
La noticia negra dice que “el coronavirus hunde la economía española un 5,2%, la mayor caída en casi un siglo”. O sea, que nos vamos a la ruina si esta situación kafkiana de confinamiento social y parón de la actividad productiva se mantiene por más tiempo. ¿Y qué vamos a hacer? Pues reaccionar y hacer uso de nuestros recursos para resistir primero y después recuperar el pulso.
Si me pongo en la piel de cualquier empresario, comerciante o profesional por libre, yo miraría en dos direcciones. Optaría a lo planes de ayudas de capital y aplazamientos que me ofrecen las instituciones públicas y las entidades financieras para resistir el primer cuatrimestre, hasta otoño. Si he perdido la liquidez y mi fondo de reserva es bajo, debo acudir a esas ayudas. Sin complejos. Pero al mismo tiempo miraría a mi marketing. Sí, a los instrumentos del marketing de que dispongo para sacar de la hibernación mi negocio.
El marketing es la totalidad de las acciones que me sitúan, identifican, diferencian y hacen apetecibles mis productos y servicios: la publicidad, las campañas de imagen, las acciones digitales, las promociones, los descuentos… Y como no hay manuales de marketing para después de una pandemia, tengo que reinventar mis estrategias. Si fuera comerciante, lo primero es dar seguridad al cliente para que entre sin miedo. Medios de protección, limpieza y asepsia absoluta en mostradores, probadores, y productos. Y segundo, liquidaría sin piedad los stocks de temporada. ¿Pierde dinero con precios por debajo del 70%? No importa, saque lo que pueda, atraiga a los clientes y prepárese a ganar en otoño.
Si fuera una marca de electrónica, haría una descomunal y bulliciosa campaña de venta de ordenadores, impresoras y demás productos y servicios digitales, porque el parque de dispositivos en hogares y colegios es insuficiente y en muchos casos, obsoleto. Una persona, un ordenador. Digitalizar e informatizar hasta el último rincón del país. Prepárese a cubrir esa demanda.
Si fuera concesionario de coches haría una venta masiva con precios a la baja y demandaría del Gobierno un plan Renove sin precedentes. Es posible que el uso del vehículo privado se incremente por temor al contagio en el transporte público. ¡Bicicletas y motos a precios asequibles!
Y así con todo. Pensar en el cliente antes de que en mi situación inicial. Mostrar fuerza y compartir confianza con el mercado. Hay ganas de consumo y es probable que se produzca una explosión de compras. Hay ahorro y necesidades insatisfechas. Lo que no se puede hacer es ponerse a la defensiva. Como el presidente de los comerciantes de Bizkaia, que ha pedido al Gobierno que prohíba la venta on line durante un tiempo para favorecer el comercio local. ¿Este hombre está en sus cabales? Aparte de que eso equivaldría a poner puertas al campo, y es ilegal, ofendería a los consumidores y se vería como lo que es, viejo proteccionismo.
Hable con sus asesores de marketing, piense con su agencia de publicidad y sus socios de marketing digital. Haga un equipo potente. Use su capacidad creativa. ¡Póngase en pie! Y crea en su empresa como creyó al principio.
