“Paisaje de Catamarca /con mil distintos tonos de verde; /un pueblito aquí, otro más allá, /y un camino largo que baja y se pierde”. Así cantaban Los Chalchaleros y también Jorge Cafrune en los atribulados años setenta acompañando nuestros ardores revolucionarios del tardofranquismo. De repente, el eco de aquella zamba argentina se ha proyectado en Euskadi con el renovado mapa climatológico de ETB y su extensa gama de tonalidades verdes que identifican patrias y querellas: Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, en verde chartreuse, brillante; Nafarroa, en verde absenta, templado; Iparralde, en verde malaquita, intenso; y las regiones españolas y francesas colindantes en verde camuflaje, mortecino. Y aún han sobrado otras cincuenta versiones del verde en la paleta del Pantone para encajar en el grafismo objetivos contradictorios: 1. Que fuera distinto al anterior. 2. Que no recordase al de 2009. 3. Que disgustara lo menos posible a la mayoría. 4. Que soliviantase a Gorka Maneiro y Yolanda Barcina como prueba pública de que su rechazo es exclusivo de intransigentes.
Los nuevos gestores daban por descontado que, cualquiera fuera el diseño, no complacería a ningún sector: el mapa del tiempo es otro de nuestros campos de batalla, probablemente el más estúpido. Así que, por exceso o por defecto, todos iban a ponerles verdes, con lo que solo les quedaba apelar a la retórica cromática y el juego sutil de los matices para que nadie resultara ganador en esta riña infantil de símbolos. La solución generada es un precario perfil de Euskalherria, pero con escolta vecinal y fronteras que señalan dónde estamos y el dibujo de nuestras verdes esperanzas.
Habilidosa síntesis, ciertamente: el mapa tenía que cambiar, ma non troppo. Náufragos de esta tormenta en un vaso de agua, no hemos reparado en que lo indispensable en Eguraldia se mantiene: ahí está, como hace catorce años, Ana Urrutia añadiendo su sonrisa a anticiclones y borrascas, prometiéndonos sol para hoy y lluvia para mañana y alerta a la fuerza de las olas. Es primavera en ETB.
Me ha parecido muy bueno ete árticulo. totalmente de acuerdo, es una solucion que no convence a nadie.. Todos etamos descontentos. Han intentado buscar una solucion, la menos gravosa para todos los colectivos, con el animo de «no mojarse». Y ha sido un caos.Han jugado a laambiguedad, y eso no gusta a nadie. Pienso que es el precio que ha tenido que pagar el PNV, al PSE con el fin de tener la direccion de EITB. ¿Habra mas costes por ete nombramiento?. Se ira viendo poco a poco, No hay nada gratis.
en todos los pueblos, la cultura, la lengua ,asi como el floklore, son simbolos identitarios de un pueblo., junto con sus instituciones y forma de gobierno.
El ente publico vasco, debe reflejar de una forma totalmente independiente y libre, la proyeccion de nuestro pueblo. A traves de su programacion, informativos, mapaa de tiempo, las diferentes tertulias con la libertad de todos sus participantes , manifestando la pluralidad politica con respeto a todos los cultos y creencias politicas.
Muchas felicidades por el comentrio .