De repente nos sobran muchas cosas. Hay exceso de bancos, políticos, funcionarios, aeropuertos, universidades, trenes, emigrantes… y también televisiones. ¿Y quién decide cuántas y cuáles deben desaparecer? Ni siquiera tenemos un inventario fiable. En mi recuento aparecen 12 cadenas de ámbito estatal, institucionales o privadas, que poseen unos 35 canales específicos. Contamos con 13 emisoras autonómicas de titularidad pública que se despliegan en más de 40 canales temáticos. Además, existen otras 200 estaciones locales, que funcionan por cable o señal terrestre, sin incluir las privadas de pago y las numerosísimas que operan solo a través de internet. ¿Demasiadas? No es cuestión de cantidad, sino de saber cuántas están sostenidas artificialmente y cuáles responden a una demanda social o cultural objetiva al margen de que haya o no crisis, porque si la rentabilidad económica fuese la única condición para su continuidad no se salvaría ni una. La tele es un negocio de largo plazo y corto beneficio al que se accede por objetivos estratégicos o control de la opinión.
La nueva temporada comienza en unos días. ¿Cuántas televisiones quedarán cuando concluya? El futuro es incierto para las públicas, acosadas por las deudas y la demagogia. Algunas serán liquidadas sin remedio; otras se externalizarán o serán vendidas malamente, en tanto que TVE reducirá su oferta mediante la fusión de sus canales. Va a ser una escabechina para gozo de los neoliberales y UTECA, su lobby feroz. También morirán algunas privadas. En EITB el próximo Gobierno vasco deberá redimensionar su proyecto sin prescindir de la financiación mixta. Sobrevivirá.
Tal vez la ciudadanía, con problemas más severos, asista indiferente al exterminio audiovisual. Mucho cuidado. Un hampa de poderes insaciables pretende desequilibrar el estratégico sector de la comunicación y controlar el espectro radioeléctrico, hoy de dominio público. El modelo que viene es italiano (Antena 3 y Telecinco son mayoritariamente italianas) y derivará en una entretenida tiranía.
Lo cierto que es un autentico desastre, todo lo que eta pasando con las cadenas de television. amenzaban a ETB2 y Radio Euskadi, pero hace unos instantes lo hadesmentido Laura Mintegui, que esa accion ira en contra de la libertad de expresion. Menos mal, un falso bulo. Me ha parecido muy intereesante ete articulo. Felicidades.