EL lehendakari López está deprimido, profundamente contrito. Los demoledores datos del último Euskobarómetro, unidos a los catastróficos resultados del 22-M, le han arrojado para siempre del paraíso de ficción en el que estaba instalado y ya no puede seguir escondiéndose de la realidad. Ahora, como Zapatero, es un dirigente en declive que administra con amargura la última etapa de su gobierno y se limita a resistir pertrechado tras los muros de Ajuria Enea confiando en que escampe. El síntoma perfecto de la decadencia de un proyecto es la negación de la propia discapacidad (la anosognosia) y la imputación del fracaso a las condiciones externas y la incomprensión ajena.
Por eso, la política padece tanto deterioro, porque esquiva su autocrítica y busca a los culpables en todas partes menos en su mismo seno. López y su equipo reflejan como nadie el descalabro democrático de nuestro tiempo al achacar su impopularidad a la coyuntura económica y sus efectos, eludiendo su margen de ilegitimidad original, las contradicciones de sus pactos y su empeño en gobernar contra las urnas y las mayorías.
La dolencia de López, deducible de sus silencios y sus escasas explicaciones, proviene de un sentimiento de impertinencia hacia la mayoría social. Habiendo abandonado la racionalidad, este lehendakari siente que los ciudadanos son injustos, ingratos, crueles e impacientes; en suma, impertinentes, por desconsiderar el esfuerzo realizado por su gobierno y manifestar su descontento y su ansiedad en medio de las graves dificultades que le ha tocado gestionar.
Si entendemos la impertinencia como «importunidad molesta y enfadosa», López no comprende por qué la gente no aprecia su talento y no percibe su voluntad de servicio. Incluso siente que las encuestas son también una insolencia, ganas de perturbar la delicada misión de liderar Euskadi, un coro de agitadoras que condicionan la opinión y la pervierten. Y así, López está muy enfadado con el 68% que declara su nula o poca confianza en el Gobierno vasco «para sacar adelante los problemas del país» y con el 56% que osa evaluar negativamente el quehacer de un proyecto inédito. Lo dicho: una insoportable impertinencia colectiva.
En su emocional desconsuelo, López cree que todos, incluso los más cercanos, se han vuelto en su contra. Ocurre que el Euskobarómetro, dirigido por un destacado socialista, el profesor Llera, se ha convertido en uno de los principales instrumentos de la oposición nacionalista al surtirla de certezas sociales que refutan al Gobierno españolista y el pacto PSE+PP que lo mantiene. Se engaña si cree que los suyos le traicionan, porque el último Euskobarómetro, como los cuatro anteriores, no ha hecho sino confirmar lo que las urnas dictaminaron el pasado 22-M.
Una aportación singular del estudio dirigido por Llera es la rotunda reprobación de su colega y conmilitón Víctor Urrutia, responsable del Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno vasco, quien en una esperpéntica encuesta oficial pocos días después de las elecciones municipales y forales cifró en 147.000 los ciudadanos que hubiesen cambiado su voto a la vista de los resultados finales. Parece que no se han coordinado bien los mensajes o ha fallado el bucle partido-gobierno, principio del fin de todo desastre estratégico.
La realidad de Euskadi es tan contundente que, a la hora de minimizar los daños del Euskobarómetro, la única caridad que han podido hacer a López sus autores ha sido retrasar lo más posible la presentación del estudio. Si en años precedentes el informe de mayo se hacía público a finales de junio o primeros de julio, esta vez lo han entregado en los umbrales de agosto para que el impacto de los apabullantes datos -con las prioridades ciudadanas puestas en la playa y las vacaciones- fuera el menos perjudicial para el lehendakari. Otra vez la técnica franquista de malversar la verdad con artimañas.
Retratada la situación con un 67% de contrarios a la coalición gobernante y un apoyo del 32% a la actuación del PNV en la oposición, junto con los datos de reprobación al Gobierno López, que han empeorado en el último semestre con tendencia al cataclismo, me pregunto con qué ilusión pueden ir a trabajar los consejeros, viceconsejeros, directores y otros cargos socialistas a sus despachos de Lakua sabiendo que el refrendo a su labor es casi marginal, un 18%.
