Hoy me siento como Ana Frank, encerrado, sin posibilidad de salir de la clausura y con miedo a que me pillen las SS del coronavirus. Y por eso escribo este diario como terapia de resistencia. Aquella pobre chica estuvo encerrada en “la casa de atrás”, en Amsterdam, durante dos años, de los 13 a los 15 años, antes de que los nazis descubrieran su escondite y la deportaran, junto con su familia, a Auschwitz, donde murió de tifus apenas dos meses antes de que el campo del horror fuera liberado. Su “Diario de Ana Frank” es lo más conmovedor que haya escrito jamás una adolescente, una chica inteligente y rebelde que soñaba ser escritora y periodista. Espero poder visitar pronto su casa-museo en los Países Bajos, ahora mismo cerrada a causa de la pandemia.
Supongo, querida niña, que podemos estos días inspirarnos en tu diario para sobrellevar este maldito encierro. Escribiste: “Podría estar horas contándote sobre las desgracias que trae la guerra, pero eso haría que me desanimara aún más. No nos queda más remedio que esperar con la mayor tranquilidad posible el final de toda esta desgracia”. Y, en efecto, también en 2020 no nos queda más remedio que esperar a que todo esto pase.
Verás, Ana, un problema añadido a la plaga son las noticias. La gente se cree todo, no ha aprendido (quizás porque venimos de una dictadura) a separar información y verdad. No sé qué te parecerá, pero he desarrollado un método de 5 reglas para sobrevivir al agobio informativo. Estas son mis cinco recomendaciones, Ana querida:
1. No te creas nunca nada. Digo nada de nada, absolutamente, ni que hoy es hoy. El escepticismo es más necesario que nunca en este tiempo. Ser descreído ayuda a sobrevivir dignamente. 2. Diversifica tus fuentes informativas. Si quieres información, búscala de diferentes medios y contrasta; verás cómo una contradice a la otra. 3. La información no es conocimiento. Claro que no, solo son datos y, en el peor de los casos, visiones parciales o superficiales de las cosas. Ten siempre confianza en tu libre criterio. 4. En tus emociones y sentimientos hay grietas. Y por esas grietas se filtran la credulidad y el engaño. Conoce tu corazón y haz que se entienda con tu mente. Y 5. Desconfía de los mensajes simples, porque lo complejo es más cierto y real. Los demagogos piensan que somos tontos.
Creo que así podemos sobrevivir al enemigo que acompaña esta pandemia, la tergiversación informativa y sanitaria. Hoy, mi dulce Ana, hoy, en memoria de tu sacrificio, hoy todos somos Ana Frank.
Querida Anne Frank aguantó durante 2 años en la casa de atrás si los nazis no hubieran encontrado hubiera sobrevivido estoy seguro 100% que ella hubiera sobrevivido yo llevo en cuarentena 7 tías has sido un ejemplo para sobrevivir mi querida Anne Frank siempre te llevo dentro de mi corazón
Emocionan tus palabras, Cristina.
Me encantó.
Eskerrik asko, Loani
En estos días releo ese maravilloso libro…
Pobres judíos…
Malditos nazis….
Pensar que aún los que estamos bien aunque confinados no sabemos lo dichosos que somos…
Buen libro para estos días, Clara. Disfruta. Y la chica no se corta un pelo hablando de la regla que le llegaba y de entregarse o no a los chicos. Y el mensaje feminista que encierra en algunas páginas, reivindicando a la mujer. Es maravillosa. Pobre, Ana.