Diario de cuarentena. Día 58. Nuevos y viejos agravios

Las crisis, como se ha dicho muchas veces, sacan lo peor y lo mejor de las personas. Nos retratan. Y lo que he visto hoy es que regresan las viejas rencillas hacia los vascos a propósito de la gestión de la desescalada. Miserias políticas que dan lugar a ofensas genéricas, mezcladas con envidias, agravios por supuesta desigualdad, favoritismos y esas mentiras que embrutecen aún más, si cabe, la política y la conciencia de un sector de españoles. Euskadi ha sido el pretexto de los gobiernos de Madrid, Andalucía, Valencia y no sé si alguno más para criticar a Pedro Sánchez porque, dicen, a ellos no se les ha permitido, por entero, pasar a la Fase I, y sí a Euskadi. Y han declarado: “Es el favor de Sánchez al PNV por sus votos de apoyo en el Congreso”.

Aparte de que esa acusación es una ofensa a la Osakidetza, la sanidad vasca, y sus profesionales, mancilla a los vascos y sus instituciones como supuestos receptores de favores políticos. ¿Otra vez con el odio a los vascos porque las cuentas no les salen bien? ¿Otra vez el enfrentamiento civil y los sentimientos de repudio por motivos rancios? En Euskadi tenemos una larga historia de conflicto interno por motivos ideológicos y su derivada terrorista, y re-cordamos los rechazos de palabra y hecho solo por ser vascos cuando viajábamos por España. En fin. Cuidado con abrir la caja de pandora de las frustraciones pendientes. Es un peligro.

En esta situación, la singular presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha dicho hoy, en una comparación muy desafortunada e incluso ofensiva, que “todos los vascos caben en el Metro de Madrid”, en referencia a la alta densidad de la capital y la pequeñez vasca. Pues verá, señora, la grandeza de un pueblo no la expresa su dimensión. Hay cosas más importantes. Nueva York no es superior a Madrid. Usted nos ha ofendido solo porque está cabreada con el Gobierno y Euskadi ha superado los parámetros sanitarios para pasar a la Fase I. Contenga su lengua y su mala baba.

Es muy fácil ofender. Bastan unas pocas palabras y el deseo de encontrar en el baúl de los mala memoria viejas historias de dolor. Algo de esto le ha ocurrido al que fuera futbolista alemán, jugador del Madrid y el Barça en la década de los 80, Bernd Schuster, quien dijo hace unos días en la Cadena Ser que la final de Copa entre el Athletic de Bilbao y la Real Sociedad, a jugar en Sevilla, no debería celebrarse. ¿Y por qué?, le preguntaron. “Porque no me gustan esos dos equipos”. Cuando le pidieron que aclarara sus palabras, vino a decir que los aficionados de ambos clubes pitaban el himno español. ¡Toma ya, Bernardo del alma mía, español de pro!, ofendiendo a la gente eres mejor que cuando jugabas al fútbol.

Cada cual es dueño de sus sentimientos y desengaños, pero llevarlos al enfrentamiento civil y a la batalla política es peligroso. Aprendan de los vascos. Más de cuarenta años de dolor y odio son hoy historia superada: decidimos convivir, olvidar y mirar al futuro sin rencor. 

Un comentario en «Diario de cuarentena. Día 58. Nuevos y viejos agravios»

  1. En lo de la Fase I creo que tienen razón. Tengo números de Granada y números de Bizkaia, y los de Granada en ratios de enfermos, contagios, etc., son mejores. Los de camas y preparación, lo desconozco, pero intuyo mejores los de Bizkaia. El problema no es que unos pasen y otros no, sino que los criterios no se han hecho públicos, ni tan siquiera en el momento de anunciar qué zonas pasan de estadio. Y el hecho de aplicar restricciones a posteriori para limitar, se vende como un ejercicio de responsabilidad, pero a mi me deja cierto sabor a «excusatio non petita, accusatio manifesta…». En el resto de cosas, de acuerdo. Contra Euskadi muchos viven mejor.

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