¿Qué planes, leyes o iniciativas válidas pueden elaborar quienes, a juicio de los ciudadanos, no responden a sus expectativas ni merecen su confianza? ¿Con qué ánimo afrontarán el servicio público quienes son conscientes de su radical interinidad y precariedad social? Solo el cinismo o la ambición personal pueden soportar un gobierno carente de suficientes apoyos legítimos. ¿O quizás lo sostiene una pulsión frentista, construida sobre viejos rencores y revanchas? En estas circunstancias lo lógico es que el abatimiento se contagie y extienda por todos los departamentos y se proyecte en sus mensajes, justificativos, acríticos, delirantes y a la defensiva. Los rostros de tristeza de Aguirre, Bengoa, Ares, Celaá, Arriola, Zabaleta y, específicamente, de la portavoz Mendia son la imagen del sentimiento de derrota que descompone a todo un gobierno, desacreditado por su nulidad gestora y política e impugnado por la democracia y la demoscopia.
El sentimiento de impertinencia de López para con la mayoría contrasta con el estado emocional de Euskadi, esperanzado más que nunca en una paz definitiva y la concordia. Quizás el PSE hubiera deseado que la nueva situación se hubiera producido con un mapa político distinto del actual; pero hay que reconocer, más allá de los anhelos particulares, que las circunstancias son inmejorables: la izquierda abertzale no solo está legalizada, sino que además gobierna en numerosos municipios y la Diputación guipuzcoana; el mapa político se está racionalizando y ningún partido tiene respaldo para imponer proyectos unilaterales, lo que obliga a grandes acuerdos transversales. En este contexto, López y el PSE tienen que identificar el origen de su tristeza mediante una lectura serena de los datos electorales y el Euskobarómetro. La desazón que les aflige tiene su núcleo en el pacto antinacionalista. Esta alianza les ha prestado el poder provisional a cambio de derechización, pérdida de iniciativa política, atrincheramiento ideológico, homologación españolista y degeneración democrática. Ningún consenso alternativo estratégico de país será posible en tanto se mantenga el muro de la vergüenza que divide a los vascos en constitucionales o rebeldes, por sentimientos de pertenencia.
Lo peor que podría hacer López para remediar su desconsuelo, como hacen los fracasados esenciales, es echarle la culpa a la mala suerte porque su llegada a Ajuria Enea ha coincidido, maldita sea, con la crisis económica. Esta píldora calmante puede engañar el dolor por un tiempo; pero solo servirá para aprovisionarse de frustración. La enfermedad requiere cirugía urgente y la extirpación del tumor maligno PSE+PP.
http://www.deia.com/2011/08/06/opinion/tribuna-abierta/sentimiento-de-impertinencia
Como siempre Muy buen articulo, sigue asi
Eskerrik asko, Tommy. López es una fuente inagotable de inspiración desesperante.
Brillante como siempre. Apuntaría que el gobierno Lopez hace lo que el PP manda, y acaban mimetizándose ambos.
El coste político de
una gobernanza ilegítima exclusivamente identitarista , y para mas esperpento, de la identidad minoritaria y foránea, que actualmente tiene una prima de riesgo por las nubes, con una desastrosa,errante,e inconsistente, gestión económica con una ausencia escandalosa de consensos con los agentes y mayorías sociales, absolutamente necesarios en en esta durísima crisis
se lo esta comiendo crudo únicamente el PSE, haciendo Lopez de txontxongilo del PP. Esto si que es lo mas ridículo en política: hacer lo que dicta el enemigo politico ( el PP, el enemigo de los obreros) y asumir encima enteramente su coste político, hasta el punto de que a lo mejor los diputados que le vayan a faltar a RB para sentarse en la Moncloa son los que va a perder Lopez en Euskadi. ES LA ANTIESTRATEGIA POLITICA. LA BURROLOGIA POLITICA EN SU MAXIMA EXPRESION. COMO DESPEÑAR UN PARTIDO POLITICO EN DOS AÑOS EN FAVOR DEL ENEMIGO POLITICO. QUEDARA ESCRITO EN LOS ANALES DE LA HISTORIA
López es el ejemplo de la pobreza política del socialismo vasco de hoy: sin formación, sin carácter, ambicioso, jactancioso. Es lo que hay en el PSE. Poca cosa.
Por cierto: hara campaña Lopez a favor del PP a cambio del apoyo de Basagoiti?
Lo veremos. Pero cabe esa posibilidad.
Di que si, Desmarcaos. En el PSE hay poco o nada. Menos mal que nosotros tenemos a Egibar (EGB), Urkullu (maestro de eskola) y Ortuzar (periodista por la UPV). Si es que a listos no nos gana nadie a los vasco, oyes. Y el articulo una joya mas, que a ver que se creen estos españoles que porque ganen las elekzioias van a poder gobernar, faltaria mas, que fascistas. Aurrera Bolie!
