La tele no vota

http://www.youtube.com/watch?v=Jvwt6y5T0jU

Al candidato del PP andaluz, Arenas, se le adelantó bruscamente la Semana Santa, con su dolorosa pasión y cruz,  todo lo contrario que a Griñán, el líder socialista, que el Domingo de Resurrección le llegó por anticipado cuando ya se le daba por muerto y sepultado. ¡Qué gran espectáculo la paradoja de los rostros felices de los perdedores y los rictus afligidos de los vencedores! La escenificación gestual de los políticos en la noche electoral pertenece a un género de comedia que proporciona a los alumnos de arte dramático lecciones prácticas de falsificación de las emociones, improvisación del disimulo y camuflaje verbal. En el balcón de la patética victoria Arenas era el hombre más fingido del mundo. Nadie se creía su triunfo histórico y hasta su propio lenguaje corporal le delataba. Solo por este reality la tele merece la pena.

Después de la noche de los disfraces viene el día de las excusas. ¿A quién le echamos la culpa? El PP lo tiene claro: la tele es responsable del fiasco, porque tres meses después de su mayoría absoluta, dicen, en TVE sigue mandando Zapatero a través de Ana Pastor, Ana Blanco y Fran Llorente, jefe de informativos. Además, está Canal Sur, especie de PER audiovisual, que tiene raptada el alma de los andaluces. ¿Aceptar la presunción triunfalista de Arenas como error estratégico? ¿Asumir su espantada del debate en el canal autonómico como jactancia impropia de un candidato honorable? ¿Reconocer que los recortes de Rajoy son parte ineludible de la factura electoral? Nada de eso. Es más sencillo señalar a la tele como chivo expiatorio.

Pero la tele no vota. Hace tiempo que su influencia es muy vaga y su auctoritas se ha diluido en la frivolidad. Solo conserva su fuerza de notoriedad para crear héroes perecederos. La gente está inmunizada contra la retórica del show político y ha aprendido economía, escarmentada. Ahora lo que cuenta son las cuentas. Pero en la democracia queda un verso libre: las emociones, la loca de la casa. Quien desentrañe sus misteriosos resortes ganará en las urnas y en todo.

4 comentarios en «La tele no vota»

  1. Totalmente de acuerdo. La television es importnte en tanto en cuanto se ven la imagenes y lo que quieren transmitir, de todo aquello que no dicen , y que no nos pueden engañar. Son malos actores y las personas intuimos su lenguaje no verbal y susdiferente domportamientos. Plasma con sus accione su soberbia y su humildad,. Me parece muy interesante y necesarios etos articulos sobre la valoracion de la television

  2. Menos mal…que la tele no vota , quiero decir…Su » amiga » ( un decir) Paloma Zoorrilla ha llegado a decir que los andaluces son tontos, ya sabe, igual que Aznar…La caja tonta se está convirtiendo en caja adoctrinadora so pretexto de la libertad de expresión… van ETB … hace tres años que no pronuncian la palbra IRUÑA!!!
    ¡Felices pascuas!

    1. Paloma es una mujer excesiva. Ha creado un personaje, el suyo (la chica guapa de ultraderecha que va de inconformista por la vida dando lecciones de buena moral tradicional) y ahora se enriquece con ese personaje. Me da pena, porque la verdad le tenía cariño de la época que coincidíamos en Pásalo. Qué pena de mujer. La tele le ha transformado.
      Así que no me extraña que haya dicho que los andaluces son idiotas.
      Felices Pascuas.

  3. En Estados Juntitos, que son muy avispados en esto del espectáculo, cualquier candidato con aspiraciones a salir al mercado un poco mas allá de su pueblo se prepara unos manuales escritos y descritos con total precisión por esas vacas sagradas del periodismo de relumbrón llamados «comunicadores».
    Si serán buenos los tios perfilando caracteres que, mas que comunicólogos o asesores de imagen son psicólogos de masas.
    A Ronald Reagan le escribian los guiones de sus intervenciones públicas, hasta las que parecían mas improvisadas (chiste de tal en el minuto 2, por ej) y parece que funcionaba el invento, pues el aquel vaquero con ínfulas de superhéroe de la tercera edad había sido un pésimo actor en los platós, pero un esmerado intérprete en las tribunas políticas.
    En los paises mediterráneos, tan poco apegados al control absoluto de las emociones públicas, siempre se deja mas margen a la espontaneidad a los candidatos y a su capacidad para transmitir los mensajes, pero eso no evita tampoco el que los espectadores, que a fin de cuentas tendrán que convivir con un candidato o soportarlo unos añitos tengan su propia percepción de lo que significa este o aquel señor o señora.
    Y luego, tiene razón Blazquez, en Andalucía, de la que conozco muy poco, es casi seguro que habrán hecho sus cuentas desde el 20-N y se habrán dado cuenta de que la tijera de la crisis ha cortado y cortará mas al criado que al amo.

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