Martes 30 de julio de 2013
No hay manera de que un símbolo de la dictadura deje de ser un símbolo de la dictadura. El Valle de los Caídos, construido a mayor gloria del régimen y del dictador, seguirá ahí para vergüenza de las democracias europeas. Si en Berlín no hay un monumento a Hitler, ni en Roma una a Mussolini, España sigue siendo diferente y ahí está enterrado el dictador a sesenta kilómetros de Madrid como curiosidad de turistas y recuerdo de una satrapía de cuarenta años.
La noticia es que el Tribunal Supremo ayer archivó la querella porque según dicen mis opiniones no contienen un contenido vejatorio ni discriminatorio, sino una crítica acerba por entender que tal monumento rinde homenaje a Franco pero no incitación a la violencia. El comentario que quiso ser simbólico de que aquello había que destruirlo me costó una denuncia de la Asociación de Defensa del Valle de los Caídos.
Lo malo es que después de un debate sobre qué hacer con este Valle, no ha habido manera de que el PP facilite convertirlo en un lugar transversal de rechazo a las guerras y de apuesta por la reconciliación. Lo que habría que hacer es sacar a Franco de ahí y convertir dicho lugar en algo que supere la inmensa tragedia que fue aquella guerra incivil desatada por unos militares golpistas contra un gobierno legítimo y con ayuda del nazi fascismo internacional.
Una pena.
Y una noticia que ha pasado desapercibida. Pero son las que dan el paisaje a este país.
Estimado Iñaki : estoy contigo en que el Valle de los caídos tiene que reconvertirse en un lugar para recordar los horrores de la guerra civil española y mandar a Franco a otro sitio.
Aunque en pleno Bilbao, en plena gran vía , seguimos teniendo al águila imperial , bien grande y aunque sin el yugo y las flechas, nos sigue recordando a la mayoría que todavía el franquismo no se ha borrado de nuestro país. Habrá que darle un nuevo empujoncito para que caiga de una vez