
El mundo espera al nuevo mesías, al salvador, la vacunaque nos libere del pecado contraído por un virus demoníaco y la plaga de una pandemia. Todos lo esperamos como nuestra única oportunidad. Y la gente se pregunta: ¿Cuándo vendrá? ¿Cuánto más tendremos que esperar? ¿Será este año cuando llegue y descienda del cielo de algún laboratorio para rescatarnos de la muerte? ¿O habrá que esperar a 2021?
Los sumos sacerdotes de la ciencia no se atreven a pronosticar la llegada del mesías; pero aseguran que llegará. Nadie sabe dónde. Si llegará de China, que fueron los primeros pecadores; si de Estados Unidos, si de Alemania, si de Francia, si de Euskadi… Nadie tiene una respuesta. Ya lo decía la biblia: “No sabéis el día ni la hora”.
Una legión de científicos trabaja a destajo en centros de investigación, laboratorios farmacéuticos y universidades en busca del mesías que nos salve de la muerte. Es la búsqueda del tesoro. Porque aquel que encuentre la vacuna se hará inmensamente rico y pasará a la historia como el hombre o la mujer que nos salvó de la extinción. Ojalá sea una mujer. Y le den el Nobel de todo. Su nombre será recordado para siempre. Una mujer. ¡Qué gran avance para la causa feminista!
Tal y como se concibe hoy la investigación es difícil que ocurra que una única persona sea quien elabore la vacuna contra el coronavirus. Lo lógico es que sea labor de un equipo y que ese grupo lo compongan muchos miembros, de manera que todos, de lograrlo, serían los creadores del milagro de salvar a millones de personas de la muerte y al mundo de la parálisis y una crisis sin precedentes.
Hagamos números. Supongamos que el precio de una dosis de la vacuna milagrosa sea de 20 euros. Si se fabricasen diez mil millones la ganancia sería de doscientos mil millones de euros. No estaría mal para una multinacional farmacéutica como Abbot, Bayer, Pfizer o Merck. El mundo lucha por la vida, mientras unos cuantos luchan por el golpe del siglo.
¿Pero no debería ser gratis la patente? ¿No habría que comprar la patente, a escote, y que la vacuna sea gratis y a cargo de los sistemas sanitarios públicos? Es más, ¿no deberían esos mismos gobiernos confiscar la patente y que la vacuna sea gratuita para todo el mundo, ricos y pobres? Ya lo sé, es un pensamiento utópico. Sabemos el grado de entendimiento corrupto que hay entre los gobiernos y las farmacéuticas. Así que no habrá ningún Robin Hood que le quite el oro al rey para que la gente no se muera. Pero todo lo posible es imaginable.
El mesías fue la invención de la ignorancia. Se crea un problema para fabricar un remedio. Primero el miedo y luego el remedio. Y esto es lo que puede haber ocurrido. Malo es que cunda la idea de esta misma estrategia, porque así seguiremos (virus/vacuna) hasta el fin de los tiempos. Esta es la condena de la humanidad: errantes por el mundo esperado a un mesías.

Y sin embargo que bien que haya vacunas que eviten no solo tasas altas de mortalidad infantil, ahi tiene mas influencia el agua corriente y potable, sino de una miriada de invalidos por la polio o atosigados por la tuberculosis.
Cuantas vidas salva la vacuna contra la gripe que se recomienda a mayores, sanitarios y educadores? No lo se, pero miles solo en nuestro pequeño pais.
Y a cada nueva enfermedad infecciosa habra que intentar encontrar esa vacuna que permita vivir mas seguros, aunque nunca es pisible como con la malaria, o como la de la gripe hay que tomarla cada año pues la cepa, al igual que vino, cambia segun el año
Lo que no entendere, a ver si se apean, es el creciente numero de personas reacias a la vacunacion masiva que ha originado que se vuelva a oir hablar de epidemia de sarampion en zonas de Europa, y no las mas desfavorecidas precidamente.
Un recuerdo para el genial, metodico y cientifico cabal que fue Pasteur que nunca abandono la investigacion y docencia en centros universitarios publicos franceses.
Se ve que en Francia ha habido y hay mayor respeto al trabajo universitario que por estos lares del Golfo de Bizkaia.