
Hoy, dos meses después del confinamiento atroz al que nos somete, inútil y arbitrariamente, el Gobierno he vuelto a sentarme en la terraza de una café-tería, como lo hacía casi todos los días antes de esta dictadura para tomar el primer café del día y repasar la prensa. Un ritual de relax y programación intelectual de la jornada. Ha sido en la cafetería Alguer, de Las Arenas-Getxo, no en el Bertiz de siempre, porque ese café no tiene terraza, sino mesas interiores. No tiene sentido que fuera esté permitido y no en el interior si se cumplen las normas de autoprotección, como en los supermercados, farmacias o peluquerías y las tiendas. Pero vivimos en un desdichado tiempo de libertades truncadas por el big brother, ante la sumisión de la tribu y el púlpito mediático.
Ha sido una sensación extraña volver a hacer algo tan elemental y ahora tan importante. El lugar donde se asienta el Alguer fue durante años una sastrería de postín, de precios imposibles, ropa de hombre, british style, donde se vestía la clase dirigente financiera e industrial de Neguri, hoy felizmente residual. Ahora, ya ven, hay una cafetería con el mismo nombre y una Notaría a pie de calle también de igual apellido. Una diversificación curiosa, bar y notaría, negocios sin nada en cómun, excepto la lonja. Es malo el café de este lugar en el centro de un barrio de pijos que llama a sus hijos Carlota, Paloma o Sofía, y no Aitor, Ane o Matxalen, lo que revela su sociología. Se oye mucho papá y mamá y no aita o ama. En esta zona triunfa el voto del PP, se habla bien de Franco y se despotrica de Sánchez y el PNV. Enfrente está la pastelería Martina Zurikalday, donde sirven los mejores bollos de mantequilla del mundo, una exquisitez que debería ser calificada como patrimonio de la humanidad. Sigue cerrada. Temo que esta crisis del demonio mate este negocio único y nos deje sin su prodigio. ¿Y qué nos quedará? Bollería industrial y el pan de molde.
He pedido un pintxo de tortilla de patatas, que no estaba bien ligada y muy salada. Tenía cebolla y poca consistencia. Me he demorado por media hora para amortizar los tres euros largos del precio. Dos trozos de pan. Muy mal, con uno bastaba. Lo que sí te dan es una toallita envasada, de esas con olor a colonia de limón, como en los aviones. Y una galleta de propaganda. Me ha gustado ver que los gorriones se aproximaban y subían a la mesa a picotear las migas. Pobres pájaros, que vivían de las migajas que caían de las mesas, como Lázaro en la mesa del rico Epulón bíblicos. ¿Cuántos txoris habrán muerto de hambre en estos dos meses?
Hay ansiedad de terrazas. Enseguida que me he levantado, dos mujeres se han apresurado a ocuparla antes incluso de que la limpiaran. La gente demanda libertad, la pequeña libertad de antes, pero se conforma e incluso aplaude la tiranía confinatoria. El miedo los ha paralizado.

Hoy, dos meses después del confinamiento atroz al que nos somete, inútil y arbitrariamente, el Gobierno he vuelto a sentarme en la terraza de una café-tería, como lo hacía casi todos los días antes de esta dictadura . Publicado hoy por ti .
Me parece que deberias hacer un viajecito a Madrizzz a la avenida Juan Bravo a tomarte un cafe con tus compis de pensamiento, pese a criticar a los » pijos de Getxo «.
Vete tú.
otro que se mete con los pijos,si tanto le desagrada su sueldo puede ingresarlo en mi cuenta
Ganarás el pan con el sudor de tu frente y tu ingenio
Una persona como usted,ya con cierta edad,con estudios,un nivel cultural alto,reflexivo,que seguro que conoce a gente de su misma condicion y mantiene con ellos charlas y tertulias interesantes.no puede decir cosas como las que dice en este artículo,que parece que están escritos por un adolescente que se deja llevar más por sentimientos irracionales y poco reflexivos.
No me diga lo que puedo o no escribir, amigo mío. No tiene autoridad para eso. Y otra cosa: los sentimientos son, por esencia, irracionales. No hay sentimientos reflexivos. .
Los sentimientos se dedican a la familia y amigos, en artículos periodísticos se espera que se aporte reflexión y lógica, no hablar por no callar, con tan poca sensatez, y diciendo semejantes necedades que parecen salidas de una persona sin cultura. Una pena.
Es tu opinión, Ana, desastrada, pero solo una opinión
Prefiero a la Carlota Basterra Zubiaga que Ane González López o también prefiero Sofía Churruca Artiach que Matxalen García Moreno….
Bueno, es una opción. El nombre no hace al fraile, pero lo identifica.
Que pena la gente que reniega se sus orígenes …
Sus orígenes no son tan importantes que la cultura que los acoge, amigo. Usted no entiende el progreso. Le veo muy sabiniano.
Efectivamente, de no acogerles en nuestra cultura, pasaría como en el Atheltic, que no habría suficientes jugadores vascos. Por cierto el progreso es el respeto y libertad de cada persona a que llame a sus hijos como quiera sin que por ello sean etiquetados o estigmatizados por dicha eleccion. En cualquier caso no se si Arana estaría de acuerdo con usted.
Efectivamente, de no acogerles en nuestra cultura, pasaría como en el Atheltic, que no habría suficientes jugadores vascos. Por cierto el progreso es el respeto y libertad de cada persona a que llame a sus hijos como quiera sin que por ello sean etiquetados o estigmatizados por dicha eleccion. En cualquier caso no se si Arana estaría de acuerdo con usted.
Sabino Arana murió en 1903. Han pasado 117 años. Descanse en paz él y sus ideas, las malas, que también tuvo buenas.
Si si, muy parecido a Francisco Franco.
Solo que Sabino Arana no mató una mosca en su vida y Franco fue un genocida. Casi nada de diferencia.
Gracias amigo por tu lección cultural. Nos vemos Alguer…
Por allí estaremos.
Te has pasado al bando de los pijos de Guecho je,je,je….
Eso jamás. A alguno los conozco personalmente, buena gente, pero terriblemente darwinistas. Es afán de superioridad, que no es tal, les mata.
En este caso opino como tu, ese afán de superioridad no es bueno, no hay nada mejor que la moderación del homo sapies.