaitasuna. Fue el gran reencuentro. Julio Jáuregui tomó la palabra y dijo:

-No hemos ido a Madrid a hablar con el gobierno para negociar la amnistía. El PNV no necesita consejos de nadie y sabe que la amnistía no es negociable.

-Estamos dispuestos a presentar querella criminal contra el Tribunal Militar de Burgos por incumplimiento del decreto real sobre la amnistía, por no haber enviado los testimonios de sentencia ala Audiencia Nacional.

-La guerra de Franco y sus seguidores fue el delito de sangre más grandioso que conoce la historia.

Por esto último, casi le procesan.

Al poco se abordaron estos asuntos en función de aquellas dos demandas que se le entregaron a Suárez en documento escrito el 3 de febrero de 1977. La comisión negociadora había pasado de cuatro a nueve: Antón Canyellas (UDC), Santiago Carrillo (PCE), Felipe González (PSOE), Francisco Fernández Ordoñez (Socialdemocracia), Julio Jaúregui (PNV), Valentín Paz Andrade (Galicia), Jordi Pujol (CDC), Enrique Tierno (PSP) y Satrustegui (Liberales).

De aquel documento entresaco solo tres apartados:

1. La descentralización del Estado para adecuarlo a las exigencias que plantean el carácter plurinacional y plurirregional de España, es una necesidad urgente impuesta por el propio proceso democrático, a fin de que su curso llegue a cubrir los mínimos de credibilidad a que aspira esta negociación.

2. Las fuerzas representativas de las nacionalidades podrán y deberán realizar una negociación paralela y complementaria con el Gobierno, a fin de desarrollar con mayor amplitud y profundidad las exigencias que le son propias.

3.La Comisión Negociadoraurgirá del Gobierno el restablecimiento de las instituciones emanadas del consensus popular en las nacionalidades catalana, gallega y vasca, o la creación inmediata de organismos que garanticen la recuperación o consecución de autonomías, en la confianza de que ello servirá para normalizar la convivencia ciudadana.

Estamos hablando de 1977. Nadie hablaba de Madrid como Autonomía. Nadie.

Con esta base vino la discusión constitucional en 1978. Y allí se libraron entre otras, dos batallas muy importantes. Una fue articular donde residía la soberanía nacional. Nuestra enmienda decía que ésta residía en los pueblos que componen el estado. Pero salió por acuerdo del PSOE, UCD y AP que la única soberanía residía en el pueblo español. Como si fuera uno, grande y libre. Se perdió la gran oportunidad, pero para paliar el mazazo se matizó diciendo que el estado estaba compuesto por “nacionalidades y regiones”. Ante ello la derecha puso el grito en el cielo. A toda nacionalidad le corresponde una nación y ésta, para ellos, solo puede ser la española. Sin embargo la distinción salió. Ahí está intocada en el artículo 2.

Aquel debate fue muy intenso. Miquel Roca Junyent en nombre de “Minoría Catalana” hizo uso de la palabra para oponerse al voto particular presentado por el Grupo parlamentario de AP. “Ha dicho Don Licinio dela Fuente(AP) -y quiero decir que en esto coincidimos plenamente y lo digo con toda sinceridad- que «nacionalidades» y «nación» quieren decir exacta­mente lo mismo. Es verdad, quieren decir absolutamente lo mismo”. Más adelante añadió: “En el Derecho moderno las naciones han ten­dido a confundirse con la realidad del Estado. Esto ha creado dos conceptos: el de la nación-Estado y el de naciones sin Estado. Estas naciones sin Estado es lo que ha venido en llamarse «nacionalidades».” (…) “España es una realidad plurinacional”.

A la derecha española aquello no le gustó. En la reunión dela Junta Nacionalde AP celebrada el 30 de octubre de 1978, se debatió la actitud a adoptar ante el referéndum constitucional. Votaron en contra del Título VIII y acordaron mantener una severa crítica contra la inclusión del artículo2 acuenta de la palabra “nacionalidades” porque iba contra el principio de unidad dela Naciónespañola. Le dieron una importancia que hoy se la quitan o la ignoran. Pero ahí está. Establece la diferencia.

Termino con dos conclusiones.