Tu ironía me descoloca. ¿Maestro de eskola? ¿Periodista de la UPV? También yo salí de la UPV. Que yo sepa los españoles no ganaron las elecciones. Las ganó el PNV (a 5 escaños y 80.000 votos de distancia sobre el segundo, el PSE) y solo mediante la ilegalización de la izquierda abertzale pudieron unirse PSE+PP para desalojar al ganador. Un gobierno antinacionalista como el de López está condenado al fracaso. No se puede gobernar contra la mayoría.
Lopez es incapaz incluso de entender este articulo.No pinta nada en la vida,nunca ha pintado nada.A que espera el desgobierno para abandonar el pais de los vascos?.Estamos asistiendo hace meses a un funeral que se prolonga en demasia para un pueblo que está harto de gente mentirosa,inculta y sobre todo cinica.Para los proximos comicios tan solo espero y creo que la mayoria de los ciudadanos también,hagamos un acto de cordura y saquemos de nuestras vidas esta etapa tan triste de esta nueva dictadura PPSOE.
Excelente árticulo. Estoy totalmente de acuerdo con este escrito., En las elecciones autonomicas celebradas en marzo de 2.009, gano las elecciones el PNV, y debido a un pacto legal, pero anti natural, el PSE pacto con el PP. ¿Quien puede entender que un partido socialista , que segun ellos en su ideario esta luchar por los derechos de los trabajadores, se unen con el PP, que en su lucha es favorecer al poder economico?. He citado algunos principios,esto no lo entiende nadie. Han hecho valer el principio, el fin justifica los medios como enunciaba el principe Maquiavelo. Y por supuesto que todo no vale, para robar el sillon tan noble , como es la Lehendakaritza. Les ha pasado factura, y ami juicio les seguira psando mucho mas. Lo malo que lo vamos a pagar todo el pueblo. U encima López tiene el valorde ampararse en la crisis, y echar la culpa a otros.
Me gustaria que por una vez López, (me niego a llamarle Lehendakri, a una persona que ha usurpado este titulo tan representativo para todos los vascos), admita su error conjuntamente con todo el gobierno y PSE, y se vayan . Seria lo unico decente que harian. Reitero mis felicitaciones por la valentia del escrito, realizado sin complejos. Hace falta en Euskadi, personas asi. Enhorabuena.
Lo mas triste de todo es que la historia se volverá a repetir y un puñado de nostálgicos de los milicianos, de las chekas, del paraiso ruso, del ateismo, de la incultura, del «lo tuyo es mio y lo mio tambien» etc etc. repetiran su voto a quines les han arruinado a ellos y a sus hijos y nietos, pero la venganza les hace sentirse importantes y felices, con semejante masa de descerebrados nunca se podrá llegar a nada positivo
José Luixi Bilbo-Bilbao es el máximo exponente de lo que hay en el PSE actúal:Ignorancia y chulo-putismo a mansalva.Una banda de cutres afincados en los mundos de Yupi.Una banda de acomplejados y resentidos incapaces de asumir que gobiernan por pucherazo y desde la minoría en contra de la mayoría.Una banda catetos y gandules que llevan dos años confundiendo un «espejismo» con un «oasis».
Excelente artículo.
Estoy de acuerdo en prácticamente todo lo que dice el Sr. Blázquez, pero dejando las consideraciones politicas con las cuales coincido, le rogaría al Sr. Blázquez que cuando se refiera a las entidades o personas de Gipuzkoa, sea consecuente y los denomine como gipuzkoanos y no guipuzcoanos, muchas gracias.
Bueno, no hay inconveniente, Juan Carlos. A veces tengo dudas de cómo escribir, si gipuzkoanos o guipuzcoanos. De hecho, suelo escribir también vizcainos en vez de bizkainos. Lo haré como dices.
Un saludo.
Completamente de acuerdo. Deberían los periódicos tener un libro de estilo al respecto. Hoy por hoy cada uno va a su aire. Tiene que haber un criterio común.
El tal joxe luixi ese no tiene precio. Cómo se pueden decir tantas tonterías en tan poquito espacio. Chulo y faltón sin el mínimo argumento ( a ver si ahora va a resultar que ser licenciado por la UPV es un demérito… y lo dicen los sociatas del PSE que no tienen la mínima formación, en fin), seguro que es el que escribe sus discursos al superperdedor Pastor (por cierto, luixi, ese también es maestro de escuela… pero en él te parece algo cercano al éxtasis místico, ¿no? aupa tú).
Buen artículo, aunque no dice nada que no comentemos todos los días en la calle. Agur PSE, betirako.