1.- En tiempos dela Repúblicasolo se aprobaron dos estatutos. El catalán y el vasco. El gallego fue plebiscitado. La guerra lo impidió. Durante cuarenta años, solo la llama de ésta reivindicación fue mantenida en Euzkadi, Catalunya y Galiza. Por nadie más.

2.- Al inicio de la transición, solo había éstas tres demandas. Posteriormentela Constitucióndejó claramente definida la existencia de “nacionalidades y regiones”. El 23-F,la Loapa, la presión militar, la política de UCD, AP, PP y el PSOE, el café para todos, han creado este Frankestein español del Estado de las  Autonomías donde ya no hay naciones, ni regiones y donde no se ha querido abordar la asimetría y singularidad del estado.  Todo esto acaba de estallar y es insostenible y mientras no vuelvan a conectar con las demandas reales de la sociedad como en 1978, éste estado comatoso, no saldrá adelante. O asumen que en este estado solo hay tres naciones históricas y formulan un planteamiento confederal que dé salida a Cataluña, o lo ocurrido el pasado 11 de setiembre en Barcelona no hará más que crecer. Y la responsabilidad será exclusivamente de ellos. ¿Madrid nacionalidad?. ¡Vamos hombre!.

 

Recomiendo exposición sobre el Cinturón de Hierro en Berango

Sábado 22 de septiembre de 2012

Este sábado, en la Casade Cultura de Berango, se ha inaugurado  una Exposición que me dicen va a ser permanente sobre el Cinturón de Hierro. Es un trabajo que han hecho conjuntamentela Fundación Sanchode Beurko y el Ayuntamiento de esta localidad.

Y vale la pena porque, casi sin medios han hecho algo magnífico y muy didáctico. Planos, fusiles, pistolas, maniquies de gudaris, de pilotos, insignias, portadas de periódicos italianos y fascistas, posters, fotografías  y una narración en paneles de lo que fue aquello. Y todo montado con criterios museísticos muy claros.

La alcaldesa Landa, el concejal Miñambres, Guillermo Tabernilla y Julen Lezamiz, y varios voluntarios, que han trabajado a destajo para lograr su inauguración este sábado, han sido los anfitriones. Y este trabajo se ha de conocer. Luego nos han proyectado una película hecha porla Asociación Sanchode Beurko sobre el ultimo día del Cinturón de Hierro. Se trata de una recreación, en los propios bunkeres y casamatas, de lo que fue aquella desigual batalla. Y de la muerte de los gudaris.

Se encontraban también responsables de Ediciones Beta que ha editado varios libros de recuperación histórica.

Allí estaban como invitados Luis Gezala dela Fundación SabinoArana, Txomin Saratxaga ,Iban Gorriti, José Luis dela Granja, y bastante gente joven. Del ayuntamiento de Berango los cinco concejales del PNV, solo uno de Bildu, ninguno del PP, ni de IU. A eso se le llama sensibilidad porla Memoria Histórica.

Entiendo que el PP no esté. Son los herederos de los que rompieron el Cinturón de Hierro y de aquel ingeniero que se pasó con los planos del mismo a los militares rebeldes. Alejandro Goicoechea fue, bajo la dictadura,el creador del TALGO (Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol). Los vascos  traducían aquellas siglas de otra manera. TRAICIONO AL GUDARI, ODIARLE.

Todo ésto es ya historia, pero lo que han hecho en Berango, ojalá sea el embrión de un Museo Nacional Vasco que nuestras estúpidas peleas territoriales han impedido siempre el que se haga.

 

Sr. Borbón: Carrillo solo ha dejado humo por no perseguir quimeras

Miércoles 19 de septiembre de 2012

Este lunes, Juan Carlos de Borbón les dijo a los periodistas que se metieran en la web de la Casa Real.El Urdaci a su servicio, Javier Ayuso, había puesto en circulación en su boca la palabra “quimera” para referirse a las propuestas democráticas de una sociedad harta. Ayuso sabía que cualquier mención a la unidad de España tiene plena aceptación en Madrid y su corte. Pero ¿qué ha logrado?. Que los monárquicos sigan siendo tan monárquicos como siempre, entre ellos los socialistas juancarlistas, pero que los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos así corno los republicanos españoles sepamos que un Borbón hará cualquier cosa por conservar su corona. Como balance decir que ha cabreado a la mayoría de los catalanes que por fin lo ven como el descendiente de Felipe V.

El rey al parecer está preocupado por la ruptura de la cohesión española. No lo está por la ruptura de la cohesión de su familia, ni por la ruptura de su relación con la reina a la que veja en público. No, de eso no se arrepiente. Nunca le preocupó el Gal, solo ETA, como jamás dijo una palabra sobre un criminal que lo dejó de heredero. De eso nunca se arrepiente. Solo, como a su padre, le preocupa la unidad de España. De eso vive.

He oído a sus hagiógrafos decir que el rey trata exquisitamente a los nacionalistas. Flaca memoria. Le dijo a Patxi López en Deusto que a ver cuando le quitaban a Ibarretxe para pasar a decirle a  Basagoiti que ayudara a López. Exquisita neutralidad. La misma que tuvo conmigo cuando le llevé una carta del presidente del EBB denunciando las arremetidas de Aznar. Mutis por el foro. El mismo mutis ante la guerra de Irak, pero lo importarme es la unidad de España.

Dicen que arbitra y modera. Nunca he visto su papel de arbitraje, ni de moderación. Parto de la base que el 23-F lo provocó su frivolidad, por lo que no me impresiona que un señor que ve amenazada su realeza las tache de quimera. Bueno, él no, ya que es incapaz de saber qué es eso, sino su amanuense Ayuso.

El mismo Ayuso que le recomendó ir a la casa de Carrillo el lunes a dar el pésame a la familia. No fue a dársela a su consuegra cuando falleció Juan Mari Urdangarin, pero si va a la casa de Carrillo. Tampoco fue cuando murió Delibes. Era, más importante irse a Qatar. Y entiendo lo de Carrillo. Su aceptación de la monarquía le ha permitido 37 años de reinado.

Mejor hubiera hecho Carrillo en seguir manteniendo toda su vida lo que decía de Juan Carlos cuando estaba exiliado en París. Su aceptación de la bandera, marcha real y monarquía fue la puntilla a un partido comunista que perseguía la quimera del paraíso igualitario en la tierra. La legalización del PC aquel sábado santo de 1977 lo metió en sociedad pero lo hundió políticamente. Cuarenta años de un franquismo hablando perrerías del rojo separatismo solo le dio en las elecciones de junio de 1977 una escasa renta. Su estalinismo posterior hizo que lo expulsaran del PC. No aguantó a Lertxundi a Gerardo Iglesias ni a Cristina Almeida porque era él y solo él. Un rey comunista, amigo de Ceaucescu y de Stalin. ¡Si Uzturre levantara la cabeza y escribiera sobre Carrillo!.

Despojado de quimeras y de poder político entró en la historia por su aguante, su salud, su nicotina. Y se hizo entrañable.

Yo le traté bastante e incluso estuve en un programa de TVE con Fraga, Alzaga y él donde casi salimos a tortas pues Fraga le sacó lo de Paracuellos del Jarama, algo sobre lo que escribió Jesús de Galíndez que supo de aquella barbaridad.

Escribió bien sobre Ibarretxe. Cuando María Antonia Iglesias le organizó una simpática encerrona por su noventa cumpleaños y a la que fui y a la que fue el lehendakari, se reconcilió con mucha gente. Hoy me gustaría rescatar su discurso de aceptación del Premio Sabino Arana y una serie de artículos escritos en El País donde argumentaba que en España solo había dos peticiones serias de autogobierno, la vasca y la catalana y que si no se abordaba esto, España no tenía remedio.

El, ya no lo tiene. Tipo listo, culto, batallador, irónico y familiar. Parte de su éxito ha estado en el aguante de su mujer, una gran dama.

El que no tiene remedio es el Borbón.

Una irrupción como la del lunes hablando en su web de unidades y quimeras solo tendría credibilidad si estuviera basada en la ejemplaridad del personaje y en que no solo hablara de la unidad de España sino nos ilustrara dónde ha pasado sus vacaciones, que pasa con sus amantes, porqué cobra comisiones cuando hace «gestiones de estado» y minucias de estas. Mientras esto no ocurra, la web de Ayuso tendrá la misma penetración en la opinión como una pistolita de agua. Es decir, nada. Como el humo de los cigarros de Carrillo que a unos les mata y a otros, como a Santiago, lo han mantenido vivo 97 años